10 julio 2007

ALICANTE EN EL RECUERDO: LUCEROS Y SU FUENTE

Hace unos meses, cuando nuestro compañero Jesús hizo un pequeño artículo sobre Luceros, se nos ocurrió la idea de buscar más información sobre la construcción y significado de su fuente. Para Alicante y los alicantinos, la Fuente de Luceros es mucho más que un simple adorno: para nosotros, la obra de Bañuls es un monumento hacia el que sentimos un cariño y una atracción muy especial. La plaza está ahí, llena de vida y se puede contemplar y comprobar cuanto de ella se diga. La fuente es un conjunto escultórico de piedra artificial que contiene bajorrelieves de referencia oriental con figuras femeninas y está rodeada de cuatro esculturas idénticas formadas por caballos con sus jinetes. Está entre un modernismo tardío y un art-decó incipiente.
En todo este empeño nos ayudó mucho Javier, responsable de una web sobre Alicante y provincia conocida por todos los internautas: Alicantetotal. Gracias a él y a Tito Macia, astrólogo y buen amigo suyo, hemos podido hacer un artículo muy interesante sobre la fuente, su construcción, su creador y su significado.
Esperamos que os guste.
El monumento se erigió en 1930, cuando Daniel Bañuls (hijo de otro ilustre constructor alicantino, Vicente Bañuls) contaba tan sólo 25 años de edad.
Se convocó un concurso y lo ganó el joven escultor. Habría que empezar por decir que Daniel Bañuls Martínez nació en Alicante en 1905 y murió en su chalé familiar el 20 de agosto de 1947 cuando contaba sólo con 42 años (precisamente en el momento en que se encontraba preparando una exposición para Madrid y ya gozaba del privilegio de ser considerado por la crítica como el mejor escultor contemporáneo de la zona de Levante). Era tremendamente retraído, pero simpático e incluso de niño tenía costumbre de subirse a los tejados.
Murió soltero. Su enfermedad, que viajó con él mucho años, le impidió contraer matrimonio.
Dícese de él que lo que en la vida tenía de tímido, en su obra lo tenía de valiente.
Era amante de la naturaleza. Daniel Bañuls realizaba excursiones al campo y a la montaña. Sus visitas a Aitana fueron frecuentes. Le gustaba el deporte, pero de manera contemplativa porque su enfermedad le imposibilitaba practicarlo.
Daniel Bañuls quería romper con todo, incluso en ocasiones se manifestaba en parte contrario al arte de su padre. El fundador de la saga, Vicente Bañuls Aracil (1865-1934) se casó con Vicenta Martínez, profesora de piano de exquisito gusto. Del matrimonio nacieron Daniel y Rafael. El primero siguió los pasos de su padre, y Rafael, dos años menor, fue profesor de la Escuela de Comercio y jefe del negociado de Vías y Obras del Ayuntamiento de Alicante.
Con estos antecedentes, no era de extrañar que en Daniel despertara pronto su amor por todo lo que fuera arte. El dibujo, la pintura, la escultura... era su pasión.
Con cinco años sorprendió a su padre y con diez empezó a destacar.
Pero, como decíamos al principio, a finales de la década de los años 20 el Ayuntamiento de Alicante propuso a concurso la construcción de una fuente situada en los ejes urbanos más importantes de la futura ciudad que ese tiempo se estaba diseñando. Entre otros proyectos se presentó el monumento diseñado por Daniel Bañuls, quién ganó el concurso y asumió la obra de la fuente.
La Fuente de los Luceros (o de los caballos, como la llamábamos hasta hace poco) es un monumento artístico que se inspira en la naturaleza y en las cuatro estrellas errantes que brillan en el cielo estrellado.
En la parte baja destacan los cuatro caballos, que simbolizan la conexión del mundo celeste y el terrestre y tienen marcadas las estrellas en sus sienes. Los caballos fueron modelados en barro por las manos de Daniel Bañuls, luego se hicieron los moldes y se remataron en hormigón blanco.
En la parte central del monumento hay cuatro figuras femeninas. Sobre las cabezas de cada una de las figuras se destaca una estrella de ocho puntas de color rojo que indican su relación con las estrellas errantes (también llamadas luceros). Los luceros tienen una clara representación en las imágenes de las Hespérides. Una de estas personificaciones femeninas es la llamada Arietis. Tiene el cuerpo y las piernas cubiertas con una manto transparente repleto de estrellas que representan el cielo estrellado de la noche.
La cúspide del monumento es una representación del árbol de la Hésperides que se alza hacia el cielo. El árbol del Jardín y sus frutos tienen la misma idea en el árbol sagrado de muchas otras mitologías.
La manzana simboliza el conocimiento, pero la manzana de oro, es el conocimiento divino, el saber que guarda el cielo, la sabiduría creadora que nos manifiesta Bañuls en esta obra artística.
En las revelaciones a San Juan Apoc 22/2 dice. “ En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto.....”
Pero Bañuls no se olvida del mito del héroe que tomó los frutos dorados del jardín de las Hespérides venciendo al dragón. Pues los leones que aparecen en cada una de las caras representan a Hércules. De los doce trabajos de Hércules, Bañuls se inspira, en uno de ellos en los que Hércules tiene que obedecer la orden de buscar las Manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides. El León es el animal que domina el héroe en la primera de sus leyendas y queda como símbolo del héroe solar. Quizás esta oculta o secreta simbolización de Hércules haya influido en los seguidores del equipo alicantino del mismo nombre, para celebrar sus victorias en este lugar.
Tenéis mucha más información sobre nuestro Monumento y su significado en la web de Alicantetotal.

 
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