05 mayo 2010

EXPLOSIONES EN EL PANTEÓN DE QUIJANO. CARTA DE LOS LECTORES (05-MAYO-2010)

            
Nadie duda a estas alturas de la importancia social, cultural y turística de las Hogueras de San Juan. Aquella fiesta que don José María Py supo adaptar a la perfección a nuestro clima y a nuestras gentes, tiene en la actualidad la fuerza para enamorar y maravillar a las masas... pero también la fuerza para «arrasar» con todo lo que se ponga en su camino. Y es aquí, en su faceta más egoísta, donde debemos dar hoy un fuerte tirón de orejas.
              
El pasado fin de semana, coincidiendo con la elección de la Bellea del Foc 2010 y su homóloga infantil, se lanzaron desde la plaza de Santa Teresa, maravilloso pulmón verde del siglo XIX en donde descansa el Panteón de Quijano, dos «arrebatos de fuegos artificiales con 20 kilos de pólvora cada uno». De nada sirvió que un colectivo como Alicante Vivo lo denunciara abiertamente, ya que daba la impresión que atentaba contra una fiesta que da mucho dinero a nuestra ciudad y muchos más votos a nuestros políticos; de nada sirvió que el Panteón de Quijano tenga declarada una «protección integral» en el nuevo PGOU por el Ayuntamiento de Alicante; de nada sirvió que exista una normativa municipal que regule y prohíba el lanzamiento de fuegos artificiales en las cercanías de iglesias o edificios militares (por allí andan la Misericordia y la Comandancia de la Guardia Civil); de nada sirvió que la plaza sea una compacta zona forestal y que exista un grave riesgo de incendio ante la caída de cascotes incandescentes, pólvora o lluvia ácida; de nada sirvió que la Concejalía de Cultura iniciara las labores aún inconclusas de rehabilitación del Panteón de Quijano hace unos meses con dinero del señor Ortiz; de nada sirvió el riesgo de desprendimientos y roturas de piezas ornamentales del monumento por efecto de la onda expansiva; de nada sirvió las dificultades de evacuación del humo y las cenizas; de nada sirvió que en las labores de rehabilitación del Panteón de Quijano y de la plaza estén implicados restauradores, jardineros, personal de mantenimiento municipal y dos concejalías; de nada sirvió que el Paseo de Campoamor esté a escasos metros y sea un lugar perfecto para el lanzamiento al no existir riesgo alguno de peligro...; de nada sirvió nada. Los castillos fueron lanzados dónde, cómo y cuándo ellos quisieron. Punto y final al tema. Llegaron los aplausos en el escenario de la Plaza de Toros, las lágrimas, los gritos de «guapa, guapa y guapa», y la manida sensación de que «aquí nunca pasa nada y hacemos lo que nosotros queremos».
            
Hasta aquí podíamos llegar. Cuando se intenta argumentar con la boca bien grande que las Hogueras es un colectivo implicado en la cultura de nuestra ciudad, a muchos de nosotros se nos pone, con perdón, cara de bobo. Es lamentable que para algunos de ellos, la Cultura se limite a la elaboración de brillantes llibrets que luchan por conseguir una aceptable remuneración económica municipal o autonómica. Ellos, sobre todo ellos que tanto poder y calado social tienen, deberían implicarse más en su ciudad y en la sensibilidad con nuestra historia, patrimonio y arquitectura.
         
Y, por supuesto, no permitir por acción u omisión que se pueda destrozar la única plaza romántica del siglo XIX que se conserva casi intacta en nuestra ciudad o el monumento a un héroe que dio su vida por todos nosotros.
         
Desde luego, dice muy poco de ellos. Felices fiestas. 
                   

 
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