09 octubre 2007

ALICANTE EN EL RECUERDO: LA DURA VIDA DEL CAMPO

El trabajo agrícola no difiere de cualquier otro trabajo o labor en su dimensión humana esencial: manipular materia y transformarla con la finalidad de ser consumida.
Pero, salvo esa premisa, el trabajo agrícola siempre ha tenidos sus peculiaridades propias.

La trilla

Para empezar, el campesino guiaba su trabajo (y su ocio), no por un reloj y un horario formalizado y exacto, sino por el ciclo solar, las estaciones y el clima.
Y, aunque con la masiva implantación de la tecnología y su creciente sofisticación en aras del aumento de la productividad, el trabajo agrícola ha ido sometiéndose a los parámetros capitalistas de la producción, el intercambio y el consumo con el propósito exclusivo del beneficio, en la centuria de 1900 aún puede describirse la labor agraria según su esencial carácter milenario. Esto es, como una forma de ganarse la vida, pero también como una forma de vida.

Campesinos de Alicante

La primera característica de la sociedad agrícola es la permanencia, es decir, la estabilidad y la repetición, durante periodos de larga duración, incluso siglos, en la producción, la técnica, en la forma de vida y su correspondiente visión del mundo.
Dentro de esa característica general, hay sensibles deferencias derivadas del cli
ma y la fertilidad de la tierra, así como del tamaño de la propiedad. Huerta y secano, latifundio y minifundio condicionan, no sólo las formas de cultivo y las técnicas, sino la “cultura” del agricultor y hasta el sistema de parentesco.
Además, la propia estabilidad campesina ha alimentado también el localismo, de modo que hallamos prácticas salariales, técnicas y sistemas de peso o medidas diferentes en municipios fronterizos; incluso en aldeas vecinas
.
Trajes típicos de fiesta que usaban los campesinos alicantnos

El territorio en Alicante y su comarca ha tenido, siguiendo este esquema, varios modos y culturas agrícolas, según las condiciones climáticas, geográficas, técnicas y humanas.
Normalmente, el interior era secano; y el litoral, huer
ta. El tamaño de la propiedad, aún siendo más extenso en tierras de secano que en las huertanas, ha tendido en nuestra región a la medianía, lo que ha permitido una sociedad agraria alicantina relativamente próspera dentro de las magras posibilidades de este modo de producción.
En las tierras de secano se obtenían, bajo el régimen usual de barbecho anual, los tres cereales comunes: cebada, avena y
trigo. Además, nuestras tierras producen desde siempre vino, almendra, algarroba y aceite de oliva. Las hortalizas y las frutas de secano fructificaban sólo en los años de primaveras lluviosas.

Aldeano alicantino

También, si el tiempo lo permitía, solían cultivarse algunas leguminosas: garbanzos, guijas o almortas, lentejas y poc
o más.
Cada unidad familiar poseía lo menos un cerdo, que se engordaba en espera de la “matanza” navid
eña, así como un grupo de gallinas ponedores y de conejos para el avituallamiento ordinario.
En cambio, la huerta alicantina siempre ha sido célebre por la variedad y la cualidad exquisita de sus frutos y horta
lizas. Las faenas agrícolas se llevaban a cabo “de sol a sol”, lo que hacía su duración muy diferente según la estacion. Los periodos de descanso, de dos a cuatro, diferían según comarcas, del mismo modo que el monto de los “jornales" diarios.

Campesina de Xixona

Los periodos de más intensidad laboral eran los de la siembra, la recolección, la siega, la trilla, la elaboración del vino y el aceite y la poda, la mayoría concentrados en la segunda mitad del año. El resto del tiempo se pasaba en la labranza (de cuatro a cinco “rejas” o aradas cruzadas) la escarda de la vid, la injerta de nuevas variedades, los hoyos para cepas y árboles, etc...
Los instrumentos habituales de la agricultura, no solamente la de secano, eran el arado, el carro, diversos tipos de azadas, azadon
es, hachas, tijeras, podadera y todos los utensilios hábiles para remover, allanar la tierra, limpiarla de malas hierbas, así como los debidos a la obtención del cereal, el pan, el vino, el aceite y los demás productos para consumir, intercambiar o vender.

Aldeanos alicantinos

El carro y la mula, elementos indispensables. En la indumentaria del campesino alicantino, no podían faltar las "espardenyes"

Vendimia en Agost. 1951

Uva de mesa, con destino a mercados extranjeros.

Campesina alicantina picando el esparto

La trilla (entre junio y julio) se hacía sobre eras circulares de tierra arcillosa

Campesino alicantino haciendo "pleita", que luego se usaba para hacer cestos de mimbre

El arado con bueyes era propio de la Vega del Segura

Trilladora que se alquilaba en San Juan y Santa Faz. 1951

Niñas jugando a "casetes" en las acequias de la finca La Miñana. 1948. AGRUPACIÓN CULTURAL LLOIXA

Arado con mulos y caballos en tierras alicantinas de secano

El asalariado femenino manipula y prepara las frutas y hortalizas

Pastor jijonenco en 1960

Los toneles y la bodega: la actividad más vieja de la cultura mediterránea

Mujeres clasificando fruta

Carro en la Canyada del Fenollar

info: Juan Rico Gimenez.
Memoria gráfica de Alicante y Comarca

 
La Asociación Cultural Alicante Vivo se reserva el derecho de moderación, eliminación de comentarios malintencionados, con lenguaje ofensivo o spam. Las opiniones aquí vertidas por terceras personas no representan a la Asociación Cultural Alicante Vivo.