27 mayo 2007

LA LEYENDA DE NICOLÁS PERIS

Alicante, entonces llamada La-Quant, fue conquistada por las tropas de Alfonso, Infante de Castilla, futuro Alfonso X el Sabio.
La fecha de este primer evento fue el día de San Nicolás de MCCXLVII (1247), y la data de otro evento se produciría unos cincuenta años más tarde, cuando Alicante pasa de manos castellanas a manos aragonesas.
Si fue Jaime I "El Conquistador" quién estuvo en la primera situación, será su nieto, Jaime II quien propicie el traspaso de coronas.
Y así, a fines del siglo XIII, la antigua Lucentum romana pasa a manos aragonesas y, por decisión real, será integrada en el recién nacido "Reino de Valencia".
En aquellos años la "toma de la ciudad", de ésta o de cualquier otra, se produce cuando la fortaleza es conquistada y arría la bandera del perdedor para elevar la del ganador en el mástil de la Torre del Homenaje.
Y ahí es dónde comenzó la leyenda...
Cuenta la historia que Nicolás Peris, alcaide y defensor del recinto, murió defendiéndola, oponiéndose a la voluntad de rendir la plaza ante Aragón pues él: "juró fidelitas a su señor castellano". Tan grande era la lealtad de este súbdito que, cuando cayó la muralla, don Nicolás defendió, piedra a piedra, su honor.
En mitad de esta pelea, hirió a Don Berenguer, amigo de Jaime II, que viendo que su señor estaba batiéndose en duelo con el castellano, intervino apoyando a su soberano. Esta intervención le salvará la vida, pero como contrapartida tendrá el resultado de la muerte de Peris.
Su cuerpo quedó tendido sobre la fría piedra del suelo, con la mano derecha empuñando su espada y la izquierda asiendo, fuertemente, las llaves de la fortaleza, negando, con tal hecho, la rendición. Tan grande fue la lealtad del alcaide que tuvieron que cortarle la muñeca para poder quitárselas, al igual que el resto del cuerpo que fue despedazado y entregado a los perros.
La historia siempre es más cruel que la triste realidad, y hoy por hoy, una mano cortada aferrando unas llaves es parte del escudo de la fortaleza de Santa Bárbara.
Esto es la historia, o se supone, pues de aquí nacerán varios mitos y leyendas.
La primera de ellas dice que el día que la mano de Nicolás Peris se abra y deje de sujetar los preciados "fierros", la ciudad de Alicante será conquistada ante cualquier enemigo. La historia nos ha demostrado que esta fortaleza goza de fama de inexpugnable. Alicante nunca fue conquistada, ni por los Ingleses en la guerra de sucesión ni por Napoleón cuando invadió la Península Ibérica (Alicante, Lisboa y Cádiz son las únicas tres ciudades que se salvaron).Parece que la maldición de Peris y el reconocimiento de lealtad por parte de sus asesinos, sirvieron para algo.
Otra leyenda dice que, año tras año, el día que tal combate se llevó a cabo, vuelve a suceder. Dicen que en esa fecha, de madrugada (que es cuando sucedieron los hechos), podemos oír caballos, ruidos de espadas, injurias, gritos... todo el fragor de la batalla.
Pero creo que será la tercera leyenda la más romántica: cuentan que cuando hay peligro para Alicante, cuando un invasor se acerca, se puede oír y ver a Don Nicolás Peris, vestido como aquel triste día, dando órdenes a su ejército para defender la urbe.
Cuentan que este alcaide leal y fiel, no sólo juró fidelidad a su Rey, sino también a la ciudad que tenía bajo sus pies.
Cuando juró dijo: "la defenderé con mi honor por siempre", y eso es lo que sigue haciendo, pues la muerte, como siempre ocurre en las leyendas, puede ser vencida por la lealtad, la fidelidad y el honor.

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