
Más conocido por el Tren de los ingleses, las obras han dejado la huella de aquella vía férrea que se adentraba en el desfiladero o estrecho del Infierno, entre Lorcha y Villalonga, un itinerario complejo por lo abrupto del terreno, que obligó a notables transformaciones, entre ellas la construcción de puentes y la apertura de ocho túneles nu

A veces el tren se quedaba a medio gas y se daba una voz para que los pasajeros se bajaran del tren y continuaran andando junto a los va
gones, mientras los pasajeros aprovechaban el paseo para recoger piñas de los pinares cercanos y echarlos a la caldera para aumentar su potencia.
En las imagenes vemos la estación de Lorcha en los 60 y en los 90 con el castillo de Perputxent de fondo y una carga de agua en el barranc de l´Infern.