10 marzo 2009

GUARDAMAR DEL SEGURA: UN PASEO ENTRE DUNAS

"Guardamar a su hijo adoptivo, el Ingeniero de Montes, D. Francisco Mira Botella, autor de esta repoblación. 1 de julio de 1945"
                               
                                                  
Es reconfortante e historicamente encomiable, que una localidad como Guardamar del Segura mantenga tan presente en su conciencia y en la de todos sus ciudadanos (muchos de ellos, de nacionalidades extranjeras) a aquellas personas y aquellos hechos que han marcado su pasado. Y no sólo eso: además, hayan conseguido que lo que antaño fue su propio y terrible enemigo, ahora sea su seña de identidad más característica: las dunas.
Y es que las dunas y su todo su entorno natural de enorme valor están dedicadas a Francisco Mira y Botella y a todos los hombres y mujeres de Guardamar, que dedicaron buena parte de su vida a estas dunas, trabajando con ahínco y generosidad por defender sus tierras.
                                                
  
  
  
  
  
                                            
Para aquellos que nos interesa la historia, lo ocurrido con la llegada del siglo XX en la localidad de Guardamar del Segura, es uno de los hechos más significativos de toda la provincia de Alicante.  Si la Naturaleza ya había golpeado con furia al entonces pequeño pueblo con el terrible terremoto de  1830, repitió de nuevo su cara más cruel con los fuertes vientos de levante que empujaron hacia las casas enormes montañas de arena, que enterraron  zonas de cultivo y calles de la zona norte de la población. 
En la primavera de 1896, se llegó a la conclusión que la única forma de solucionar el problema era reforestando aquellas montañas de arena. La dirección de los trabajos corrió a cargo el Ingeniero de Montes, D. Francisco Mira y Botella, y la supervisión del ingeniero murciano D. Ricardo Codorníu y Starico. Los trabajos (en los que participó la mayoría del pueblo) duraron dos décadas y costaron más de 600.000. pesetas.  Se plantaron especies adaptadas a la arena, como el pino, eucalipto o palmera.
                                            
  
 
 
  
  
  
  
  
  
                 
La repoblación de las dunas dio a Guardamar del Segura una de sus señas de identidad y uno de los parajes más hermosos y cuidados de la provincia. La visita de D. Alfonso XIII el miércoles 31 de enero de 1923, recorriendo las dunas sin escolta, dio nombre oficialmente al Parque que hoy lleva su nombre.
Caminar por sus senderos bordeados de vegetación y árboles, subir las dunas y tumbarte en ellas bajo el azulado y cálido sol primaveral, oler y sentir la Naturaleza en estado puro, escuchar el imponente bramido de las olas golpeando la costa y, por supuesto, comprobar con envidia el tremendo respeto que los lugareños tienen a la zona, es uno de esos pocos placeres que nos ofrece la vida. 
¡Tenemos tanto que aprender!
Son algo más de dos kilómetros de recorrido, que podemos hacer a pie o en bicicleta,  entre carrascos y piñoneros, viveros y fuentes, zonas recreativas y lúdicas.....una distancia algo mayor si queremos llegar hasta la desembocadura del Segura y realizar senderismo,  disfrutando de los paisajes característicos de la huerta levantina.
                                                                             
  
  
  
  
  
  
  
  
  
                                   
Un último consejo: no perderse el Parque Reina Sofia, situado justo a la entrada de las dunas, donde nuestros niños (y no tan niños) disfrutarán de las aves acuáticas propias del ecosistema y de una zona infantil cuidada y divertida.
                                                
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 

 
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