Por desgracia el barrio portuario de Heliodoro Madrona es noticia en la prensa. Y decimos "por desgracia" porque como buen patrimonio alicantino se lo quieren cargar. El puerto se ampara en una ley de 1992 que prohibe la presencia de viviendas en zona portuaria y el Ayuntamiento alega que esta barriada está en ruina legal, es decir, que el coste de su rehabilitación supera la mitad de lo que costaría derribarlo y hacerlo nuevo.
La historia de este barrio se inicia en 1943. En ese año cuando, siendo Presidente de la Junta de Obras del Puerto Heliodoro Madrona Pujalte, se comienza la construcción del barrio para trabajadores del puerto. La obra fue encargada a los prestigiosos arquitectos Juan Vidal Ramos y Julio Ruiz Olmos a instancias del ingeniero-director de la Junta de Obras del Puerto Luis Ansorena y Saénz de Jureba. En un princio el barrio contaría con iglesia y escuela, pero debido a la marcha de Ansorena, el proyecto se concluyó con la construcción de los dos grupos de viviendas.
El primer grupo constaba de 18 viviendas de tres habitaciones, comedor, cocina, aseo y patio "para las atenciones de la higiene doméstica" y se entregaban totalmente amuebladas y listas para vivir. Este primer grupo se unía al comedor y a los dispensarios para portuarios.
El día elegido para la bendición y entrega del primer grupo de viviendas fue el 18 de julio de 1944. Mientras esperaban la llegada del Obispo Luis Almarcha, se fueron reuniendo las autoridades civiles y militares en el desaparecido Hotel Palas, entre ellos el ilustre médico D. Pedro Herrero Rubio jefe de los Servicios Médicos Portuarios y el Gobernador Paternina. A las 10,45 de la mañana llegaba el obispo desde Orihuela a la puerta del Palas. Tras las pertinentes presentaciones marcharon todos a los terrenos portuarios donde se levantaba el flamante barrio de Heliodoro Madrona.
Junto al grupo de casas se había levantado una tribuna adornada con la bandera de España y la del Movimiento. Junto a ella esperaban ya el Presidente de la Diputación Sr. Martínez Alejos y multitud de personalidades y cargos políticos, civiles y militares de la provincia. Tras la llegada del obispo se procedió a visitar dos de las viviendas de la barriada, efectuandose en el porche de una de ellas la bendición del Barrio de Heliodoro Madrona.
Tras la bendición y entrega de dos ramos de flores por dos niñas de familia portuaria, las autoridades provinciales y sus esposas subieron a la tribuna a realizar los discursos de rigor .Luis Ansorena, tras repasar la historia del Puerto tras la Guerra Civil y recordar al fallecido Heliodoro Madrona, destacó que la entrega se realizaba a 18 hombres "porque en la sociedad cristiana, el hombre es el jefe de la familia latina. Pero queremos que seais vosotras [las mujeres] las que seais reinas y señoras en esas casas". Tras loar las virtudes de la mujer y madre cristiana y dar gracias a Dios y al Caudillo afirmó que "nunca se han encontrado en España las facilidades que hay hoy para hacer el bien desde las alturas".
A continuación Almarcha se mostró muy feliz de poder estar en un acto social de ayuda al obrero y pronunció un discurso lleno de referencias religiosas: "Esa universalidad del lenguaje del corazón y del amor que nos trajo Jesús quiero que sea la que reine entre todos los obreros del puerto".
Tras los discursos el Gobernador Paternina procedió a entregar las llaves a los 18 agraciados. Aquellos primeros vecinos fueron:
- Amalio Pérez Pedraza (practicante)
- Vicente Tomás Navarro (talleres)
- Felipe Samper Chorro (varadero)
- Antonio Lamas Bonilla (eléctricos)
- Rafael Gambín Peña (talleres)
- Francisco Berbejal Galvañ (eléctricos)
- Baltasar Sempere (varadero)
- Juan Rovira Bosch (talleres)
- Vicente Botella Serrano (varadero)
- José Jover Gomis (eléctricos)
- Ricardo Micó Cano (varadero)
- Rafael Ruiz González (conservación)
- Francisco Caturla (varadero)
- Ramón Más Llorca (eléctricos)
- José Mª Pérez de Miguel (guarda muelles)
- José López Pérez (vías y obras)
- Manuel García Albertos (conservación)
- Vicente Morera Moll (eléctricos)
Tras la entrega de llaves y varios vivas al Caudillo y a la Junta de Obras del Puerto, se procedió a cantar el Cara al Sol, lanzando Paternina los gritos de ritual que fueron respondidos por el público allí presente.
Hablemos ahora de la persona que da nombre al barrio, Heliodoro Madrona Pujalte. Según Tirso Marín, este empresario modélico abrió su fábrica de cintas en la Avenida de Orihuela 57, barrio de La Florida en 1898, si bien la placa explicativa de la calle y la tarjeta de la empresa mencionan el año 1921 algo que creemos más factible. Quizá en 1898 se abriera algún pequeño taller...
Esta fábrica en los años 20 llegó a emplear a más de 100 trabajadores de ambos sexos triplicando esta cifra años después. Fabricaba al año millones y millones de metros de cinta de seda y algodón.
Fue tal la pujanza de la empresa que se situó rápidamente en el segundo lugar en el ránking de empresas de Alicante, sólo por detrás de la todopoderosa Fábrica de Tabacos. Funcionaba durante todo el día en turnos de 8 horas -mañana, tarde y noche- empleando a gran cantidad de mujeres de los barrios de los alrededores. Como curiosidad destacaremos que era frecuente apuntar en pizarras los nombres de aquellas jóvenes trabajadores que víctimas del sueño quedaban dormidas a primera hora junto a las máquinas, ganándose además una regañina.
Madrona diversificó sus negocios creando un negocio de carbones en el puerto siendo ampliado años después y clausurada en 1965. En los 80, las dos empresas de la familia, Heliodoro Madrona S.A. y Heliotextil S.A. se trasladaron al Polígono Industrial del Pla de la Vallonga aguantando hasta los años 90 en que cerraron definitivamente.
Heliodoro Madrona contrajo matrimonio con Dorotea Julbe que lo dió cuatro hijos: Maruja, Dorotea, Santiago y Heliodoro, siendo este último el que llevó la empresa familiar en sus últimos años. Heliodoro Madrona Pujalte no vería terminado el barrio que hoy lleva su nombre puesto que fallecería el 23 de septiembre de 1943 y no en 1932 como indica la placa explicativa.
Terminamos como empezamos, con unos negros nubarrones que se ciernen sobre la tranquila barriada portuaria. El último vestigio de una forma de vivir y de la herencia social de un empresario modélico corre el riesgo de desaparecer para siempre.
Y ahora los planos que tanto nos gustan:
La historia de este barrio se inicia en 1943. En ese año cuando, siendo Presidente de la Junta de Obras del Puerto Heliodoro Madrona Pujalte, se comienza la construcción del barrio para trabajadores del puerto. La obra fue encargada a los prestigiosos arquitectos Juan Vidal Ramos y Julio Ruiz Olmos a instancias del ingeniero-director de la Junta de Obras del Puerto Luis Ansorena y Saénz de Jureba. En un princio el barrio contaría con iglesia y escuela, pero debido a la marcha de Ansorena, el proyecto se concluyó con la construcción de los dos grupos de viviendas.
El primer grupo constaba de 18 viviendas de tres habitaciones, comedor, cocina, aseo y patio "para las atenciones de la higiene doméstica" y se entregaban totalmente amuebladas y listas para vivir. Este primer grupo se unía al comedor y a los dispensarios para portuarios.
El día elegido para la bendición y entrega del primer grupo de viviendas fue el 18 de julio de 1944. Mientras esperaban la llegada del Obispo Luis Almarcha, se fueron reuniendo las autoridades civiles y militares en el desaparecido Hotel Palas, entre ellos el ilustre médico D. Pedro Herrero Rubio jefe de los Servicios Médicos Portuarios y el Gobernador Paternina. A las 10,45 de la mañana llegaba el obispo desde Orihuela a la puerta del Palas. Tras las pertinentes presentaciones marcharon todos a los terrenos portuarios donde se levantaba el flamante barrio de Heliodoro Madrona.
Junto al grupo de casas se había levantado una tribuna adornada con la bandera de España y la del Movimiento. Junto a ella esperaban ya el Presidente de la Diputación Sr. Martínez Alejos y multitud de personalidades y cargos políticos, civiles y militares de la provincia. Tras la llegada del obispo se procedió a visitar dos de las viviendas de la barriada, efectuandose en el porche de una de ellas la bendición del Barrio de Heliodoro Madrona.
Tras la bendición y entrega de dos ramos de flores por dos niñas de familia portuaria, las autoridades provinciales y sus esposas subieron a la tribuna a realizar los discursos de rigor .Luis Ansorena, tras repasar la historia del Puerto tras la Guerra Civil y recordar al fallecido Heliodoro Madrona, destacó que la entrega se realizaba a 18 hombres "porque en la sociedad cristiana, el hombre es el jefe de la familia latina. Pero queremos que seais vosotras [las mujeres] las que seais reinas y señoras en esas casas". Tras loar las virtudes de la mujer y madre cristiana y dar gracias a Dios y al Caudillo afirmó que "nunca se han encontrado en España las facilidades que hay hoy para hacer el bien desde las alturas".
A continuación Almarcha se mostró muy feliz de poder estar en un acto social de ayuda al obrero y pronunció un discurso lleno de referencias religiosas: "Esa universalidad del lenguaje del corazón y del amor que nos trajo Jesús quiero que sea la que reine entre todos los obreros del puerto".
Tras los discursos el Gobernador Paternina procedió a entregar las llaves a los 18 agraciados. Aquellos primeros vecinos fueron:
- Amalio Pérez Pedraza (practicante)
- Vicente Tomás Navarro (talleres)
- Felipe Samper Chorro (varadero)
- Antonio Lamas Bonilla (eléctricos)
- Rafael Gambín Peña (talleres)
- Francisco Berbejal Galvañ (eléctricos)
- Baltasar Sempere (varadero)
- Juan Rovira Bosch (talleres)
- Vicente Botella Serrano (varadero)
- José Jover Gomis (eléctricos)
- Ricardo Micó Cano (varadero)
- Rafael Ruiz González (conservación)
- Francisco Caturla (varadero)
- Ramón Más Llorca (eléctricos)
- José Mª Pérez de Miguel (guarda muelles)
- José López Pérez (vías y obras)
- Manuel García Albertos (conservación)
- Vicente Morera Moll (eléctricos)
Tras la entrega de llaves y varios vivas al Caudillo y a la Junta de Obras del Puerto, se procedió a cantar el Cara al Sol, lanzando Paternina los gritos de ritual que fueron respondidos por el público allí presente.
Hablemos ahora de la persona que da nombre al barrio, Heliodoro Madrona Pujalte. Según Tirso Marín, este empresario modélico abrió su fábrica de cintas en la Avenida de Orihuela 57, barrio de La Florida en 1898, si bien la placa explicativa de la calle y la tarjeta de la empresa mencionan el año 1921 algo que creemos más factible. Quizá en 1898 se abriera algún pequeño taller...
Esta fábrica en los años 20 llegó a emplear a más de 100 trabajadores de ambos sexos triplicando esta cifra años después. Fabricaba al año millones y millones de metros de cinta de seda y algodón.
Fue tal la pujanza de la empresa que se situó rápidamente en el segundo lugar en el ránking de empresas de Alicante, sólo por detrás de la todopoderosa Fábrica de Tabacos. Funcionaba durante todo el día en turnos de 8 horas -mañana, tarde y noche- empleando a gran cantidad de mujeres de los barrios de los alrededores. Como curiosidad destacaremos que era frecuente apuntar en pizarras los nombres de aquellas jóvenes trabajadores que víctimas del sueño quedaban dormidas a primera hora junto a las máquinas, ganándose además una regañina.
Madrona diversificó sus negocios creando un negocio de carbones en el puerto siendo ampliado años después y clausurada en 1965. En los 80, las dos empresas de la familia, Heliodoro Madrona S.A. y Heliotextil S.A. se trasladaron al Polígono Industrial del Pla de la Vallonga aguantando hasta los años 90 en que cerraron definitivamente.
Heliodoro Madrona contrajo matrimonio con Dorotea Julbe que lo dió cuatro hijos: Maruja, Dorotea, Santiago y Heliodoro, siendo este último el que llevó la empresa familiar en sus últimos años. Heliodoro Madrona Pujalte no vería terminado el barrio que hoy lleva su nombre puesto que fallecería el 23 de septiembre de 1943 y no en 1932 como indica la placa explicativa.
Terminamos como empezamos, con unos negros nubarrones que se ciernen sobre la tranquila barriada portuaria. El último vestigio de una forma de vivir y de la herencia social de un empresario modélico corre el riesgo de desaparecer para siempre.
Y ahora los planos que tanto nos gustan:
El solitario barrio de Heliodoro Madrona y jardín
anexo en elmural de Gastón Castelló de la
Estación de Autobuses. Año 1948
anexo en elmural de Gastón Castelló de la
Estación de Autobuses. Año 1948