A Benimantell lo pintó Gabriel Miró de almagre. El color empleado por el prosista alicantino, es una mezcla de tierras en la que interviene el rojo y el ocre. Son las mismas tierras de Benimantell. Son los campos en los que florecen los almendros.
Porque Benimantell es tierra de almendros.
Un pueblo de colorido cambiante. Blanco en la florecida, rosa cuando comienza a transformarse la flor en almendruco, y pardo al caer las últimas hojas.
Benimantell nació en la Sierra de Aitana, a escasos metros del abrupto Guadalest. Y, no obstante, el pueblo supo apartarse del terreno rocoso y esteril, y convirtió las breñas en campos frustíferos.
Allí hay huerta y secano.
La huerta del pueblo serrano, que fructifica en los fríos días invernales, cuando las barrancadas que descienden de Confrides, vienen pletóricas de aguas. Son las tierras negras del agro, las que florecen con la presencia del líquido torrencial.
El secano da característica al pueblo. El almagre. El pueblo campesino de Aitana que se afana durante las dos etapas de producción de sus campos. En Benimantell no hay tregua para el labriego, hay, eso sí, recompensa a sus fatigas. Y, un ambiente inigualable por el privilegiado emplazamiento del pueblo.
Por tierras de Callosa d´en Sarriá, allá donde se encuentran Guadalest y Tárbena, está este vergel que es Bolulla, un pequeño pueblo montañés, agrícola cien por cien, y como todos los de esta zona alicantina, pródigo en ricos y sabrosos frutos, porque el campesino aquí, es un artesano de la tierra.
A Bolulla se llega desde Callosa, siguiendo una pintoresca carretera que va hasta Tárbena, y que sortea riachuelos, montes y valles. Todo le da un encanto de orfebrería, de coquetería, de atractivo excepcional; porque lo pequeño en Bolulla se hace enorme.
En esta época, con los frutos en plena madurez, Bolulla vive una deliciosa primavera en ese jardín verde y húmedo de su pequeño territorio municipal.
27 marzo 2008
EL LÁPIZ DE GASTÓN CASTELLÓ: BENIMANTELL Y BOLULLA
Publicado por Juan J. Amores