11 abril 2009

Españoles en Argelia: Historia de una emigración

Una última mirada hacia atrás. Escaso de equipaje. Los ojos tristes. El rictus serio. Y mucha incertidumbre. No me gustaría sentir estas sensaciones que vivieron aquellos que tuvieron que dejar su tierra por obligación. Aquellos que partieron prácticamente con lo puesto porque lo habían perdido todo. Aquellos que dejaron en el camino tantos sueños y tantas esperanzas. Aquellos que tuvieron que partir con urgencia en busca de nuevas oportunidades. Y en esta historia, las podían encontrar cerca en el norte de Africa.
Debido a las crisis agrarias por fenómenos climatológicos adversos con largas sequías y, al mismo tiempo, malignas inundaciones, ocurridas en el levante español durante el segundo tercio del siglo XIX, provocaron un amplio movimiento migratorio en dirección a Argelia. A esto se sumó la conflictiva situación política española en aquellos años de 1833 y 1876. Por la proximidad con este país y las similitudes con el paisaje y el clima, agricultores alicantinos, murcianos y almerienses partieron en busca de trabajo.
Con la colonización de la tierra argelina por Francia hacía mucha falta de mano de obra para trabajar en campos de atochales, de viñedos, de cereales. También era necesaria la imaginación de emprendedores europeos, de capital que invirtiera en estas latitudes. Pequeñas y medianas empresas de productos manufactureros, alimenticios, … Empresas de automoción, de transporte de mercancías y de personas por tierra, mar y aire. Empresas de servicios.

Alfareros, de Agost (provincia de Alicante) en Argelia (1915), Puerto de Orán. (Museo de Alfarería-Ayuntamiento de Agost, Alicante).

Destilería de empresario de Monforte del Cid (provincia de Alicante) en Argelia

Al principio esta colonización agraria fue de tipo “golondrina”, temporal, en fechas determinadas. Con el tiempo se asentaron en esta nueva tierra que les daba empleo y un porvenir. Y este país que, antes, les era desconocido, se convirtió en su residencia. Un lugar donde vivir, tener una familia, prosperar. Sin quererlo, pero sin evitarlo al mismo tiempo, fueron desconectando poco a poco con sus lazos familiares de la península.
Con la colonización fueron creciendo las desigualdades sociales. También con la población indígena. Y esta situación se agravó cuando en 1880 el hambre y la miseria en el desierto argelino provocó otro movimiento migratorio: el de las tribus nómadas desde el sur hacia el norte del país.

El 11 de junio de 1881 los hombres del marabut Mohamed el-Arbi, conocido como Bu-Amena, atacaron a agricultores que estaban recogiendo esparto en el atochal oranés de Khalfalia y Frendah, cerca de Saida. Provocó el pánico entre los emigrantes europeos. Muchos regresaron a sus países de origen. Entre ellos, unos nueve mil españoles que lo hicieron entre el 11 y el 22 de junio de 1881. Cartagena y Alicante fueron los puertos de acogida. Otra vez, viajaron con lo puesto, con el miedo en el semblante, con las esperanzas rotas. Otra vez la incertidumbre, aunque esta vez volvían a una tierra conocida. Esta vez se reencontrarían con la tierra de sus mayores, con los recuerdos de su infancia, con su pasado. Los medios de comunicación de entonces, como el periódico La Ilustración Española y Americana, se hicieron eco de estas dramáticas circunstancias para estos emigrantes españoles.

Portada del periódico La Ilustración Española y Americana

Dibujo del periódico La Ilustración: llegada a Cartagena del barco Correo de Cartagena con repatriados de Orán (1881)

Dibujo del periódico La Ilustración: desembarco en Alicante de trabajadores españoles repatriados por los vapores Besós y Correo de Cartagena (1881)

Pero el hambre, el desempleo y la falta de integración en una tierra suya, que les era desconocida, les hizo volver a Argelia a finales de 1881 cuando la inestabilidad social ya se había calmado.
Aunque el convenio hispano-marroquí de 1862 reconocía a los españoles unos privilegios que no tenían otros extranjeros, como el derecho a conservar la nacionalidad de origen, como cada vez la emigración española era más numerosa, tanto que la población española duplicaba a la de origen francés en 1885 en los distritos de Oran y Sidi-Bel-Abbés, la administración francesa cambió las normas.
                       


Los Decretos de 28 de junio de 1889 y 23 de julio de 1893 impusieron la ciudadanía francesa a todos los extranjeros nacidos en Argelia, fuesen hijos de franceses como no lo fuesen. Los naturalizados podían recuperar la nacionalidad de sus progenitores pero las trabas administrativas eran tantas que muchos desistían. Con esto un nuevo drama se sumaba a la emigración obligada por las necesidades. Trabajar y vivir en un país extranjero donde los hijos que nacían en aquella tierra nacían con una nacionalidad distinta de la de sus padres.

Con la guerra de 1914 y la recuperación de la economía española, se estanca la emigración hacia Argelia. Pero la reconversión de la vid y los cereales en cítricos en la provincia de Alicante en los años 20 creó una nueva crisis agraria y una nueva tendencia migratoria hacia el norte de Africa, aunque en niveles muy inferiores a los años anteriores a la Primera Guerra Mundial.
Terminada la Gran Guerra siguió habiendo movimientos migratorios para actividades agrícolas. Pero también hacia otras actividades: desde la provincia de Alicante los heladeros ibenses y jijonencos, los alpargateros de Elche, los aniseros de Monforte del Cid, los ceramistas de Agost, …

El industrial español Vicente Galiana (izquierda) en su destilería de Saint-Denis-du-Sig. En la mesa una botella de anís Ideal Galiana (Colección Carlos Galiana)


La Guerra Civil española truncó esta emigración trabajadora española. Fueron otros, unos quince mil refugiados republicanos que escapaban de la detención y represión franquista. Y fue el puerto de Alicante desde donde partieron miles de personas en busca del exilio. Muchos, para no volver jamás. Desde la cubierta del Stanbrook vieron cómo la silueta del castillo Santa Bárbara se iba alejando poco a poco, cómo las nieves de ese 29 de marzo de 1939 de la sierra de la Aitana, helaba sus sentimientos. Cómo el paisaje narrado por Gabriel Miró, Azorín, Miguel Hernández, quizá nunca los volverían a ver. Mientras, el carbonero se abría paso entre las olas hacia un destino incierto.

Stanbrook
                         
A partir de 1959 y 1962 se producen los procesos de descolonización de Túnez, Argelia y los Protectorados español y francés de Marruecos. Fue un nuevo momento dramático en el que los emigrantes españoles en Argelia tuvieron que huir de la represión por los moros argelinos. El 18 de marzo de 1962 se firman los Acuerdos de Evian en el que se concede la Independencia de Argelia. El 1 de julio del mismo año el resultado del referéndum por la autodeterminación obtuvo una amplia mayoría por parte de los independentistas.

Los buques franceses Sidi Mabrouk y Sidi Obka, que cubrían la línea Alicante-Orán, fueron los que repatriaron a residentes europeos en dirección a Alicante, durante los meses de mayo y junio. Organizados por la administración española hicieron estas travesías los buques Victoria y Virgen de Africa, de Transmediterránea, que hacían hasta entonces la travesía Barcelona-Palma de Mallorca. Estuvieron escoltados por el destructor Lepanto. La española fue la única Armada europea que participó en esta repatriación.

Victoria

Virgen de Africa

Destructor Lepanto

Actualmente hay muchos franceses de Argelia, los llamados Pieds Noirs, que viven en Alicante. También muchos españoles de otras poblaciones que hicieron en aquellas tierras argelinas su vida. Ellos vieron evolucionar sus vidas, vieron crecer a sus hijos en una tierra que consideraban suya. Pero un día tuvieron que dejarlo todo para salvar esa vida, ese bienestar, que tanto les había costado conseguir. Para algunos, Alicante fue su otra nueva patria, su nuevo país de acogida. Su nueva residencia. Aquí se quedaron y hoy recuerdan estos acontecimientos con cierta nostalgia. Recuerdan la vida que en Argelia disfrutaron sus abuelos, sus padres, incluso ellos mismos.


Webs y libros consultados:
“Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914)”, de Juan Bautista Vilar.
“Españoles en Argelia. Memoria de una emigración”, de Juan Ramón Roca,
“Los Pieds-Noirs en Alicante. Las migraciones inducidas por la descolonización”, de Juan David Sempere Souvannavong,

 
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