
¡Cullons!
Es veritat.
Ya estamos en mayo.
¡Cómo pasa el tiempo!
Por algún extraño motivo, cuando llega la primavera nos apetece un buen plato de "pericana", un "aspencat" en pan tostado con almendra molida y, como no, un "poquet d´olí de La Torre"
¡Qué mal acostumbrado estamos!
Año tras año, allá por el nueve o diez de mayo, los miembros de Alicante Vivo revivimos y rememoramos una de las tradiciones más bonitas y originales de nuestra provincia: el Pà Beneït.
Para aquellos que no conozcan esta fiesta o no la hayan visto en persona nunca, además de 10 azotes y 5 PadreNuestro´s, les vamos a dar una pequeña lección de historia.
¡Ale.....!
Agarraos que vienen curvas (nunca mejor dicho)

De todas ellas, quizá la que más ha respetado su forma y ritualidad primitiva es la “Ofrenda del pan”, reminiscencias de las antiguas Panatenéas ofrendadas, según culturas, a Artemisa, Demeter, Ceres o Tanit (diosa de la fecundidad).
En la actualidad, aún podemos hallar tres manifestaciones del ritual en nuestra provincia: Benifallim, Gorga y la Torre de les Maçanes.
En aquellas fiestas paganas, que se desarrollaban en lindos bosquecillos y mesetas al aire libre (al igual que la “mona”, que eran panes ovados en honor a Venus), las jóvenes y virginales doncellas se consagraban como “mujeres” transportando grandes panes que posteriormente eran ofrendados a dichas diosas y comidos colectivamente (ojo, los panes)

Y en la provincia de Alicante, el ritual más famoso y que mejor ha conservado su pureza y colorido ancestral es el Pà Beneït de La Torre, que acontece el día 9 de Mayo de cada año, o domingo más próximo.
Os lo explicamos un poco.

A principios de siglo, eran elegidos anualmente en La Torre (por sorteo entre los cabezas de familia) 12 festeros llamados desde hace siglos “llumeners”.
Hoy, ese número asciende a 40.
Cada uno de ellos, indistintamente, debía escoger entre las jóvenes de la localidad, una moza que forzosamente debía ser soltera y doncella (cullons, virgen, en otras palabras), la que tomaría el nombre de “llumenera” o “clavariesa”. Esta, a su vez, elegía a cuatro jóvenes custodios (en la actualidad sólo 1) que eran amigos o pretendientes suyos, que debían cortejarla o acompañarla durante todo el ritual.

En la Ofrenda, la doncella era ataviada con pañuelo blanco y cubierta con cuatro telas blancas sobre un lebrillo de cerámica, que descansaba en su cabeza auxiliada por un almohadón. En su superficie, se colocaba el grandioso (y exquisito, todo hay que decirlo) pan dulce de unos 15 kg., que se obtenía de la harina resultante de moler una barchilla de trigo.
¡Pobre mujer!
Hoy, algo menos “rudos” y con posibles informes de Sanidad anunciando riesgos de contracturas y cervicalgias, el Pà Beneït sólo pesa 7 kg.

La comitiva de “llumeners”, acompañados de dolçaina y tamboril (no faltaba más en nuestra tierra), iba recogiendo una a una a todas las doncellas que aguardaban junto a sus acompañantes en los respectivos domicilios. Poco a poco, se iba formando una singular procesión que, en su desarrollo, recorría varios kilómetros (¡varios kilómetros, oiga usted!) por callejuelas, cuestas y travesías del casco urbano de La Torre, hasta desembocar en la Iglesia, donde culmina el rito desde hace 360 años (más o menos).

En pleno siglo XVII, una plaga de langosta (no la acuática) asoló los campos alicantinos. A efectos de su exterminio, diversas poblaciones, entre ellas Alcoi, Xixona i La Torre, pidieron la intercesión de San Gregorio, Obispo de Ostia (ojo, sin “hache”), rociando los campos con agua traída desde Navarra y pasada por su…. ¡cráneo! (por favor, fuera bromas de mal gusto).
Destruida la plaga, en el año 1658, La Torre eligió a San Gregorio como patrón, faltaría más, ofrendándole todos los años dichos panes, a los que se les dio el nombre de Pa Beneits.
Desde esa fecha, al concluir la celebración religiosa, algunos panes son cortados, bendecidos junto al agua del santo (que se renueva anualmente, a partir de la original traída de Sorlada, Navarra) y repartidos entre los asistentes.
¡Bien, Bien, Bien...!

Aún en nuestros días, el hecho de ser capaz de sobrellevar con “lucidez” el peso del pan durante todo el trayecto, consagra a la “doncella” (ejem...) como mujer, conformando un rancio ritual a la fecundidad humana que, cristianizado por cullons, sigue aún preservando viva la llama de su origen.
Los Torruanos (habitantes de La Torre) guardan en su casa Pà Beneït “com si fora safrá” por sus supuestas propiedades milagrosas.
Vamos…. En otras palabras…. ¡La viagra de nuestra tierra!
(Nos gustaría señalar que no se ha probado científicamente que la ingesta masiva de dicho manjar, haya tenido una causa-efecto en el nacimiento de niños anuales. Así pues, no seamos bestias y no acabemos en el Hospital Comarcal con indigestión)














Como suponemos que estaréis cansados de ver fotografías antiguas del Pà Beneït, ahora os vamos a mostrar imágenes de la celebración del año 2007, a la que asistió el equipo de Alicante Vivo.
Os podemos asegurar que es una tradición que se renueva año tras año, encandilando a todo el público presente: propios y extraños.
Os podemos asegurar que es una tradición que se renueva año tras año, encandilando a todo el público presente: propios y extraños.

La llegada de la primavera y el calor son los mejores reclamos para la fiesta.
Buena música.
Aplausos de los asistentes.
Y Los "llumeners" y las "llumeneras" que no pueden ocultar su felicidad.
Y una última curiosidad.
Algo que sería digno de aparecer en todos los libros de Historia.
Durante las fiestas del Pà Beneït del 2007, un miembro de Alicante Vivo rompió aquella centenaria tradición.
Por primera vez en casi 400 años, un hombre, el que suscibe estas palabras, tuvo el privilegio de salir vestido de "llumenera" junto con el resto de mozas del pueblo.
Para el que no se lo crea, aquí adjuntamos una fotografía de tan magno acontecimiento.

Os esperamos a todos el 10 de mayo en La Torre de les Maçanes.
Bromas aparte, nosotros no nos lo perdemos por nada del mundo.
Os va a encantar
Saludos
DEDICADO A LA GENT DE "LA TORRE", CON TODO NUESTRO HUMOR Y CARIÑO.
info: Parte de la información y de las fotografías han sido extraídas de "Memoria Gráfica de Alicante y Cormarca", del Diario Información. En ella, don Antonio Castañer Llinares escribió un precioso texto sobre el ritual.