04 abril 2009

PEQUEÑA HISTORIA DE LA ANTIGUA CASA DE LA MISERICORDIA Y SU CLAUSTRO

Estimados amigos. Siendo un seguidor vuestro, algo se me tenía que pegar.
El domingo pasado estuve en la Fábrica de Tabacos e hice unas fotos del Claustro de la Antigua Casa de la Misericordia. Sí, un claustro olvidado, precioso, que poca gente conoce y que pertenecía a la antigua Casa de la Misericordia.
Investigando un poco, y leyendo la crónica de Viravens, os adjunto una pequeña crónica de la creación de la Casa de la Misericordia hasta su reconversión en Fábrica de Tabacos, con las fotografías que hice del claustro.
Espero que os gusten.

 
  
           
Debido al elevado número de pobres que habían en la ciudad en el último tercio del siglo XVIII, el ayuntamiento de la ciudad y el obispo D. José Flórez, decidieron construir un gran edificio que albergara a aquellos mendigos. En 1735, el Ayuntamiento encomendó al Obispado, previa entrega de 1000 libras, la construcción del edificio que comenzaría 3 años más tarde, siendo obispo D. Juan Elías Gómez de Terán.
                                
 
                      
Aparte de dar alojamiento de los indigentes, se ideó el edificio con el firme propósito de incorporar habitaciones para los Obispos de paso por la ciudad, que sirviera de hospedería para los clérigos, y entre otras utilidades, y como bien reflejaba literalmente el cronista Viravens para asilar a las personas de distinción reducidas a la indigencia. Con el paso de los años, llegó a ser sede de la Hermandad de la Cena -1775- y a principios del siglo XX de la Hermandad de la Oración en el Huerto.
                                     
                             
La cimentación del edificio, que se construiría frente a la Ermita de Santa Ana por se un lugar ventilado, se iniciaría el 4 de enero de 1741, a las órdenes de Nicolás Pérez de Sarrió, el Sr. de Formentera y D. Nicolás Pascual de Pobil, Barón de Finestrat. El Señor Obispo, aprovechando la coyuntura, quiso construir junto a la Casa de Misericordia una Iglesia, que ayudara en sus labores litúrgicas a la parroquia de San Nicolás, a fin de que los vecinos de la barriada de San Antón y los acogidos en el asilo, peregrinos y demás personal alojado en la Casa de Misericordia, pudiese cumplir con los preceptos religiosos.
                                      
 
  
                   
El edificio de tres cuerpos de obra –la fachada que hoy en día vemos de la Fábrica de Tabacos y que presenta aspecto de Palacio-, quedó finalizado entre los años 1751-1752. La Casa, estaba circundada por un foso, y delante del edificio, en el lugar que ahora ocupa un pequeño jardín, se extendían las caballerizas y una cochera para los carruajes y habitaciones para los lacayos. Del campanario y la torre del reloj, ya no queda nada; tampoco de los pedestales que existían a ambos lados de la entrada principal con las estatuas de San Juan y San Pedro. La iglesia original se ubicaba justo detrás de la puerta principal, un templo de 25 metros de largo que ya no existe, sin embargo, a la derecha de la entrada, todavía perdura un hermoso claustro antaño enrejado y ahora olvidado, pues pocos conocen su existencia.
                                       
 
                 
En 1801, el Obispo de la diócesis, Mons. Cebrián, cedió parte de la Casa de la Misericordia al Estado para la construcción de una Fábrica de Tabacos, aprovechando la buena localización de la ciudad y su extraordinaria conexión con el exterior. La Fábrica fue uno de los motores principales de la industria alicantina, llegando a contar con más de 3000 trabajadores, pero esto es otra historia.
                              
 
  
  
  
  
 
Rafael Sellers Espasa

 
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