31 agosto 2009

"SER ALICANTINO DUELE... ¡¡EN EL MÁS ALLÁ!!": D. JOAQUIN DICENTA BENEDICTO

 
             
"Esta campaña está dedicada a todos los alicantinos que han pasado a mejor vida. Y a los que aún están por ahí abajo y  que con el paso del tiempo, obviamente y sin exclusión, irán a hacerles una alegre visita"
                                                                                                        
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Para informarte y participar en  la Campaña de Concienciación Ciudadana "SER ALICANTINO DUELE... ¡¡EN EL MÁS ALLÁ!!", visita ESTE enlace de la Asociación Cultural Alicante Vivo
                    
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"Tan prisionero se es con una cadena amarrada al pie, como con una corona sobre la cabeza"
(D. Joaquín Dicenta Benedicto)
                                
 Monumento a D. Joaquín Dicenta, ubicado en Zaragoza. (Fotografía extraída de Trivago)

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LA CURIOSIDAD
D. Joaquín Dicenta Benedicto murió en su habitación del Hotel Simón, de Alicante,  el día 21 de febrero de 1917, a las 15:00 horas. Su enfermedad se había complicado las últimas semanas, hasta el extremo que el Dr. Antonio Rico Cabot (del que ya hablamos en ESTE artículo de la campaña "Ser alicantino duele... ¡¡en el más allá!!") no se separó de él hasta su último suspiro. El propio Dicenta, viendo cercano su final, hizo constar que no quería confesión religiosa alguna. El Dr. Rico, previa consulta al Dr. López Campello y en presencia del propio paciente, ordenó que llegado el momento, se le administrase una inyección para aliviar el sufrimiento y los dolores a D. Joaquín Dicenta. Y así fue.
                    
                  
Dicenta había hecho testamento diez días antes, ante el notario Laguna Azorín. Pidió que tras la muerte su cuerpo fuera desnudado y envuelto en una modesta sábana, enterrándolo en el cementerio civil sin coronas, sin publicidad alguna y sin pasar la comitiva por delante de ningún teatro para no recibir ningún tipo de inmerecido homenaje a su persona. Sus hijos llegaron de Madrid el mismo día 21,  al tiempo que se recibían telegramas de duelo desde todos los rincones de España. Joaquín Dicenta (hijo), afamado poeta, subió a la habitación del hotel para despedirse de su padre, en compañía del alcalde de Alicante, D. Ricardo Pascual del Pobil Chicherri. Juntos velaron el cadaver del periodista. 
          
D. Joaquín Dicenta Benedicto odiaba la tristeza de los entierros de antaño, y manifestó que deseaba que sus restos fueran encerrados en un arcón a semejanza de D. Francisco Giner de los Rios. Esto nunca se llevó a cabo.
               
Sin embargo, su segundo deseo, del que hablaremos más adelante, aún desconocemos si se hizo realidad o no, a pesar de que podría afectar (y mucho) al desenlace de nuestro artículo
                                     
  
           
A las 12:15 horas del día 22 de febrero de 1917, la comitiva con los restos mortales de Dicenta salió del Hotel Simón de Alicante. Estaba presidida por el hijo del finado, el Gobernador Civil, el Alcalde de Alicante, los Cónsules de Francia e Italia, el señor Elizaicín en representación de la prensa, y los doctores Rico Cabot y López Campello. Tras ellos, más de seis mil personas desfilaban detrás del modesto ataud. La comitiva recorrió el Paseo de los Mártires, la Avenida del Dr. Gadea y la Avenida de Soto, dirigiéndose hacia el cementerio civil.
         
Ya en el Cementerio, condujeron su ataud hasta la fosa abierta,  en la que unas niñas había depositado flores. El dolor de su hijo fue tan grande que tuvieron que apartarle del féretro entre el Gobernador Civil y el Alcalde de Alicante. A la una de la tarde se descendió el ataud y se puso en el hueco una losa de marmol. 
                
¿Termina aquí su historia?
         
Aún no lo sabemos.
              
El hijo de nuestro ilustre periodista regresó a Madrid el día 23.  Nada más llegar, se apresuró a escribir un telegrama dando las gracias por el cariño mostrado por la ciudad de Alicante: "Muy Señores míos. Hace unas horas hemos dejado el cadáver de mi padre en el cementerio civil de vuestra ciudad; llorando, con el corazón hecho pedazos, quiero despedirme de Alicante todo, en ustedes. A los obreros alicantinos, a los estudiantes, a los amigos y desconocidos que me han acompañado en tan doloroso trance ,mi honda y eterna gratitud (...) Presente tendré siempre a éste noble pueblo que supo añadir a las lágrimas de mi dolor otras  onsoladoras, que el consuelo también sabe llorar. Mis hermanos y yo quisiéramos expresarles la inmensa gratitud que nos unirá eternamente a Alicante, pero no encuentro palabras para ello; la gratitud está en el corazón y éste no las tiene. De ustedes afectísimo, Joaquín Dicenta hijo."
             
 
               
Pero como hemos dicho anteriormente, no sabemos si la historia terminó o no aquí. Quizá sea algo que nunca podramos descubrir. El segundo deseo de D. Joaquín Dicenta Benedicto era ser enterrado en Madrid. Lo cierto es que en el Cementerio Municipal de Alicante NO aparecen datos sobre la ubicación de su tumba. NO existe ningún fallecido con ese nombre y apellido,  a pesar de que los miembros de la Asociación Cultural Alicante Vivo SÍ  encontramos  por casualidad la extraña lápida y la fosa, cuyo terreno compró su hijo al Ayuntamiento de Alicante a perpetuidad, muy cerca de donde descansa el cuerpo de su médico personal y amigo, D. Antonio Rico Cabot.

¿Es posible que sus restos fueran trasladados a Madrid y que el hueco de la tumba en Alicante esté vacío?

Nos hemos puesto en contacto con TODOS los cementerios municipales de la capital de España y en NINGUNO aparece  D. Joaquín Dicenta Benedicto en sus ficheros. Es posible que su segundo deseo en vida tampoco fuera llevado a cabo, o si en verdad se hizo, no tengamos pruebas de ello.

Nosotros pensamos que el gran Dicenta sí descansa en su tumba de nuestro cementerio municipal, por lo que esperamos que los funcionarios del Cementerio Municipal lo incorporen a su fichero informatizado.
           
Aún así, existen dudas muy fundadas sobre quién o quiénes reposan bajo la lápida del cuadro 9...; aunque esa de esa historia/leyenda negra ya hablaremos en "Ser alicantino duele... ¡¡en el más allá!!" en semanas posteriores.
                 
EL PERSONAJE
Joaquín Dicenta interpreta a su "Juan José" en el Teatro Real de Madrid. Diciembre de 1910  (Fotografía extraída de la web "ATRIL DE SASTRE").
                           
Un literato aragonés descansa en el panteón de los hijos adoptivos olvidados de nuestra ciudad, a pesar de cultivar con exito y madurez el periodismo, la poesía, el cuento y el teatro. Su nombre era D. Joaquín Dicenta Benedicto...; y esta es su historia.
                              
D. Joaquín Dicenta, padre del poeta del mismo nombre y del actor Manuel Dicenta, nació el 3 de febrero de 1863. Hijo de un teniente coronel del ejército, su madre alumbró en  la población de Calatayud acidentalmente y de forma apresurada, cuando su familia hizo un alto en su camino de Alicante a Vitoria. Dicenta recordaba con amargura cómo durante la guerra carlista, su padre "cayó herido en la cabeza, sufriendo un terrible daño cerebral por el que perdió la razón". Su madre, fuerte y tenaz, se negó a internarlo en un psiquiátrico, por lo que la familia regresó de nuevo a Alicante, en donde su padre malvivió algunos años  más. Aquí pasó Dicenta su infancia y parte de su adolescdencia, estudiando bachillerato junto a  D. Rafael Altamira y D. Carlos Arniches. 
                             
Ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, pero fue expulsado de la misma en el año 1878, a causa de su vida bohemia, por su afición al alcohol y a las mujeres, y por su caracter indisciplinado y anárquico. Malvivió entonces en los ambientes marginales de Madrid, intentando estudiar derecho e introduciéndose en los círculos republicanos y demócratas. Allí conoció al que sería su gran amigo, el desdichado poeta y periodista Manuel Paso, que fallecería alcoholizado de tuberculosis en 1901, en plena juventud. 
                                                                                    

Caricatura de Joaquín Dicenta,  por Cilla en Madrid Cómico (9-XI-1895). Fotografía extraída de la web "ATRIL DE SASTRE"
                                          
Colaboró en el periódico "El Liberal" y publicó sus primeros poemas en la revista "Edén". Estrenó su primer drama en 1888, gracias a la protección de Manuel Tamayo, y escribió numerosas novelas, cuentos y piezas de teatro en prosa y verso. También escribió poesía,  y en su poema "Prometeo" de 1885 declaró ya su ateísmo. Tras un breve y frustrado matrimonio, la sociedad le marginó a causa de haberse unido a una mujer gitana, la bailaora andaluza Amparo de Triana, que abandonó la profesión para vivir con el altivo, independiente y pendenciero poeta. El resonante éxito internacional de su drama "Juan José", una de las obras más representadas en España antes de la Guerra Civil, le sacó del arroyo. 
                    
Fundó con Ruperto Chapí, en 1889, la entidad precursora de la Sociedad General de Autores y Editores. Dirigió el semanario "Germinal", que publicaba ensayos, poesía y literatura de contenido social. Allí colaboraba gente de la talla de Nicolás Salmerón, Ramiro de Maeztu, Ramón María del Valle-Inclán, Pío Baroja o Jacinto Benavente. Sin embargo, su faceta más destacada la llevó a cabo como director del diario "El País", entonces el periódico republicano más importante.
                                                   
Los actores Torres del Álamo, Palomero y Dicenta en una escena de "Juan José".(Fotografía cedida por la Fundación Juan March a la web http://parnaseo.uv.es/ )
                                                                 
Azorín y Miguel de Unamuno le censuraron su vida disipada, siempre relacionada con los bajos fondos y los hampones. Aunque salió de apuros económicos merced al éxito de "Juan José", tuvo una vida turbulenta. Eduardo Zamacois, gran amigo suyo, dijo cuando se estrenó su gran obra: "Llegó al teatro sangrando: alguien le había atizado un par de bastonazos en la cabeza. En su vida hay puñaladas, un rapto, un suicidio... Es vanidoso, informal, ilógico, esquivo y cordial. Es la juventud".  Incluso se dice que Dicenta, en una de sus tantas juergas nocturnas, le cortó a Valle-Inclán las melenas, por lo que el genial gallego hubo de afeitarse el cráneo y esperar al crecimiento natural.
                             
Joaquín Dicenta siempre aparecerá en la historia literaria de nuestro país por ser el introductor del pueblo en el teatro, por crear personajes que se rebelan  contra unas instituciones y un estado vigente, y porque tienen conciencia del papel que desempeñan dentro de la sociedad. Los trabajadores tomaron su obra como estandarte,  representando "Juan José"  todos los primeros de mayo desde la muerte de Dicenta hasta 1936. Junto con "Don Juan Tenorio", en la obra más representada en la historia de España.

                   
Volvió gravemente enfermo a Alicante, donde murió poco después. Y como ya hemos dicho al principio, como ateo confeso, fue enterrado en el cementerio civil de San Blas.
       
Por desgracia, casi nadie lo recuerda ni como autor ni como periodista. Y, mucho menos, saben en dónde se pueden  localizar y visitar sus restos.

Hasta ahora.
     
Ser alicantino duele... ¡¡en el más allá!!

LA TUMBA
Mapa de localización de la tumba de D. Joaquín Dicenta Benedicto, según plano ofrecido por el personal del Cementerio Municipal (Pinchad en la imagen para ampliar)
                                                                   
-Cuadro: 9
-Fila: ********
-Número:******
                  
-No existe información en el Cementerio Municipal sobre ella: ni fecha de enterramiento ni propiedad de la misma. Todos los datos que hemos podido conseguir sobre sus ultimos días y su entierro han sido a través de la prensa alicantina del año 1917 y posteriores. Por lo tanto, no nos atrevemos a fijar con exactitud numérica su ubicación.
                  
-No hay inscripción alguna sobre la lápida. No hay alusiones a sus hijos, ni una fecha concreta de su fallecimiento. Pensamos que esa lápida que hoy poemos visitar NO es la original. Tan sólo podemos leer en ella: "Joaquín Dicenta. Escritor. MCMXVII"
                      
-D. Joaquín Dicenta tiene en la actualidad una calle en Alicante, en el Barrio de Juan XXIII. Sin embargo, un año después de su muerte (1918), la "Plaza de la Aduana" cambió de nombre y se denominó "Plaza de Joaquín Dicenta", en honor a nuestro ilustre. Por desgracia, tras la Guerra Civil, en 1939, se denominó "Plaza del Consul Von Knobloch", y así se mantuvo hasta que sufrió diferentes cambios consecutivos: "Plaza de la Puerta del Mar", "Plaza del Conde de Vallellano" y "Plaza de la Puerta del Mar" de nuevo y hasta la fecha.
                 
Artículo aparecido en el Diario "El Luchador", con fecha 20 de febrero de 1918, en el que se anuncia el cambio de nombre de la plaza
          
-Gran parte de la información publicada en este artículo pertenece a Wikipedia y a Francisco Arias Solis, extraída de su web: http://www.arrakis.es/~aarias. Muchas gracias. "No se puede ser libre más que entre libres".
                
 
  
  
  
 

Si alguno de nuestros lectores es descendiente de D. Joaquín Dicenta Benedicto, o puede facilitarnos información sobre él, puede ponerse en contacto con nosotros en esta dirección: alicantevivo@ono.com
                               
JUAN JOSÉ AMORES LIZA y ALFREDO CAMPELLO QUEREDA

 
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