11 septiembre 2007

HISTORIAS DE LA PLAÇETA DE SANT CRISTÓFOL: TITOT

Mi abuelo José Soler y Sánchez, más conocido como el Doctor Soler y por este apelativo le recuerda Alicante en una gran avenida en el barrio de Benalúa del cual fue fundador, tenia como empleado a un mozo de farmacia llamado Titot. Persona de pocas entendederas, apenas sabia leer y escribir y con el paso de los años, a poco que hubiera valido sería mancebo, pero siguió toda su vida de mozo.
Titot, se maravillaba y embelesaba con los experimentos del Doctor Soler. Pero lo que en verdad le tenía pasmado y casi pensaba en milagros, era como se podía saber las enfermedades a través del análisis de orina. No hacia más que preguntar, tanto al mancebo como a los demás empleados de la farmacia y algo le debieron explicar, pues un día al entrar mi abuelo en el laboratorio recibió, uno a uno, de manos de Titot, los frascos que contenían las orinas y mientras se los entregaba decía:
- Don José, ésta té sucre.
- Esta tambe té sucre.
- Esta no té sucre.
Mi abuelo no le hacía al principio mucho caso pero acabo fijándose en las impertinentes observaciones de Titot y, con asombro, pudo comprobar que muchas veces eran acertadas.
Unos días después Titot al entregar unos de los frascos le dijo:
-Esta té molt sucre, Está molt dolça.
Y mi abuelo encontró azúcar en cantidad. Calándose los anteojos dorados, le dijo:
- Titot ¿como puedes saber que esta orina tiene mucho azúcar? ¿Es que conoces al enfermo?
- Yo no, señor
- Pues entonces, ¿como puede ser que me digas, tan seguro, esta té sucre y esta no?
Titot vaciló un momento y dijo:
-Perque els taste.
Mi abuelo se quedo aterrado y no quería creerle, pero decidió averiguar, con exactitud, si era posible descubrir por el sabor si una orina tenía azúcar, cosa que hasta la fecha nadie había investigado por razones obvias. Y puesto que, al parecer, Titot era lo suficientemente guarro para haber degustado, no era mala ocasión para comprobar la eficacia de tan singular procedimiento.
Llamó al mozo y le dijo:
- Vamos a ver, Titot, trae las orinas que faltan.
Cogió una de las botellas y preguntó:
- Esta té sucre?
- No.
Mi abuelo, lo analizo y no había efectivamente glucosa.
Cogió otra botella.
- ¿Y esta?
- Sí.
Volvió a analizar y efectivamente tenía azúcar
Repitió la operación con varias botella más y todas fueron acertadas por Titot.
Mi abuelo acababa de descubrir no sólo un método de analizar orinas sino también una guarrada enorme.
Espantado, con enfado manifiesto, no sabiendo si chillar o echarse a reir, continuó:
- ¿Y esta?
-¿Eisa? No u sé. No l´ha tastat.
- !Que no la has probado! Y ¿porque no?
-Perque me dona asco.
- Asco! ¿Como asco?..... !Marrano! Si bebes de todas. ¿cómo puede darte ésta asco?
Titot, muy serio y compungido, señaló dentro de la botella con el índice y mirando a mi abuelo afirmó:
PERQUE EIXA TÉ UN PEL

 
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