01 diciembre 2007

LA CALLE CALDERÓN DE LA BARCA

La calle Calderón (de la Barca), reconozco que ha sido siempre una de mis preferidas y es una calle que ha pasado por diversas vicisitudes.
Por lo menos, desde que yo la conozco, que es de lo que voy a hablar.
Desde siempre, Calderón y San Vicente íban emparejadas. No sé por qué extraña razón eran como calles gemelas.
Las dos nacen en Alfonso el Sabio y las dos mueren en la Plaza de España. Por una subía el tranvía... y por otra bajaba. Las dos tenían su cine propio: el Carlos III y el Calderón. Las dos eran cauce del valle que existe entre ambos castillos y todos sus comercios y portales, tenían/tienen unas guías a los lados para poner una madera que sirviera de cortapisa al agua, cuando la gota fría nos visita.
Pero había una gran diferencia entre ellas: mientras San Vicente, debido a sus altas palmeras y a los edificios de 9 plantas, era una calle oscura, triste y polvorienta, Calderón, era mucho más luminosa. Estaba ornamentada con acacias que en invierno perdían las hojas y dejaban entrar el sol; en la esquina de Juan de Herrera había un colegio (del Frente de Juventudes, antes de los hermanos Albricias) con una tapia no muy alta; un poco más abajo estaba Hidroeléctrica Española (para mi familia siempre fueron Riegos de Levante) con un solar anexo que también dejaba entrar el sol; en la otra acera se conservaban bastantes casitas de 2 y 3 plantas de principios del siglo XX; y, por si fuera poco, estaba él, el más majestuoso mercado que teníamos: el Mercado Central.
Una calle completa y con una particularidad: la acera de los números impares (bien sea porque está el Mercado, bien sea porque era la bajada de la gente que venía de San Vicente, o porque los jueves y sábados se ponía en esa acera el mercadillo de ropa (que luego emigró a Campoamor), esa acera era y sigue siendo mucho más transitada que la otra.
De hecho, los locales comerciales tienen un precio muy superior en una que en otra.
Fijaos y vereís como mientras en una siempre hay gente, la otra está vacía.
Pero el tiempo fue pasando: el primer atentado fue perpetrado por el Ayuntamiento del alcalde Malluguiza, que taló todas las acacias y las sustituyó por naranjos bordes (que hubo que quitar, porque la contaminación no los dejaba crecer, y se trasplantaron al Barrio Obrero).
Los solares del colegio y de Iberdrola se edificaron y la calle acabó siendo casi tan oscura como su vecina San Vicente, excepto el tramo el Mercado.
Los cines también han desaparecido: el Calderón que había inagurado Carmen Sevilla, con una película malísima (Crucero de Verano), hoy es un supermercado; y el Carlos III (que a su vez, había sustituido al cine de verano RIO y al anterior Trinquet) ha sido sustituído por un parking, que aún está en obras.
Aquí os dejo unas cuantas fotografías

Plaza de España/Calderón- 1933

Plaza de España 2-1928


Padre Mariana/Calderón –1953

Calderón 32 -1940 (Juan Herrera)

Calderón 37-39 -1915

Calderón 26- Edificio de la Ser (antiguo emplazamiento del colegio de Albricias). 1979.


ELKIKO

 
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