22 noviembre 2007

PEQUEÑA ARQUEOLOGÍA URBANA (1)

Estas imágenes fueron tomadas en Alacant, El Campello y Almansa.

Son últimos tramos de bajantes de pluviales recogidas por canalones. Se trata de tubos que recorren la fachada de edificios de una o más plantas en los cascos antiguos de algunas poblaciones. Suelen ser de zinc o hierro, continuos desde el canalón hasta insertarse en un embudo cilíndrico decorado, de aproximadamente 12 cm. de diámetro, cabeza de otro tubo de hierro de 1,5-2 metros.
Los relieves más frecuentes son rostros de angelotes o cupidos, máscaras de faunos y estrellas; recuerdan las formas de grutescos romanos y renacentistas.

Fueron construidos entre 1880-1930 y acabaron en desguaces, oxidados o sustituidos por el PVC y el fibrocemento. Desconozco todos los tipos, el área de dispersión y los que aún quedan desapercibidos.
He comprobado su permanencia también en Villena, Biar y Alcoi.
Casi con seguridad, fueron fabricados por dos de los talleres metalúrgicos más importantes en la provincia en aquella época. Unos pocos datos sobre ellos muestran el interés que ofrecería un estudio detallado sobre estas empresas desaparecidas hacia finales de los cincuenta.
El Boletín de la Cámara de Comercio de Alicante (31.8.1894) incluyó un artículo sobre los Talleres de maquinaria y fundición de metales de los Sres. Don Tomás Aznar y Hermanos. Los situaba en las calles Santa Elena, nº 1, Alcoi, y Quiroga, hoy Alemania, en Alicante. Describía sus instalaciones y ensalzaba las cualidades personales de los empresarios que a fuerza de trabajo y tesón habían conseguido un amplio mercado en la provincia y península a sus productos: columnas de fundición, calderas, máquinas textiles y papeleras, prensas de aceite y vino, bombas hidráulicas, de vapor, generadores, molinos y tuberías para la canalización de agua, gas y otros líquidos. El hierro lo trabajaban dulce, galvanizado, emplomado y acero.

La Revista (Alicante, 31.10.1902) ofreció una biografía con fotos del emprendedor Tomás Aznar. Destacaba (…) el cariño que profesa a sus obreros, de los que es padre amantísimo, considerándoles y haciéndoles más llevadera su triste condición, comprenderemos la idolatría que sienten por él, cuantos trabajan a sus órdenes.
Los hechos posteriores desmienten tan edulcorada visión. Según Francisco Moreno (Las luchas sociales en la provincia de Alicante, 1890-1931. Alicante, 1988) los obreros de esta factoría se organizaron cada vez con mayor conciencia de clase; plantearon largas y fuertes huelgas entre 1903-31 para exigir mejoras salariales, derecho a la negociación, mantenimiento de los puestos de trabajo y readmisión de despedidos. Evolucionaron desde posiciones gremialistas a un anarcosindicalismo más comprometido.
En 1902 la casa adoptó la denominación Tomás Aznar e Hijos, Aniceto y Luis Badias (hijo político), ingenieros.

Ferrándiz Pozo (Estado de la industria en la provincia de Alicante. Alicante, 1901) señaló que la fábrica de Alcoi precedió a la alicantina. Las razones del traslado fue la accesibilidad del ferrocarril MZA y un mercado potencial más expansivo, pues crecía la demanda de sus productos de transformación agrícola desde La Mancha y Andalucía. En Sevilla hay localizada maquinaria de los Aznar.
Figueras Pacheco (Geografía general del Reino de Valencia. Provincia de Alicante. Barcelona, 1914 ca.) ofrece más detalles del proceso e instalaciones de fabricación. Las actividades se desarrollaban en varios edificios dispersos, a poca distancia de la línea MZA; contaban con dos hornos que fundían 15 Tm diarias; los talleres de fundición y almacenes se hallaban en Benalúa, ocupando un área de 3,3 Ha; las naves de construcción y ajuste estaban entre las calles Quiroga y Pintor Casanova. Figueras fijaba la fundación de la empresa en 1890 y en más de 500 el número de trabajadores.

La segunda empresa metalúrgica, José Rodes, tuvo larga presencia en Alcoi, donde subsisten parte de sus edificios. Tuvo con intermitencias relaciones mercantiles con Aznar; la producción y el mercado eran muy similares. En Alicante radicaba en Maisonnave, 39.Tenemos constancia fotográfica de ambas fabricas de Alcoi en publicaciones de principios de siglo. En cuanto a sus máquinas hay ejemplares en el Museo Escolar de Pusol (Elx) y en el Centre d´Estudis Constestans (Cocentaina); pero ¿y las bajantes decoradas con efigies?, los genios del agua. No deben convertirse en chatarra. Una normativa adecuada debe favorecer su permanencia en in situ; cuando no sea posible podrían trasladarse a otro emplazamiento, privado o público, con su correspondiente ficha de catalogación y, también, conservar muestras significativas en la red de museos valencianos.


CARLOS SALINAS


 
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