22 julio 2009

LOS INTELECTUALES ALICANTINOS.... ¡EN EL RECUERDO!

Banquete ofrecido por intelectuales y periodistas alicantinos al escritor Eugeio Noel, en la segunda década del S. XX (Archivo unicipal de Alicante)

Ser intelectual fue siempre un ejercicio difícil. Claro que los tiempos han cambiado y, hoy en día, por intelectual entendemos ya otra cosa que se aleja del sentido prístino del término: la persona que, dedicada a actividades que requieren especial empleo de la inteligencia, suele, mediante el uso de la crítica frente a la sociedad establecida, abrir nuevos y más felices cauces de convivencia.

Despéjese, pues, todo intento de hallar al intelectual en estado puro y convengamos que, en la actualidad, utilizamos el concepto sólo para designar a cuantos no trabajan con sus manos. Profesores, escritores, artistas, actores, etc..., más allá de sus actividades laborales concretas y específicas, suelen ser considerados intelectuales. Y así nos va.

Rafael Altamira Crevea (Alicante 1866-Mexico 1951). El intelectual alicantino más universal. Historiador, Juez del Tribunal de la Haya, Catedrático de Derecho, americanista y candidato en 2 ocasiones al Premio Nobel de la Paz.

Para ser intelectual o desarrollarse como tal, qué duda cabe, se requieren ciertas condiciones vocacionales, económicas y ambientales. Acerca de las últimas, hemos de reconocer que ser intelectual en medio del desierto, a menos que la ascética y la mística entren en tal categoría, apenas si tiene sentido. Aunque de todo hay en la prolífica viña del Señor.

Gabriel Miró Ferrer (Alicante 1879-Madrid 1930). Escritor de cuidadísima prosa, autor de "Años y leguas", "El obispo leproso" y "Las cerezas del Cementerio".

En lo que respecta a la ciudad de Alicante y su comarca, ser intelectual resultó, desde tiempo inmemorial, una tarea complicada. Ya a principios del siglo XVIII, el Deán de San Nicolás, don Manuel Martí, uno de los novatores que trató de impulsar la ilustración por estos lares, se quejaba amargamente del escaso fervor que por las ciencias y las letras tenían nuestros antepasados, y añoraba los ambientes de Roma y de Madrid, en los que había elaborado con éxito su obra filológica e históricas.

La falta de estímulo, de instituciones adecuadas, de medios convenientes para difundir las ideas y, si se nos apura, de reconocimiento al trabajo especulativo, fueron carencias que arraigaron en la ciudad hasta épocas muy recientes.

Carlos Arn iches Barrera (Alicante 1866-Madrid 1943). Desde 1885 vivió en Madrid, donde se dedicó al teatro, en concreto, al sainete. Fue promotor de la Sociedad General de Autiores y entre sus obras destacan "La señorita de Trévelez" y "El amigo Melquíades". (Foto inferior del Archivo Goyo)

El centralismo político, la “llamada” de Madrid, Barcelona o el sueño de Londres o París no favorecieron la vida intelectual de altura en una pequeña ciudad como Alicante. Y fue así como comenzó, sin duda, la emigración de la especia intelectual en busca de aires más propicios. Ahí tenemos, sin ir más lejos, los casos del profesor Rafael Altamira, del compositor Óscar Esplá, de los escritores Azorín y Miró, del almirante e investigador Guillén Tato, del dramaturgo Arniches y de otros prohombres que optaron por volar libremente más allá de las alturas del Benacantil, en busca de nuevos horizontes.

Rafael Altamira pronunciando un discurso en la casa natal de Gabriel Miró, en la calle Castaños.

No obstante, la excepción siempre ha confirmado la regla, e intelectuales que decidieron realizar su labor en el terruño no han faltado, desde los tiempos de otro famoso capitular, el también Deán Bendicho, que escribiera la historia de la ciudad a mediados del siglo XVII. Vicente Ramos sin ir más lejos, o Ernesto Contreras, por razones muy distintas, aceptaron realizar su obrar y ejercer su influencia en esta esquina del Mediterráneo. Parecida decisión de quemar las naves en nuestra rada, como Hernán Cortés frente a las costas del Yucatán, tomaron otros hombres. El arquitecto Juan Vidal Ramos, el historiador Figueras Pacheco, el ínclito Padre Belda, los poetas Vicente Mojica y Manuel Molina, el ensayista José Vicente Mateo, el novelista Cerdán Tato... son pruebas fehacientes de semejante actitud y parecer.

Inauguración del busto de Gabriel Miró, en la plaza quer llevaría su nombre.

Esta historia gráfica se cierra en 1975. Desde esa frontera temporal a nuestro días, la ciudad y su comarca, con el advenimiento de la democracia y la madurez de su Universidad, ha cambiado mucho. La nómina de intelectuales, afortunadamente, se ha incrementado tanto que haría falta más artículos para reseñarla.

Las familias de Gabriel Miró y de José Guardiola.

El General José Marvá (Alicante 1846-Madrid 1936). Ingeniero militar y destacado estudioso de las cuestiones sociales, colaboró con el Instituto de Reformas Sociales y presidió el Instituto Nacional de Previsión.

Francisco Figueras Pacheco (Alicante 1880-1960). Pese a su ceguera, se doctoró en Derecho, fue Cronista Oficial de la ciudad de Alicante, arqueólogo e historiador.

Manuel Antón Ferrandiz (Mutxamel 1849-Cercedilla 1929). Catedrático de Zoología de la Universidad de Madrid, diputado a Cortes, académico y destacado especialista en Antropología. Estudió a fines del XIX la fauna y flora de Marruecos.


Julio Bernácer Tormo (Alicante 1887-Las Navas del Marqués 1936) Poeta y novelista, destacan sus obras "El último deseo de Atilio Garcés" y "Mediterráneo" (Revista Iris, BGM)


Germán Bernácer Tormo (Alicante 1883-1965) Ilustre economista y Catedrático de la Escuela Superior de Comercio.


Eliseo Gomez Serrano, director de la Escuela Normal de Magisterio en los años de la República, con Miguel de Unamuno (Sánchez, AMA)

Francisco Mas Magro (Crevillente 1879-Alicante 1958) Discípulo de Ramón y Cajal, amplió estudios de hematología en París y Berlín. Se especializó en las causas de la leucemia


Vicente Mojica Benito (Alicante 1923-1989) Poeta. Publicó "La paz nos esperaba" y "Detrás de las palabras"


Julio Guillén Tato (Alicante 1897-Madrid 1972) Contralmirante de la Armada, historiador y miembro de las Reales Academias Española y de la Historia. Director del Museo Naval y de la Revista de la Marina (AMA)


Juan Sansano Benisa (Orihuela 1887-Alicante 1955) en unos Juegos Florales. Sansano dirigió el periódico "Los Pueblos" en Monóvar y "El Día" en Alicante. (Sánchez, AMA)


Intelectuales alicantinos en 1950: Gastón Castelló, Melchor Aracil, Vicente Ramos, Abad Miró, Arcadi Blasco y Manuel Molina entre otros (Archivo Gutiérrez Carbonell)


Julián Andújar, Ernesto Contreras, Benjamín Palencia, Antonio Oliver, Luis Badenas, Manuel Molina, Carlos Botella, Vicente Aguilera Cerni y Cesáreo Rodríguez, en 1959

Ernesto Contreras, Mario Martínez, Enrique Giménez y José Ramón Giner, en el "Forn de Vidre"

Fuente:
D. Carlos Ferrater.
"Memoria Gráfica de Alicante y Comarca"
Diario Información

 
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