15 mayo 2007

AGRES EN EL RECUERDO

El término de Agres fue habitado por el hombre desde los tiempo más remotos. Los yacimientos arqueológicos de la Cueva Beneito, la Solana, Carbonell, la Covacha El emparetà, la cueva del Moro, la cueva los Pilares, la Muela de Agres, el Pico de la Águila, el Cabeço de Mariola y la Covalta, se han descubiertos restos del hombre paleolítico, 40.000 a 30.000 años antes de Cristo y del Neolítico, 500 años antes de Cristo.
El año 76 antes de Cristo, coincidiendo con la época del Emperador romano Cesar Augusto, se constata la presencia de los romanos por estas tierras, ejemplo de la romanización de la Valleta de Agres es el yacimiento arqueológico del Cabeço de Mariola, en el que se han encontrado diversas cerámicas románicas, así como monedas del siglo I.
El rey Jaime I el Conquistador a principios del año 1245 conquistó el territorio que comprende la actual Mariola.
El año 1248 se realizó la entrega de las tierras recientemente conquistadas a una serie de pobladores cristianos, en su mayoría aragoneses y catalanes. A Pelegrí Baldoví y cuatro miembros de su familia se entregó unas casas a Agres con 80 jovadas de terreno.
El 15 de enero de 1388 el Rey Joan el Cazador vendió Agres y su castillo a su “mayordomo”, Andrés Guillermo Scribé. En la segunda mitad del siglo XV pasaron al conde de Cocentaina Joan Roig de Corella y más tarde a la familia Calatayud.

En 1512 figuró como señor Joan de Calatayud, y más tarde quedó vinculada al conde Cirat, que la poseyó hasta la primera mitad del siglo XIX, cuando quedaron suprimidos los señoríos.
A principios del siglo XX, Agres llega a tener una población de casi 1300 habitantes, la cual empezó a decrecer a partir de los años 40-50 a causa de la no industrialización y por la migración de nuestras gentes a las ciudades industriales del alrededor.
Es uno de los lugares más emblemáticos y más visitado de Agres es el Con
vento. La afluencia de gente a este entorno se cuenta por millares semanalmente, tanto por su importancia religiosa como por su entorno natural, ya que esta situado dentro mismo de la sierra Mariola y de su parque natural.
La tradición narra que el último día de agosto del año 1484, la Parroquia de Santa María de Alicante se
incendió por completo, y que la Imagen de la Virgen desapareció. A la mañana siguiente, en Agres pasó un gran acontecimiento, “ La Venida de la Virgen”.
Según cuenta la historia, un pastor, Gaspar Tomas, fue el que encontró a la Virgen, encima de un almez en las ruinas del castillo musulmán. Allí fue donde la Virgen dió al pastor el brazo que le falta
ba. Esta será la prueba ante el pueblo de la aparición de la Virgen.
La Imagen fue transportada a la iglesia, pero al día siguiente había desaparecido. Y se encontró nuevamente en el lugar donde había ap
arecido. Por ello, interpretaron que el deseo de la Virgen era ser venerada en aquel mismo lugar, construyéndose en un principio una humilde ermita.
A finales del año 1577 s
e autorizó a la fundación del Convento de la Virgen del Castillo de Agres, gracias a la afluencia de los devotos de la Virgen. El año siguiente comenzaron las obras, y acabó siendo habitado por religiosos franciscanos hasta la segunda mitad del siglo XX.
La primitiva capilla fue ampliada. Se construyó una iglesia de una única nave muy sencilla y de estilo renacentista. La práctica
de la pobreza era el punto central de los religiosos, de ahí la sencillez del edificio construido ya que nunca ha sido de grandes proporciones arquitectónicas. En su pri
mera época destacó por su modestia y austeridad. El principal ingreso de la casa procedía de la limosna y las ofrendas de los fieles. En las épocas de recolección de frutos, los religiosos pedían aquello que se recogía solo en los pueblos de Agres y Alfafara.
Pero fue tal el reconocimiento y l
a asistencia que se realizaba al Santuario de la Virgen, que a petición del Rey Felipe II, el Papa Sixto V otorgó en el año 1586 una bula que concedía la gracia de pedir limosna por todos los reinos de España. Concesión que fue confirmada por Benedigto XIV en otra bula al año 1756. Los religiosos al hacerse cargo del Santuario de la Virgen, tenían como fin especial la animación cultural.
Las distancias que separaban los pueblos de donde procedían los peregrinos del Santuario hacían imposible que en una jornada se realizara el viaje. Por eso los fieles debían pernoctar en el mismo Santuario, perturbando la tranquilidad de los religiosos. Esto dio lugar a plantearse la construcción de un edificio que sirviere de hospedaje (independiente del convento). El edificio de
l que hoy aún podemos contemplar sus ruinas, se construyó en el año 1649, y estuvo en uso hasta el fin de la exclaustración de 1835. Después fue
deteriorándose hasta principios de la década de los 80 cuando se realizaron las últimas reformas, tanto en el interior como en la cubierta del edificio.
La importancia de este lugar viene determinada sobre todo por la gran afluencia de peregrinos y visitantes que recibe durante todo el año. Sin embargo, cuando mas visitas se realizan es durante el mes de septiembre, durante las fiestas a la Virgen, y a partir de estas, todos los domingos del mes se celebran las peregrinaciones a la Virgen.

 
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