Dentro del amplio abanico léxico alicantino, hay una palabra conocida por la inmensa mayoría y usada, empleada y vilipendiada en gran parte de nuestras conversaciones: ACHAVO.
Este término no aparece en la Real Academia Española de la Lengua por ser un localismo, y porque al parecer, a la que "limpia, fija y da esplendor" no le parece lo suficientemente normalizado para normativizarlo. En fin, es una realidad sociolingüística de (al menos) 500.000 hablantes y cuenta con más de 4000 entradas en los buscadores. Es un término nuestro. Sólo nuestro.
Pero, ¿qué significa y cuándo lo utilizamos?
La palabra "achavo" contempla el mismo significado que la palabra "vaya" en su segunda acepcíón; se trata, por tanto, de una interjección:
1. interj. U. para comentar algo que satisface o que, por el contrario, decepciona o disgusta. Pablo ha aprobado todas las asignaturas, ¡achavo! No podemos ir al teatro: se ha suspendido la sesión, ¡achavo!
2. interj. U., antepuesta a un sustantivo, en construcciones exclamativas, para conferir sentido superlativo a las cualidades buenas o malas, según sean la entonación y contexto, que se reconocen en la persona o cosa designadas por dicho sustantivo. ¡Achavo mujer! ¡Achavo reloj que te has comprado!
3. interj. U., seguida de la preposición con y de un sintagma nominal, para marcar la actitud, favorable o desfavorable del hablante, matizada muchas veces de ironía, ante la persona o cosa designada por dicho sintagma. ¡Achavo con el niño! ¡Achavo con la musiquita!
Muy posiblemente, esta interjección provenga de la expresión "de a chavo", donde chavo = moneda de cobre acuñada por Fernando I en Nápoles que llevaba un caballo en su reverso. Su valor de un chavo fue hasta el siglo XIX. Comparable al "centavo", al "céntimo"; de hecho, también se utiliza la expresión "De achavo"/ "D'axavo".
Podéis ver a Ernesto Martín Martínez hablando de esta interjección dentro del espacio "Vamoraver" en el programa La Explanada de AlacantíTV