10 febrero 2008

DE CUANDO EL REY VISITÓ ALICANTE

LA LLEGADA

En el último cuarto del siglo XIX, Alicante era una ciudad tranquila, con casi 30.000 habitantes censados en 1877...
Ese fue el año que el Rey Alfonso XII nos visitó.
Fue una visita relámpago. No en vano, llegó el 25 de febrero y partió al día siguiente.
El periódico alicantino más importante de aquella época, El Constitucional, dedicó mucho espacio a comentar la egregia visita y a publicar bandos e instrucciones oficiales a tener en cuenta durante la estancia de SM.
Para tal evento, nuestro Ayuntamiento había confeccionado el programa de festejos a desarrollar mientras el rey permaneciese en Alicante.

Helo aquí:
1-En el momento en que el vigia del Castillo de Santa Bárbara divise la escuadra en el horizonte, se disparará un cañonazo desde la misma fortaleza.
2-Un segundo cañonazo anunciara que Alfonso XII se encuentra a dos millas de la ciudad.
3-Los músicos situados en el muelle tocarán piezas escogidas cuando los buques de la escuadra fondeen en nuestro puerto.
4-Una salva de 21 cañonazos anunciará el desembarco
5-SM hará su entrada en esta capital dirigiéndose a la insigne iglesia colegiata de San Nicolás, en cuya iglesia se cantará un solemne TE-DEUM
6-Concluida la ceremonia religiosa, el Rey se dirigirá a la Casa Consistorial.
7-Las fachadas de las casas de la carrera, aparecerán engalanadas con colgaduras e iluminadas por la noche.
8-En la calle de San Fernando, se levantará un elegante arco del triunfo
9-Una comisión de señoras repartirá a cada uno de los pobres que se presenten, una ración de pan y dos reales vellón.

LA CRÓNICA

El domingo 25 de febrero de 1877, toda la ciudad amaneció engalanada.
A la una de la tarde, sonó un cañonazo en el castillo de Santa Bárbara, que anunciaba haberse descubierto la escuadra Real; a las dos en punto, un segundo cañonazo anunció que las embarcaciones habían entrado en nuestra bahía.
Una inmensa multitud de alicantinos llenaba literalmente el Muelle de Costa. Apenas las Corporaciones Oficiales llegaron al templete del casino, varios cañonazos de la "Victoria" anunciaron que S.M. saltaba al regio esquife. Un momento después, desembarcaba el joven monarca, que penetró en el templete, donde fue recibido con la ceremonia de costumbre.
Su permanencia allí fue cortísima, a causa de la multitud que obstruía las calles del tránsito.

Alfonso XII se trasladó a nuestra Colegiata de San Nicolás, en donde fue recibido por el prelado y el cabildo. Concluída la ceremonia religiosa, volvió a subir al carruaje y fue al Ayuntamiento, donde tuvo lugar a recepción oficial.
Allí tuvo lugar la comida, que fue verdaderamente "Real", por lo exquisito de los manjares que en ella se sirvieron.
Durante el banquete, tres bandas de música amenizaron la comida, que empezó a las ¡¡¡siete y media de la terde!!!
¿Queréis saber qué se comió allí?
Pues aquí tenéis el menú oficial:

Ese mismo día, para bajar las "viandas", hubo función de gala en el Teatro Principal, representándose una zarzuela. Por supuesto, asistió el Rey acompañado de su séquito y autoridades.
Terminada la representación, S.M. abandonó el teatro (eran las 22:30 horas) y embarcó en la "Victoria".
A las seis de la mañana, del lunes día 26 de febrero, se hizo a la mar la regia escuadra, en dirección a Valencia. ¡Suponemos que Alfonso XII aún dormía, claro está!
Como curiosidad, diremos que el Rey dejó a la beneficiencia 20.000 reales.
De los buenos

 
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