11 septiembre 2008

UNA NUEVA ESPERANZA

La SER ha informado en el boletín de las seis -iba conduciendo y casi me salgo de la carretera de la sorpresa-, EL PAÍS lo recoge ahora mismo en la portada, también INFORMACIÓN y, por supuesto, Alicante Vivo
Luis Díaz Alperi, Luis Bernardo para los conocidos, ha dimitido, se marcha, deja la alcaldía de la ciudad después de 14 años de despropósitos, imputaciones, tufillos a corrupción, tejemanejes y despropósitos.
En su haber, el centro comercial de la Goteta, el proyecto de ubicación del Palacio de Congresos en el Benacantil, el Plan Rabassa -votado con la complicidad vergonzosa del PSPV alicantino y la honrosa negativa de EU-, el crecimiento desordenado de la ciudad, la pérdida del patrimonio arquitectónico de la ciudad, la manga ancha a la especulación, el amiguismo, las declaraciones fuera de tono sobre casi todo, el desprecio a las instituciones públicas, a la oposición, a los inmigrantes, a los musulmanes y a los alicantinos.
Incomprensiblemente, Luis Díaz Alperi ha ganado cuatro elecciones consecutivas a pesar de haberse demostrado un pésimo gestor, un político de medio pelo y un demagogo. Se marcha el peor alcalde de Alicante desde la democracia y nos deja como substituta a su Concejala de Urbanismo, a Sonia Castedo.
Un rayo de sol, oh, oh.
Sí, es cierto, Sonia Castedo tiene en su currículum el derribo de la Isleta, la permisividad con los constructores, el desprecio a los técnicos de urbanismo del Ayuntamiento de Alicante y una perla reciente, muy reciente. Una moneda echada al aire para decidir si el Ayuntamiento de Alicante retira el sueldo a los concejales socialistas.
Pero Sonia Castedo no es Luis Díaz Alperi, empieza un ciclo nuevo.
A celebrarlo a la Plaza de los Luceros, señores.

 
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