11 abril 2008

LA TORRE DE SANTIAGO

La Torre de Santiago está situada junto a la estación del tranvía de la Albufereta-Lucentum.

Torre de Santiago en la actualidad

La Torre tiene una historia peculiar: se encontraba reducida a escombros hasta el año 1989. De ella sólo quedaban en pie los sillares de sus esquinas que parecían cuatro pequeñas columnas en medio de los escombros.
Actualmente consta de planta baja y tres pisos, y su terraza ha sido reconstruida a imitación de la azotea de la torre de Les Paulines.

Escudo de la familia Guillena

Está construida a base de mampostería con sillares en sus esquinas y en su base presenta un pequeño talud. En su sótano se aprecia un túnel cegado que al parecer conducía a la vecina Torre de Sarrió.
Su propietario y reconstructor, Don Pedro Guillena Gómez, levantó lo que en un principio iba a ser un estudio y que finalmente convirtió en su hogar. El estado de la fortificación es impecable, aunque según cuenta su anterior propietario, guarda poco parecido con la torre original.

Torre de Santiago antes de ser restaurada

Vivir en un torreón

Pedro Guillena, un andaluz afincado en Alicante, ha reconstruido una de las torres de la Huerta alicantina. Otras, por desgracia, están aún en peligro de desaparecer
Pocos vestigios van quedando de la historia de Alicante. Desaparecieron las murallas... y de la célebre Puerta Ferrisa queda poco.
Ahí están el Castillo de Santa Bárbara y el de San Fernando. Afortunadamente también, las iglesias de Santa María y San Nicolás.
¡Faltaría más!

Torre en el año 1983, en plena restauracion

Pero no olvidemos que de desastres arquitectónicos vamos bien.
Como modelo de lo que no debería ser, pasen por Ramón y Cajal y vean el asesinato cometido hace algunos años en la Casa de Alberola. Y no hablemos del Gran Sol, del Riscal, Meliá, Comandancia de Marina y tantas otras cosas.
Por eso, cuando un vestigio se conserva, se mantiene y, se repara, la alegría del ciudadano está más que justificada. Es el caso de las Torres de la Huerta, con más de cuatro siglos de existencia. Un ejemplo es la Torre de Santiago, propiedad de Pedro Guillena.

Torre en 1986

En la historia se reconoce la existencia de veintitantas torres, situadas en los términos de Alicante, San Juan y Mutxamel. Cada una de tiene nombre propio, casi siempre debido al nombre, apellidos o título de su propietario primero. De ellas se conservan casi todas, pero sólo una docena en buen estado.
Pedro Guillena Gómez, un andaluz afincado en Alicante, ha sido uno de los últimos en reconstruir una de estas edificaciones. De ese modo quiso recuperar este trozo de la historia, como homenaje a Alicante en el V Centenario de la fundación de la ciudad, conmemorado en 1989
Al dividirse la finca Santiago en siete partes, uno de los herederos de la familia Buades, de San Juan, le vendió a Guillena el terreno. No le costó demasiado caro y posteriormente pudo comprar otra parte más de la finca por el mismo precio. «Al principio no pretendía otra cosa que poner aquí un pequeño estudio, pero luego pensé que reconstruyendo casa y torre podría muy bien vivir en ella».
Torre en 1988

Hasta entonces, Pedro Guillena, director jubilado del desaparecido Hotel Playa, gran aficionado a la pintura y la arqueología, vivía en un amplio ático de la Rambla, «pero me molestaban mucho los ruidos y el ajetreo de la ciudad, y decidí cambiarlo por el campo».
Ocho años más tarde, la Torre de Santiago y su finca eran ya habitables, y allí se trasladaron Guillena, su esposa y sus cinco hijos. Unos años más tarde, el 14 de abril de 1997, la entonces directora general de Patrimonio Artístico de la Generalitat le comunicaba que la torre había sido declarada Bien de Interés Cultural.
Estas torres se construyeron en el siglo XVI y su finalidad no era otra que defenderse los agricultores de los ataques de los piratas berberiscos, que saqueaban fincas, robaban ganado y mataban a sus propietarios. Si las torres de la costa, redondas, como la de El Campello servían para avistar los barcos piratas, en las de la huerta se refugiaban campesinos y ganado. Estas edificaciones históricas están protegidas por ley por su carácter histórico, artístico y cultural. Sin embargo, no todas se han respetado y reconstruido. Se han cometido varias tropelías, algunas de ellas debidas a la construcción de modernas edificaciones y campos de golf que han logrado casi sepultar las torres, por lo que Patrimonio ha levantado acta para imposición de sanciones que pueden llegar a 25 millones de pesetas.

Tunel de comunicacion entre las torres

Así, las torres denominadas Plàsia y Ferrer han quedado emparedadas entre urbanizaciones que ha construido Hansa Urbana.Otras, como la Torre Águilas, del ex concejal y escritor Gaspar Peral, como las de Bonanza, Soto, de la familia Ten, Villa García, de Vicente Sala, Ansaldo, Las Paulinas, de propiedad particular, se encuentran en perfecto estado, mientras que, paradójicamente, las de propiedad del Ayuntamiento son las más abandonadas. La torre de La Verónica está dentro del monasterio de Santa Faz, y la de La Iglesia es actualmente el campanario de la parroquia de El Salvador, de Mutxamel.

LA VERDAD
11 de octubre de 2002

Fachada de la Torre Santiago en la actualidad


info: Alfredo Campello. Torres de la Huerta
fotos: Juan José Amores

 
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