23 febrero 2008

RETRATOS DE UNA CIUDAD (I)

El Baluarte de San Carlos fue construido para defender el arrabal de San Francisco, situado más allá del Portal de Elche. La indefensión de dicho barrio se hizo patente después de sufrir las consecuencias de un violento bombardeo de la escuadra francesa en 1691. En realidad, este baluarte, aunque tardío, formaba parte de un proyecto anterior de amurallamiento completo de la ciudad. Una vez demolido, en su lugar se efectuaron obras de terraplenamiento para la construcción del muelle de costa.

En 1865, el muelle de Levante del puerto alicantino presentaba este aspecto. La imagen superior es contemporánea a la época en que se realizaron en aguas de nuestro puerto azarosas pruebas de los primeros intentos de navegación submarina a cargo de los inventores Cosme García y Narciso Monturiol.

El tratado comercial franco-español de la época, explica esta abigarrada imagen del muelle (actual Explanada de España), en el que se acumulan los toneles de vino procedentes de las zonas productoras a las que el recién construído ferrocarril MZA abría camino hasta el Puerto de Alicante desde Madrid. Los barriles de vino, llamados bocoyes, eran enviados principalmente desde Alicante a Francia a causa de la demanda producida en este pais por los estragos acaecidos en sus propios viñedos por la plaga de la filoxera.


A finales de siglo (1893), el Paseo de la Explanada comenzaba a convertirse lentamente en el escaparate de la ciudad. A las excelencias naturales de su emplazamiento junto al mar, propició para el recreo de los transeuntes, plácido lugar de citas y encuentros, se unía la aparición de cafés, fondas y restaurantes que aglutinaban a una clientela propia y habitual, en la que no faltaba el elemento exótico del turista y el marino.
Así, en el Café Suizo (foto superior) recalaban marinos en tránsito y los políticos de partidos revolucionarios constantemente acechados por la policía.
El Café Comercio, en cambio, uno de los más lujosos de la ciudad, acogía en sus salones a una clientela más selecta y conservadora. No faltaban tampoco en esta calle los espectáculos ofrecidos en el "Café Teatro Variedades", en el que por 25 céntimos el cliente podía gozar de una consumición al tiempo que asistía a todo tipo de representaciones líricas y dramáticas.


Durante los últimos años del siglo XIX, debido al crecimiento de la ciudad, se instalaron los primeros tendidos de las líneas de tranvías tirados por mulas, que años más tarde recorrerían el callejero alicantino. Las populares "jardineras", utilizadas en verano, aliviaban de los rigores climáticos a los pacientes usuarios con su primario sistema de ventilación. En cambio, durante el invierno, estos modelos eran sustituidos por vagones cerrados , más comodos y elegantes. Una de las lineas más populares y frecuentadas fue la que hacía el recorrido desde la Plaza de Navarro Rodrigo en Benalua, hasta la Plaza de Ramiro en las proximidades del Postiguet En la foto superior, observamos a la primera plantilla de tranviarios tocados de la única prenda distintiva a manera de uniforme: la gorra con visera de hule negro

Foto del Rompeolas intermedio. Años 1970-80 (Cortesía de ELKIKO)

En 1969, los últimos vestigios de los balnearios desaparecieron de la faz del Postiguet. A la demolición de los antiguos establecimientos de baños, siguió la reforma de la playa y del adyacente Paseo de Gomiz

info: Alicante 1880-1980.
Juan Luis Román del Cerro

 
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