Ateneo de Alicante. Emilio Varela, Eduardo Irles, Francisco Guardiola, Daniel Bañuls y Francklin Albricias, comparten experiencias. Estamos en 1929
Nos contaba el historiador D. Francisco Moreno Sáez, hace ya algunos años, que a finales del siglo XIX existieron en Alicante algunas sociedades de tipo literario, que se agrupaban en torno a algunos mecenas aficionados a los versos. Era frecuente que publicaran revistas de escasa duración y celebraran sesiones poéticas que, en el fondo, no pasaban de mera ocasión de ocio para la buena sociedad.
Algunas décadas después, ya en los inicios del siglo XX, se reunían intelectuales y artistas en sociedades como el “Círculo de Bellas Artes”, el “Ateneo Benaluense” o la “Sociedad de Escritores y Artistas” e incluso en 1903 se fundó un “Ateneo Científico y Literario”. Además, había que reseñar la existencia de una cultura popular, ligada al Centro Obrero y a la Casa del Pueblo, a los barrios o a ideologías “heterodoxas”, como las que animaban el "Centro Antiflamenquista Cultural", que tenía en el escritor Eugenio Noel su norte y guía.
En el Ateneo, vemos a Ángel Pascual Devesa, Eliseo Gómez Serrano, Carlos Carbonell, Hernández Catá, Rodríguez Albert, Felix Lorenzo "Heliófilo" y Pepe Juan (Sánchez, AMA)
Sin embargo, la primera entidad cultural alicantina de profunda influencia en la ciudad fue el Ateneo, creado en 1923. En su local de la Explanada se reunían artistas y literatos, se celebraban conferencias de intelectuales como Rafael Altamira, Margarita Xirgu, Miguel de Unamuno, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Gómez de la Serna, Jiménez de Asúa y Luis Cernuda, conciertos diversos y exposiciones de Emilio Varela, Ramón Gaya o Heliodoro Guillén. En definitiva, el Ateno constituyó el centro neurálgico de la cultura progresista alicantina hasta el estallido de la Guerra Civil, época en que se instaló en la mansión de los marqueses del Bosch.
Sus impulsores –Gastón Castelló, Antonio Blanca, José Juan Pérez, José Sánchez Bohorquez- organizaron la actividad que llevaron a cabo “Altavoz del Frente” y la “Alianza de Intelectuales Antifranquistas”. Este claro alineamiento de los intelectuales alicantinos con la causa de la República y la represión que siguió a la victoria franquista explican las escasas actividades culturales existentes en los años cuarenta, aunque reaparecieron los Juegos Florales y los certámenes literarios en honor a santos y patronas. Hubo, además, conferencias asiladas de jerarcas del régimen como García Sanchíz, Vallejo Nájera, Eugenio Montes o Corts Grau, alguna exposición de pintura y escultura, y poco más.
Dibujo de Melchor Aracil que representa la sede de "Altavoz del Frente"
En los años cincuenta, la cultura alicantina mostró una mayor vitalidad gracias a la creación del Instituto de Estudios Alicantinos y a la labor cultural desarrollada desde la Caja de Ahorros del Sureste y su biblioteca “Gabriel Miró”. Además, continuaron los Juegos Florales, las “Alforjas para la poesía” y Fiestas de la Primavera, que eran ocasión para que las jóvenes alicantinas se pusiesen de largo y algunos poetas locales hiciese sus primeras o segundas armas.
Desaparecida por decreto la cultura obrera de años anteriores, reducidas las llamadas Culturales de los barrios a entidades que apenas se ocupaban del deporte, casi siempre de mesa, la vida cultural de la ciudad quedó reducida a las conferencias, conciertos y exposiciones que organizaba la Caja de Ahorros y a la creación por el Ayuntamiento de unos Premios de teatro, novela y música, dedicados respectivamente a Carlos Arniches, Gabriel Miró y Oscar Esplá que, por desgracia, no llegaban a conocimiento y disfrute de los ciudadanos.
Exposición de pintura y escultura en la Diputación Provincial. 1943 (Sánchez, AMA)
Ya a mediados de los años sesenta, surgirían algunas entidades culturales que propondrían otra cultura, en clara oposición al régimen: el Club de Amigos de la Unesco en Alicante y Mutxamel, el cine-club Chaplín, el Club Juventud de Xixona, varios grupos de teatro, cantantes “de protesta” o de la “nova cançó” que, en casi todas las localidades de la comarca, lucharon a brazo partido contra la censura franquista, por una cultura abierta al mundo y comprometida.
La apertura, en 1974, del Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste supondría un símbolo, ya en la transición, de la eclosión de neuvos aires culturales en la ciudad.
Los Juegos Florales eran ocasión para la presentación en sociedad de los jóvenes de las clases altas, a base de viejas retóricas a la Fe, el Amor y el Trabajo. Además, eran utilizados para celebrar grandes banquetes y galas en el Casino o en el Club de Regatas (Hermanos García, AMA)
D. Agatángelo Soler, en la presentación del Premio Oscar Esplá, en 1960 (Sánchez, AMA)
Veredicto del Premio Gabriel Miró de 1956. Entre los periodistas, vemos al gran Vicente Ramos e Isidro Vidal (Eugenio Bañón, AMA)
Celebración de una "Antología de la Zarzuela" en el Palacio Municipal. Años sesenta. (Ángel García, AMA)
Vicente Aleixandre, en 1952, durante una visita a Alicante. También vemos a Antonio Ramos Carratalá, Manuel Molina o Vicente Ramos (Sánchez, BGM)
José Hierro, en una conferencia en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste. 1954 (Sánchez, AMA)
Camilo José Cela, en una conferencia. (Sánchez, AMA)
Homenaje a Gabriel Miró en 1966. El busto presidía la biblioteca que llevaba su nombre (Sánchez, AMA)
Inauguración del Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, en 1974 (Ángel García, BGM)
El grupo "Qué dirán de nosaltres!", de Xixona, criticó a la sociedad de los años 70, con letras "escandalosas" y "en valenciano" (Josep Mateo)
Visita a Alicante del escultor Oteiza, en 1972. Junto a él, José Beviá y el alcalde, Ramón Malluguiza (Ángel García, AMA)
Fuente:
MORENO SÁEZ, Francisco.
"La cultura"; Memoria Gráfica de Alicante y Comarca.
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