05 diciembre 2007

NADIE RECORDARÁ ESTE CAMPO DE LOS ALMENDROS


Recuerdo cuando por mis adentros viajaba la sabia que reverdecía mis frutos.


Mis raíces eran profundas de siglos y en aquella primavera de hace tanto las flores, como con prisa, se fraguaron en almendras que todavía verdes arrancaban aquellos pobres.


Los vi repartirse el fruto verde aún de mis ramas, era grande el hambre y aún más el frío y la humedad de aquellas tardes de llovizna y sombria en este campo donde yo y mis compañeros habíamos vivido sin alambradas tanto tiempo.


Luego nos acorralaron con alambres de espinos y estas pobres gentes vencidas y desarmadas, apoyan sus espaldas rotas sobre nuestros troncos.


Los veo y quisiera que la tierra me diera la fuerza para reverdecer de nuevo los frutos y que éstos maduren aún más a prisa para darles de comer.


Vi parir niños entre los matojos, vi morir gentes de hambres o con los estómagos destrozados, vi desmembrar a palizas a algunos de ellos.

Lloré rocio todos los días.


Los humanos tienen sentimientos y rencores que no les vienen dados por la propia naturaleza.Barbarie, presos arapientos, sin futuro cierto o terriblemente cierto frente al cañón asesino de los fusiles.


He visto cosas que no puedo contar pero , lo juro, intenté en aquel abril dar frutos hasta tronchar mis ramas, quise darme por ellos, aliviarles el hambre y la desesperación.


Alguno de mis compañeros se ofreció como leña que aliviara las noches de frío de esta primavera especialmente cruel.


De todos aquellos hombres quedan aún hoy muchos marcados por el dolor de un olvido y , sin embargo otros no recuerdan o no quieren.De todos aquellos almendros sólo quedo yo, pero estoy viejo y cansado y de mis ramas ya no florece más que alguna señal de vida, eso sí hay una señora que viene y me riega de vez en cuando, la lluvia escasea. Y mi sabia intenta ascender pero se queda en el intento.


Pronto vendrán las máquinas que los hombres han inventado para destruirnos y me llevaran en pedazos a cualquier montón de cadáveres grisáceos.No serviremos ya ni para hogueras que alivien el frío, simplemente quedaré amontonado en esa fosa común de almendros.


Nadie recordará.
Imagen obtenida del blog: http://campodelosalmendros.blogspot.com

 
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