04 noviembre 2010

LAS SOMBRAS SOBRE PACHECO

           
"LAS SOMBRAS SOBRE PACHECO"

D. Francisco Figueras Pacheco, invidente desde la juventud por una enfermedad degenerativa,  lo ha sido todo para la ciudad de Alicante: historiador, geógrafo, escritor, arqueólogo, licenciado en Derecho, Cronista Oficial durante más de medio siglo… Su vida y su obra, ambas sobresalientes,  son el ejemplo de la superación humana a través del estudio y el trabajo, convirtiéndose en un espejo en el que deberíamos fijarnos todos y cada uno de nosotros, en especial los jovenes en edad de aprendizaje.

Para aquellos que sólo lo conocen por dar nombre a un Centro Educativo de Enseñanza Secundaria de la capital, no estaría mal recordarles que fue su hermana Matilde, compañera inseparable hasta su muerte, la persona que leía en voz alta los libros de texto para que D. Francisco los recordara y asimilara. Figueras, amen de escribir decenas de libros y escritos sobre Alicante, realizó campañas de excavación en La Albufereta (Tossal de Manises), en la Illeta de El Campello y Altea, siguiendo los pasos que anteriormente habían llevado a cabo ilustres de la talla de Antonio de Valcárcel, “Conde de Lumiares” o el Padre Belda. La propia arqueóloga sueca, Dña. Solveig Nordstrom, recordaba en una entrevista el fino tacto de nuestro ilustre, “capaz de reconocer y datar con exactitud cualquier pieza antigua con sólo pasar la mano por ella”.

Durante la Guerra Civil Española y buena parte del franquismo, D. Francisco fue recluido en su domicilio, dónde pudo construir un pequeño refugio antiaéreo. Allí se dedicó a clasificar y estudiar los numerosísimos objetos arqueológicos recogidos y almacenados, poner orden en sus trabajos de historia de Alicante y trazar los planes de su obra futura.

En 1957, el Ayuntamiento de Alicante, con D. Agatángelo Soler al frente, elevó  una propuesta para concederle la Medalla de Oro de la ciudad, pero al parecer los enormes años de  estudios e investigaciones en pro de nuestra Historia y Cultura no fueron suficiente para ello, ya que el Ministerio de la Gobernación desoyó la petición y la paralizó, alegando “ser izquierdista, de augurar el triunfo mundial de la democracia y de ser amigo del primer Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora”. Y así seguía todo… hasta ahora.

El pasado viernes 29 de octubre, cincuenta y tres años después y tras una petición conjunta cursada por la Asociación Cultural Alicante Vivo y el I.E.S. Figueras Pacheco,  el Pleno de nuestro Consistorio aprobó  otorgar a D. Francisco el título de “Hijo Predilecto de la Ciudad de Alicante”, asunto y noticia que en otro momento habría tenido  una destacada importancia en los medios de comunicación. Sin embargo, ese pleno estuvo rodeado de “otros” temas más inmediatos, como la corrupción o los enfrentamientos polìticos pre electorales, que aún con toda su actualidad, no deberían haber oscurecido, hasta anularla completamente, una noticia cultural tan importante como ésta.
 
A día de hoy, nadie ha dicho nada de tal nombramiento,  ni el periodismo escrito ni el radiofónico. Sin embargo, aún nos escandaliza más la falta de interés o preocupación de  los diferentes partidos políticos de la ciudad, tanto de “izquierdas” como de “derechas”, ya que a ninguno de ellos les molesta lo más mínimo que sean muchos los alicantinos que desconozcan la triste historia que envuelve a uno de nuestros ilustres más universales; un hombre que nunca pudo ver cómo la ciudad que tanto amaba le otorgaba un honor bien merecido y que murió sin conocer la culminación de sus esfuerzos investigadores, cuando un año después de su fallecimiento, el 24 de octubre de 1961, el Tossal de Manises fue declarado “Monumento Histórico Artístico Nacional”.

Pero no nos equivoquemos. El título de “Hijo Predilecto de la Ciudad de Alicante” otorgado a Figueras Pacheco  no es un honor que se le otorga a nuestro ilustre Cronista..., sino un honor que adquiere nuestra ciudad por contar con sus trabajos y estudios eternamente.

Allá nosotros con nuestros actos, justificados o no, porque sólo de nosotros depende la perpetuación de nuestra Historia. Y nunca olvidemos que en el momento que enterremos en un cajón oscuro a aquellos que han hecho grande Alicante, inhumaremos también nuestras raices y nuestro pasado, convirtiéndonos en auténticos asnos con orejeras.
         
JUAN JOSÉ AMORES LIZA
MIGUEL ÁNGEL PÉREZ OCA
ASOCIACIÓN CULTURAL ALICANTE VIVO

 
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