05 agosto 2007

LA LEYENDA DEL LLOP MARI

Y seguimos con Tabarca.
Ya sabéis: la "Nueva Tabarka", la Isla Plana, Planesia o también llamada Isla de San Pablo.
A quien los antiguos llamaron Plúmbea por el color de plomo que tiene mirándole de lejos. Isla abundante en caza de conejos (lo juro), también fue madriguera de corsarios, siendo muchas las personas que han sido cautivas en ella.
Antes de que Carlos III metiera sus manos en ella, fue un importante nido de piratas berberiscos.
Después de meterlas, fue asentamiento de 300 pescadores genoveses apresados en otra Tabarka, en esta ocasión tunecina, y que el monarca aposentó en nuestro islote.
Amuralló su perímetro y los pobres genoveses se tuvieron que dedicar a las faenas del mar. Así lo dice, al menos, nuestro insigne cronista Viravens: "los tabarquinos que procedían de una isla cuya principal industria era el coral, se dedicaron desde luego a ejercer su profesión de pescadores adquiriendo los instrumentos necesarios para ellos".
Dedicados, pues, a este noble oficio en el que se distinguieron por su destreza, ganaban el sustento de sus familias pues el mar de la Nueva Tabarca es fértil en alaches, sardinas, bonito, atún, boga, lampuga, salmonete, ostras, caracoles y gambas. Allí establecieron la almadraba en el mar que media entre la isla y La Galera, para hacer la difícil y muy peligrosa pesca del atún.... ¡que es la más abundante que se conoce en las costas alicantinas!
Y aquí surge la leyenda.
Misteriosa, terrorífica, oscura....
Tabarca tiene al sur una gruta que se interna unos cien metros por el subsuelo de la población. Y en esta gruta penetran las aguas del mar, a cuyo favor entran también pequeñas embarcaciones de poco calado. Esta caverna se llama "La Cova del Llop Marí", porque a ella vienen este pez que es grande y feroz, de cuerpo liso y viscoso, y su boca está armada de dientes de varios tamaños y formas.
Aprovechando la oscuridad de la noche, los habitantes de Tabarca se atreven a penetrar en la gruta y, tirando al mar sus anzuelos, pescan al Llop Marí.
La cueva es de aspecto fantástico, y entre las estalactitas que cuelgan de la techumbre se ven concavidades donde se recogen las gaviotas.
A finales del siglo XIX, la gruta recibió la visita de dos enormes lobos marinos. Allí se cobijaron para recibir el nacimiento de su primer hijo. Pero los isleños consideraron aquello una invasión y un peligro, pues iban a destruir las redes y a comerse la pesca.
Esperaron a una noche de luna llena y atraparon a la pareja por sorpresa. El miedo precipitó el parto de la hembra, cuya cria nació muerta. Fue tal su tristeza que también la madre murió.
Y el padre, en su soledad más angustiosa, lanzó aullidos de dolor y de rabia que perforaron los tímpanos de los isleños durante 3 días. El tiempo que tardó en morir.
Hay habitantes de Tabarca que afirman que su cadaver está aún en las profundidades. Y las noches de luna llena, desde la gruta, lanza ayes lastimeros que se escuchan desde la misma Santa Pola. Pero luego, en el mar, se forma una procesión de lecholas, calamares, lisas, sepias, salmonetes y langostas, que asisten a un curioso cortejo fúnebre. Y en el fondo de la gruta, se extienden como alfombra, las algas, esponjas, petrosias y axineles.
Un funeral en honor a aquel gran lobo marino que murió de soledad añorando a su familia...
Y que aprendió a llorar después de muerto.
INFO: "Alicante: entre la historia y la leyenda".
Manuel Martinez Lopez.
ED. ECU
Pero, ¿qué es la Foca-Monje?
Como nos cuenta nuestro amigo Adrián Pellicer,
el llop Marí es uno de los animales mas emblemáticos de nuestro Mediterráneo. Era muy abundante en nuestras costas , pero en la actualidad únicamente quedan entre 200-300 ejemplares en todo el mundo. Se distribuyen por nuestras aguas y el Atlántico portugués-canario. Su principal colonia se encuentra en el Sahara occidental, con mas de la mitad de los ejemplares. En Grecia y Turkia hay dos poblaciones importantes, al igual que en Tunez.
En las islas Chafarinas había dos ejemplares que durante los 90 se hicieron muy populares. Actualmente tanto el gobierno catalán como el balear están planteando crear zonas exclusivas para su reintroducción, lo que sería muy difícil por el constante movimiento de estos animales. El último ejemplar nacido en nuestro país, fue el de Tabarca, allá en la década de los 50. Por desgracia, fue asesinado por un pescador, ya que se los consideraba como los culpables de la disminución de la pesca.
En los 70 en costas catalanas se establecieron varios ejemplares , pero sin hacer nada mas...
Son animales muy huidizos, y se les llama "monje" porque prefieren lugares poco habitados y tranquilos.
En cuanto a lo de "Llop", es por el peculiar sonido que emiten....

 
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