OBAMA, OBAMA

De verdad, ¿ustedes creen que estos días empieza una nueva era en la que un hombre negro concienciado por las injusticias sufridas por su raza y con todo el poder de Occidente en sus manos va a cambiar el mundo? Yo me he llevado ya tantas desilusiones en la vida. He visto a los presuntos representantes de un pueblo masacrado por los nazis levantarse tras el holocausto y reproducir en los palestinos lo que les hicieron a ellos. He visto mujeres gobernando en países poderosos, como la Teacher, que nos demostraron que una mujer puede gobernar igual que un hombre, igual de bien e igual de mal. Porque todos somos iguales, hombres y mujeres, blancos y negros, vascos y castellanos, nos guste o no. Ya ha habido negros en importantes cargos del gobierno de Estados Unidos: ¿Recuerdan a Colin Powell contándonos la milonga de las armas de destrucción masiva en Iraq? Y es que en cuanto a uno le dan mando, sea del grupo étnico, sexual o nacional que sea, puede ponerse a hacer putadas a los de abajo, y a menudo las hace si con ello gana votos o poder. Así que a mi me parece que la condición racial de Obama no es ninguna garantía de que se vaya a comportar de manera diferente a los rubios que le han precedido en la presidencia de los Estados Unidos. Así que no me hago ilusiones. Si pudiera, le gritaría: “¡Yes, you can, Obama, no nos decepciones!” Y me iría a casa a esperar acontecimientos. Porque pronto sabremos si estamos entrando o no en una nueva era. Pronto lo sabremos.

Miguel Ángel Pérez Oca
(Leído en Radio Alicante el 20-1-2009)