25 septiembre 2010

¡¡ A LA MIERDA CANALEJAS !! (Y VAN 2)

La Calle Portugal en su último tramo. Al fondo, la zona del Parque de Canalejas "susceptible" de ser abierta al tráfico.

Años 40-50. Fuente del Niño Flautista... ¡entera!

Monumento a Canalejas en construcción. Década de 1910

Palmito de múltiples brazos... ¿desaparecerá?

Escalinata final del Parque de Canalejas. Esta es la parte que se fusiona con la Plaza de Galicia
      


Parque de Canalejas. A la izquierda el antiguo Colegio Jesús-María

Al fondo el gran eucalipto del parque

Principios del siglo XX. Todavía no hay ficus

Fuente recientemente restaurada y enderezada. Detrás la parte del paseo que desaparece.

Primera década del siglo XX


Plaza de Canalejas




Antiguo aparcamiento donde se montó la Carpa de la Ciencia. Hoy carretera Nacional 332





La ciudad, especialmente, el centro urbano, no puede perder ni un solo metro cuadrado de sus escasos parques. No los recuperará nunca. Y menos para seguir abriendo caminos asfaltados al coche, como si ya no hubiera bastantes.

El automóvil se ha convertido en un humeante tirano que diseña el urbanismo de nuestras poblaciones, relegando al peatón a un ser acorralado e inmóvil y al ciclista a realizar desplazamientos arriesgados por rutas absurdas, mientras que el transporte urbano es… ¿es? ¿existe?

El tráfico nos impide disfrutar del derecho a un aire limpio de humos y de ruidos, de nuestra seguridad. Ahora, como el caballo de Atila, quiere invadir el Parque de Canalejas, y como aquel cuadrúpedo montado por el rey de los hunos, no volverá a crecer la hierba a su paso.

¿Cabe mayor disparate?

La Asociación Cultural Alicante Vivo nació y creció con el único fin de divulgar y preservar nuestro precario patrimonio a través de documentos y fotografías antiguas. Somos conscienes del daño que ha sufrido esta ciudad en las últimas décadas... y nos aterra que pueda volver a suceder. Golpear, separar y modificar a capricho uno de los pocos paseos centenarios e históricos de nuestra ciudad, creado para uso de los ciudadanos, es golear los cimientos más bajos de nuestra asociación y, lo que es mucho más grave, intentar modificar la propia idiosincracia de Alicante y sus habitantes.

Si quieren sustituir nuestros escasos metros de paz y disfrute por nuevos pasos para las ruedas de (más) automóviles, están en su derecho de hacerlo. No nos queda más que el pataleo y la crítica bien fundamentada. Pero ojo... aquellos que lo lleven a cabo que no olviden nunca que los actos realizados hoy, son recordados eternamente.
      
Allá ellos.

 
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