02 febrero 2009

LAS PAREDES HABLAN

Tras el artículo de Manolo Serrano sobre la pedanía de La Encina, he encontrado la excusa perfecta para corresponderle, aprovechando además la noticia del Diario Información en la que se explica que uno de los dos castillos de Alicante, el de Santa Bárbara, va a ser objeto de la mayor restauración de su historia.

Hace unos meses descubrimos extraños mensajes en el tejado del Ayuntamiento de Villena, hoy nos toca hacerlo con el muro de subida que conduce a la fortaleza alicantina.  En la siguiente imagen, realizada desde el parque de La Ereta y en la que se aprecia parte del barrio de Santa Cruz seguramente no divisarán ningún tipo de mensaje en el muro (pulsar en la imagen para ver más grande).
                   

Es más, tampoco se apreciará gran cosa al fijarnos sólo en una parte del paño.  Sin duda se debe al tiempo transcurrido desde que allí se escribiera un gran mensaje y, también, a la absoluta torpeza del fotógrafo, cosa que trataremos de solucionar enseguida (pulsar en la imagen para ver más grande).
                                     

Sometiendo el archivo a complejas técnicas de solapamiento de capas, infografía digital y análisis del CSI hemos conseguido resaltar las letras que figuran en la subida al Castillo de Santa Bárbara y que puede que en otro tiempo se pudieran leer perfectamente desde media alicante (pulsar en la imagen para ver más grande).
                      
                                    
Ahí lo tienen, las paredes hablan: “PCE. Libertad S. Carrillo”.  Reivindicación realizada a gran escala y sin ningún tino tipográfico que resulta fácil de datar: entorno al 22 de diciembre de 1976, fecha en la que el Secretario General del Partido Comunista regresó en secreto a España y es detenido en una acción provocada por él mismo con objeto de poner al gobierno en la tesitura de reconocer la existencia y fuerza del partido, así como los esfuerzos desarrollados en el periodo de clandestinidad.
                            
De aquel episodio es especialmente recordada la anécdota de la peluca con la que trató de camuflarse Santiago Carrillo, atrezo que veinte años se intentó devolver (aunque se demostró que no era el postizo original).  De aquello también queda una curiosidad más: la reivindicación en el muro alicantino que tuvo rápida satisfacción y larga vida.

 
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