A las ocho y media de la tarde del día 4 de agosto de 2002, un gigantesco estruendo se oyó en Santa Pola y en todas las localidades próximas.
Nuevamente, la banda terrorista ETA había puesto en marcha su maquinaria de asesinar indiscriminadamente por medio del terrorismo cobarde.
En esta ocasión eligieron Santa Pola, una población turística que en los meses de verano siempre está a rebosar de visitantes. Los terroristas buscaron la Casa-Cuartel de la Guardia Civil y estacionaron junto a ella un potentísimo coche bomba.
Según relataron las personas que se encontraban en la zona, "la violencia de la explosión fue tan grande que cayeron numerosos tabiques de casas próximas a la Casa-Cuartel y fueron destrozadas muchas puertas, ventanas y enseres de varios edificios de la calle Azorín y de otras calles próximas."
Los terroristas no tuvieron en cuenta (o quizá sí) que en ese edificio vivían niños y mujeres.
No tuvieron en cuenta (o quizá sí) que junto a la Casa-Cuartel había una parada de autobús que en aquellos momentos estaba llena de gente.
No tuvieron en cuenta (o quizá sí) que aquella zona estaba muy transitada durante los meses de verano...
La cuestión es que como consecuencia de la explosión murió instantáneamente Cecilio Gallego Alarias, un hombre de 57 años, natural de Alcázar de San Juan y la hija de un guardia civil, una niña de 6 años llamada Silvia Martínez Santiago que se encontraba jugando en su habitación acompañada por su madre, por su tía y por un primo de 5 años que resultó gravemente herido.
Como consecuencia de la explosión más de 40 personas resultaron heridas de diversa consideración.
Según relataron las personas que se encontraban en la zona, "la violencia de la explosión fue tan grande que cayeron numerosos tabiques de casas próximas a la Casa-Cuartel y fueron destrozadas muchas puertas, ventanas y enseres de varios edificios de la calle Azorín y de otras calles próximas."
Los terroristas no tuvieron en cuenta (o quizá sí) que en ese edificio vivían niños y mujeres.
No tuvieron en cuenta (o quizá sí) que junto a la Casa-Cuartel había una parada de autobús que en aquellos momentos estaba llena de gente.
No tuvieron en cuenta (o quizá sí) que aquella zona estaba muy transitada durante los meses de verano...
La cuestión es que como consecuencia de la explosión murió instantáneamente Cecilio Gallego Alarias, un hombre de 57 años, natural de Alcázar de San Juan y la hija de un guardia civil, una niña de 6 años llamada Silvia Martínez Santiago que se encontraba jugando en su habitación acompañada por su madre, por su tía y por un primo de 5 años que resultó gravemente herido.
Como consecuencia de la explosión más de 40 personas resultaron heridas de diversa consideración.
ETA utilizó 40 kilos de cloratita reforzados con dinamita en el coche bomba. No avisaron con antelación de la colocación del coche-bomba, un Opel de color negro, y esto impidió a los cuerpos policiales acordonar la zona.
La explosión mantuvo la zona de esta ciudad conocida como El Palmeral sin fluido eléctrico por los efectos de dicha explosión durante un tiempo.
INFO: El Boleto
La explosión mantuvo la zona de esta ciudad conocida como El Palmeral sin fluido eléctrico por los efectos de dicha explosión durante un tiempo.
INFO: El Boleto