La "Malla del Llop", con sus 1360 metros de altura, es la tercera cima del Macizo de Serrella. La anteceden la "Penya Edra" con 1384 metros y el "Pla de la Casa" con 1378 metros.
Su nombre no puede ser más expresivo y serrano: una "malla" es un redil donde se guarece el ganado. No sabemos si allí se guarecía o no el ganado, ya que su elevada altura y el constante merodear de los lobos lo impediría. De ahí el nombre "llop" por lobos.
Lo cierto es que la "Malla del Llop" es una cumbre solitaria y pelada, que pasan semanas y semanas sin que nadie se acerque a ella, excepto los jabalíes, las zorras y algún excursionista.
La gente de los alrededores de Famorca (pueblo inmediato) no tiene motivos de subir a esas alturas de breñas y cuervos en la actualidad. Hace años sí, porque había rebaños que apacentar y se tenían tierras de labranzas no muy lejos de la cumbre. Por allí cerca aún quedan los restos de una antigua cava o pozo de nieve que era utilizado para fabricar hielo.
Imaginad hace 100 años: la cava en pleno funcionamiento con el consiguiente trajín de burros cargados de bloques de hielo en sus serrones; la nieve almacenada y apretada en invierno; y en verano un río de carros llevándola a Denia para venderla.
Por entonces, todo este paisaje tuvo que ser muy diferente: bancales de trigo que matizaban de verde toda la falda de Serrella y las campanillas de los ovejas y las cabras alegrando los pasos y vericuetos del monte. Famorca era entonces un pueblo animado con sus hostales para carreteros y gente del negocio de la nieve.
Hoy, sin embargo, es un pueblo tranquilo y silencioso; recorrer sus calles empinadas y estrechas es un placer; la blanca torre de la iglesia siempre presente; tomar unos chatos en el único bar del pueblo ("Torret"), con su botijo en la barra lleno de agua fresca.
Subir a la Malla es realizar una bonita excursión de hora y media de duración. A mitad de recorrido aparece un espléndido y uberrísimo llano alfombrado de hierba y muchos olmos. Es la visión de un fresco paraíso llamado "La Fuente del Olmo". Aquí está la antigua cava o nevera de nieve. Aunque no es muy grande y no conserva su bóveda, acercarse a sus 15 metros de profundidad sigue impresionando como el primer día.
Hasta llegar a la cima, siempre nos acompaña una buena vista del valle de Seta con sus dos poblaciones cercanas: Fageca y Famorca.