06 enero 2008

DESDE MI ATALAYA

Muchos intentaron persuadirme. Pocos me poseyeron. Algunos disfrutaron de mi morada. Algunos, de lejanos lugares. Desde mi atalaya, la ciudad a mis pies. Largas calles. Plazas redondas. Edificios de alturas. Muchos coches, demasiados. Conmigo nacieron barrios aledaños. Conmigo crecieron.

Castillo de Santa Bárbara desde mi ventana

Desde la Ereta

Otra imagen desde la Ereta

Mis murallas se recortan sobre el mar. Desde las torretas miro con tristeza a Tabarca. ¿Qué tiene Mikonos que no tenga ella?. Sus aguas cristalinas …, aquí también las hay. Sus fondos marinos …, aquí Reserva. Sus calles empedradas …, aquí, de tierra. Las paredes de las casas, blancas inmaculadas, aquí … Los bares, estratégicamente situados junto a la orilla, aquí apiñados casi todos. Allí …, y aquí ¿por qué no?. Falta mucha sensibilidad. No basta playas y un buen caldero.
Disfruto mirando desde la torre del homenaje. Veo la roda de un barco romper las olas para entrar en el puerto. Veleros recogiendo sus velas. Pescadores en el espigón. Disfruto cuando los alicantinos se divierten. En sus fiestas. Especialmente en las hogueras.

El velero donde regatea el Rey... ¡Don Juan Carlos, claro!

La Casa Carbonell y los veleros de las regatas

Los veleros y el Castillo

Entrando al Club de Regatas desde el velero

Saco la fotografía desde la popa del velero

Amarrado

Bajo mis techos. Entre mis paredes. Ilustres visitantes guardaron su sueño. Ilustres viajeros descansaron del viaje. Hoy los pajes de los reyes magos de oriente. Mañana sus majestades. Niños y niñas los esperan ansiosos. Y no tan niños. Por mar. Por aire. Por tierra. La esperanza de verlos, de recibirlos, aumenta con los días. Esperar los regalos. Disfrutar con ellos.

El Rey Mago Melchor

El Rey Mago Gaspar

El Rey Mago Baltasar

Se hace la noche y me quedo sólo. Las sirenas, los frenazos, los gritos que tanto me molestan de día, los hecho de menos de noche. La niebla avanza sigilosa desde el mar tenebroso. No consigue conquistarme. La ciudad está apagada. De madrugada. Pocas luces en pocas ventanas. Un estudiante peleando con su conocimiento del medio, un desvelado viendo la tele, … y Paskki escribiendo en su portátil. Paskki sé que me mira. Nos miramos. Sabemos que no estamos solos. Nos hacemos compañía por unas horas.

PASKKI

 
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