EL GRABADO DEL RELOJ

Es curioso como podemos imaginar Alicante según la mano del dibujante que dejo plasmada en papel su visión particular. Gracias a las fotografía de Laurent vemos el Alicante de 1858 sobrio y austero, la imagen real que todos imaginábamos pero que no habíamos visto.


En este grabado del XVII o XVIII, vemos un Alicante distinto, el autor nos muestra el puerto y la fachada marítima con la muralla desde lo que podría ser el extramuros del baluarte de San Carlos.
En primer término vemos las labores tradicionales de los pescadores, cosiendo las redes, algunos porteadores con sus burros, un grupo de mujeres y un grupo de gente señalando hacia algún velero.
Llama la atención la fuente de dos caños abiertos y la caseta del toldo con esa tinaja junto al tipo del sombrerete.

Al fondo el castillo, casi desdibujado y la Serra Grossa y las cúpulas o torres del ayuntamiento. De toda la fachada marítima destaca a la izquierda el edificio del reloj, orientado al mar y con ese aire afrancesado, una imagen romántica, que quizá represente la realidad o quizá represente la mirada de como quisiera el artista ver aquel Alicante.