10 diciembre 2007

Trino González de Quijano


¿Tenéis lágrimas y fe? Llorad por el que ya no existe; 
rogad por el que fue tan bueno.

Con esta frase comienza el poeta Juan Vila y Blanco la reseña de los "Últimos días del Excmo. Señor Don Trino González de Quijano".

En el año 2004 el Ayuntamiento de Alicante y su Concejalía de Cultura recuperaron la memoria temporalmente para editar un folleto , con dibujos de Escolano, dirigido especialmente a los escolares, en el que se narraba en forma de comic la vida de este ilustre personaje alicantino. Hecho que agradecemos todos los que , de alguna manera, trabajamos para que los más jóvenes conozcan, al menos, dónde viven y , más aún, por qué viven.

Por entender que se trata de un trabajo digno , aunque escueto por exigencias de presupuesto imagino, creo que merece una mención en este espacio.




Dentro de las convulsiones políticas que acompañaron al reinado de Isabel II, 1854 fue un año destacado al producirse un esstallido revolucionario que acabó con los gobiernos ultraconservadores. Espartero tomó el poder, el trono se tambaleó y la reina madre fue expulsada por sus intrigas y vinculación con oscuros negocios . Todo ello provocó la destitución del gobernador civil de Alicante, el moderado José María Montalvo, quedando pendiente de designar su sustituto.


El 9 de Agosto se producen en Alicante los primeros casos de cólera morbo . El 16 es nombrado oficialmente gobernador civil de alicante don Trinitario Maria González de Quijano, un vasco de Guetaria que contaba 47 años de edad.


Personalidad progresista que ya había ostentado otro cargo político en Alicante en 1841. El escritor y periodista Juan Vila y Blanco que fue estrecho colaborador suyo escribiría el mismo año 1854 una crónica de aquellos días. "Ultimos días del Excmo. Señor Don Trino González de Quijano".







Enterado de la epidemia , decide vernia a Alicante "Con la velocidad del rayo" en cuanto recibiera en Madrid la Credencial , cosa que sucede el 20 de ese mes de Agosto, arribando al mediodia del 22, tras 36 horas de penoso viaje en carruaje.














Era la nuestra una ciudad de 18.000 habitantes , Trino Quijano, así firmaba él sus escritos, se encuentra al llegar con una urbe desolada.


La gente que podía había escapado a pueblos y fincas de los alrededores. La ignorancia sobre el cólera , y la falta de higiene entre la población , provocaron 1964 muertes en los 47 días que duró la epidemia, como el éxodo redujo la población a unos 10.000 habitantes, se puede decir que casi el 20% murió en esta epidemia.









Para salvar al pueblo hasta de las rocas se hacen brotar recursos.

el 23 publica un edicto en el que obliga la apertura de los establecimientos públicos y tiendas de comestibles advirtiendo que serán sancionados los especuladores que vendan artículos de primera necesidad a sobreprecio.












Y le pido "con la franqueza proverbial de los vascongados".

Ese mismo día escribe al obispo de la diócesis Félix Herrero Valverde denunciándole que la mayoría de los sacerdotes había huído e instándole a que les obligara a retornar y que se personase en Alicante en un plazo de 48 horas para ayudarle a confortar a los enfermos y dar ejemplo.












Reunióse Quijano con los facultativos para poner en marcha un plan de asistencia médica dando de su propio bolsillo dinero a las familias más pobres para que compraran alimentos.
















En su frenética actividad, el 24 redacta otro edicto en el que obliga a la fabricación de horchata de arroz día y noche para servicio público y de enfermos . Manda despachar recetas gratis de medicamentos que luego abonaría el Gobierno y concede ayudas económicas de tres reales diarios a las familias consideradas pobres de solemnidad.














Al día siguiente otorga exención del pago de tributos para los alimentos con el objeto de que accedan a bajo precio al quedar libres de gravámenes y prohíbe los cordones sanitarios que mantenían aislado a Alicante mientras aún tenía tiempo de acudir a visitar a los enfermos que hasta se le morían en sus brazos.













La semana del 23 al 29 de Agosto no bajo de los 110 muertos diarios, siendo el 24 de agosto la fecha de mayor número con 140 fallecidos y cuando la epidemia se extendió por la provincia, acudió presuroso a localidades como Alcoy, Cocentaina y Monforte.














Es llevado a hombros desde el Ayuntamiento hasta el Gobierno Civil en la calle Jorge Juan,, en el Palacio de los Marqueses de Beniel, tras venir de San Juan para conseguir víveres





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Organizó a comienzos de septiembre una solemne procesión de gracias con la venerable reliquia de la Santísima Faz y unas fiestas populares con suelta de vaquillas y conciertos para distraer a la población de sus sufrimientos.














El desempeño ejemplar de sus funciones por parte de Quijano llegó pronto a la corte e Isabell II le concedió el 5 de Septiembre la Gran Cruz de Isabel La Católica.
Y el Gobernador Quijano siguió con su actitud heróica, estableció guardias de tres médicos y cuatro practicantes en los bajos del Ayuntamiento entre las diez de la noche y las cinco de la madrugada.











Exhausto por los viajes , lo que se creía agotamiento se convierte en contagio . El 14 de Septiembre se le diagnostica la enfermedad cuando ésta ya remitia.
Sé que voy a morir pero muero contento porque voy a ser yo el último de la procesión.
Enterado ese mismi día que Castalla estaba infectada y sin médico, pide su caballo para acudir con personal sanitario pero ya se encuentra muy grave.
Delirando y entre grandes sufrimientos expira a la una y cuarto de la madrugada del día 15.







Fue enterrado en el panteón de la Iglesia de Santa María. Un grupo de notables de la ciudad decidiría elevar un monumento en recuerdo y gratitud del pueblo a su memoria.
La primera piedra no se pondría hasta el 17 de junio de 1855 y los gastos se sufragarán por suscripción popular. Hasta el 16 de Septiembre de 1857 no se inauguraría aunque falto de numerosos elementos decorativos de tal manera que el conjunto no quedaría concluso hasta 1880, veintiséis años después de muerto Quijano.






En ocasiones me pregunto dónde podríamos encontrar en la actualidad a un político, sea del signo que sea, capaz de hacer lo que este hombre. Creo que más que para los escolares debería repartirse este folleto entre la clase política, en el pleno del Ayuntamiento, en el Gobierno Civil, en la Diputación, en las sedes de los partidos políticos.

Extraído de la crónica de Juan Vila y Blanco una de las muchas cartas que los Ayuntamientos de la Provincia remiten a Quijano en agradecimiento a su visita y ayuda.

"M.I.S. El Ayuntamiento, Clero y Junta de Sanidad de la villa de Altea acuden á V.S. llenos del más profundo reconocimiento por los incalculables beneficios de que le es deudora la Provincia toda , y al cumplir con los deberes que inspira la gratitud, no puede menos de rendir homenaje a esa abnegación sin ejemplo, tan pública en V.S., sacrifícándose por la salud de nuestros hermanos, arrancando de los brazos de la muerte innumerables víctimas que hubieran sin duda sucumbido sin su amparo.- Dios guarde a V.S. muchos años.- 

Altea, 12 de Septiembre de 1854

En el periódico Unión Liberal, de Madrid:

"Con el dolor más profundo anunciamos a nuestros lectores la muerte de D. Trino Quijano, dignísimo Gobernador Civil de Alicante (...) Quijano ha muerto , no en servicio de una fracción política, sino en defensa de la humanidad. ¡Qué muerte más gloriosa! ¡Qué muerte tan envidiable!.- Alicante lamenta la irreparble pérdida de unpadre : Alicante debe consagrar un monumento a su memoria (...)"


DANIEL MOYA

 
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