Foto: Rafael de Ves Murcia |
Las primeras indicaciones sobre la navegación en aguas de Nueva Tabarca, así como los peligros que ofrece la misma en determinados lugares de su costa, se deben a Don Vicente Tofiño de San Miquel, un ilustrado general de la Armada, que por orden del Rey Carlos III llevó a cabo en 1784 las denominadas Cartas Esféricas de las costas españolas que baña el Mediterráneo y de la correspondiente de África. Este trabajo, que mereció la aprobación de todos los marinos españoles, tanto de la Marina Mercante como de la Armada, fue impreso a costa del Estado por orden del Rey, y en poco tiempo fue elegido como referente por las Academias de Ciencias de París, Londres y Estocolmo. Tofiño fue por ello siempre consultado por los Secretarios del Estado, Hacienda y Marina sobre todo proyecto científico, llevándole además a ser nombrado Académico de Mérito de la Real Academia de Historia y de las Ciencias de París y Lisboa. Su nombre siempre será honrado y respetado en la Armada Española.
Plano de costas de Santa Pola y Tabarca (1813) |
La medianía del Cabo de Santa Pola se halla en 38º 12’ y 5’’ de latitud. La corona del cabo la circula un placer a distancia de un cable, cuyo fondo es de 14 ó 15 pies, sobre el que se estará siempre que se cubran con las tierras del Cabo la ventana de la Torre Talayola.
Este placer es la única atención que se ha de tener para pasar entre la Isla Plana y el Cabo de Santa Pola, que está justamente al S 9º, 0’9 millas del Castillo de Alicante, y al S 28º 33’ O del Cabo de la Huerta, a 10 millas largas.
Está en el extremo O de la Isla Plana o Nueva Tabarca, donde está el Muelle y Puerto, como 2 millas al SE; media S del Cabo de Santa Pola y sigue tendido al E, media SE con esta diferencia de distancia de media legua. Es de figura irregular, formando sus vacíos calas y ensenadas, otras tantas angosturas en la isla de su medianía para el O, y de ella para el E es más ancha, pues va a terminarse con una punta saliente que nombran Cabo Falcón.
La parte O donde está el espacioso Castillo de San Pablo, se halla en la latitud de 380º 58’. Por otra parte, es tan rara la esta isla que sólo tiene 36 pies de elevación, que es la de las murallas y alguna más en la parte del E. En la del S de la isla, a corta distancia, hay algunos cabezos o piedras fuera del agua, entre las cuales y la isla sólo hay parajes para lanchas, y con conocimiento de sus canales...
Plano de costas de Santa Pola y Tabarca (1877) |
Como al C 15º del Cabo Falcón y cable y medio de distancia, está una isletilla, pequeña, redonda, y más baja que la Isla Plana, conocida por los navegantes por el nombre de «Piedra de fuera de la Nueva Tabarca», y por los habitantes de la isla con el de la «Nave». El ala que hay entre ésta y el Cabo Falcón la cierra un arrecife que no franquea el paso si no es para barcos pescadores, pues en partes vela y en partes no.
Igualmente sale desde la «Nave» o piedra de fuera su vuelta del C, otro arrecife que vela con dos cables de distancia...
Seguidamente hace referencia y clarifica la polémica situación de un peligroso bajo, de este modo:
Al citado rumbo del C 15º S de dicha piedra de fuera, ya a una milla de distancia está un placer peligroso, con sólo dos y media brazas de fondo piedra, cuyas enfilaciones son el canto del N de la expresada piedra, enfilada por la medianía de las torres de la Iglesia de la isla, y el picacho de Las Matas, que es el canto del O del Frontón que forma al S el Cabo de la Huerta por el picacho de una montaña alta tierra adentro, que la llaman del Hombre y está a la parte del C de Alicante.
Entre el placer citado y el arrecife que sale al C de la piedra de fuera, hay pasaje suficiente para cualquier buque, en el supuesto de hallarse siete brazas de fondo por su medianía, desde la que disminuye proporcionalmente a cinco hasta dos cumplidos de bote del arrecife, y a cuatro y media del bajo, cuyo fondo es de alga y cascajo.
También la punta más occidental de la Isla Plana sale a distancia de medio cable, entre placento envuelta del NO.
Estos son los riesgos que cercan la Isla Plana, por lo demás a distancia de un cable de todo lo visible y del citado bajo, hay de cinco a seis, siete y ocho brazas.
Algunas cartas suprimen este escollo donde existe y lo ponen donde no lo está, esto es entre la Isla Plana y el Cabo de Santa Pola.
«El Piloto Inglés» (libro de Cartas del Mediterráneo con este nombre) así lo sitúa en un bello plano de la rada de Alicante, y lo menciona en su descripción, y también así lo coloca Pimentel, con expresión de estar más cercano a la isla que al cabo, haciendo sólo mención de una restinga que parece quiere decir sale de aquélla tendida de SO medio O y al contrario, pero navegable, pues tiene siete brazas de fondo...
Vista aérea de Nueva Tabarca. En el centro de la imagen, el Faro |
Con esto así, aquellas cartas como Pimentel hacen preferible el pasar por fuera de la isla a pasar por entre ella y la costa, y así más de una vez se han perdido y tocado en la laja o placer de fuera siguiendo estas cartas, y sin noticias de otros que lo manifiestan cuando no hay ejemplar alguno por desgracia, a los que han pasado entre la isla y Santa Pola. En ésta no hay más atención que promediar el canal, y con vientos escasos que obligan a acercarse al cabo nunca se cubrirá con las tierras de él la ventana de la Torre Talayola o de Talayals que está encima, como queda dicho.
Por lo demás, el fondo del freo por la medianía de su mayor angostura es de siete brazas que disminuyen con proporción a una y otra parte; pero nunca será prudente sino en cosa muy preciso pasar por este canal con navíos grandes, pues nunca deja de haber mar que ocasione cabezadas, y no es tan fácil a la simple vista el tomar su medianía...
Ya el historiador Estrabón, cuando describió su paso por nuestras costas calificó a la Planesia de los romanos como una isla peligrosa por la abundancia de escollos en sus proximidades que dificultaban enormemente la aproximación de las embarcaciones. Los restos de diversos naufragios de naves romanas certifican el acierto de aquella descripción. Del mismo modo, hemos visto que Vicente Tofiño en sus Cartas Esféricas hablaba de los numerosos arrecifes que obligaban a los marinos a extremar las precauciones al aproximarse a la Isla Plana o de Nueva Tabarca. Es por todo ello que podemos considerar que supuso un auténtico progreso para la isla la inauguración de su faro el 1 de junio de 1854.
El Faro de Nueva Tabarca, por su situación, es considerado como uno de los elementos tipo de la ingeniería romántica del siglo XIX. Fue proyectado por el ingeniero Agustín Elcoro Berecíbar, autor también del proyecto del Ferrocarril Madrid-Alicante, así como de un proyecto para el Puerto de Denia. Este faro fue el primero en construirse del conjunto de luminarias que se llevaron a cabo entre 1850 y 1854 en las costas alicantinas. Así lo justificaba Agustín Elcoro en la memoria que acompaña a su proyecto de construcción, fechado en 1850:
Faro de Nueva Tabarca (1865) |
...y a dos millas y media SE del cabo del mismo nombre (Santa Pola) está situada la isla Plana o Nueva Tabarca, teatro de frecuentes naufragios y desgracias que ocasiona el no verla de noche, a causa de su poca elevación. Para evitar, pues, que los buques choquen en dicha isla, debe construirse una torre destinada a faro, colocando en ella un faro de tercer orden, gran modelo, que presente destellos de 2 en 2 minutos. La importancia de dicho faro, es de la mayor consideración, porque si bien ofrece la ensenada inmediata de Santa Pola un refugio y abrigo seguros, a las embarcaciones que impelidas por los temporales de levante van desde los golfos de León, San Jorge y Valencia, el temor de embestir a la isla Plana les hace separarse a tal distancia, que si no pierden enteramente la entrada de aquél fondeadero, la practican después con grandes riesgos y dificultades.
Posiblemente sufrió alguna modificación en el año 1867, ya que Varela Botella parece haber documentado un proyecto fechado en ese año de José Laurent.
Situado en el campo de Nueva Tabarca, aproximadamente a un kilómetro del poblado, el edificio consta de un cuerpo basamental cuadrado de 12,30 metros de lado, en cuyo centro emerge telescópicamente la caña de la linterna, que sirve a su vez para albergar la escalera de acceso. Los cuatro alzados se articulan según tres ejes de huecos con recuadraturas muy sencillas de piedra, mientras que en las esquinas se colocaron cadenas de almohadillado plano de caliza, aparejo que se repite vertebrando los huecos y paños centrales de la caña. Su torre prismática con arcos de medio punto, adornos de sillería en zócalo, esquinas y jambas, son características de los faros decimonónicos.
Entró en servicio en 1854, antes que el próximo Faro de Santa Pola, y ha sido reformado en varias ocasiones. En dicha puesta en marcha, su luz estaba situada en 5º 44’ 10” de longitud Este y 38º 9’ 40” de latitud Norte, con una altura focal sobre el nivel medio del mar de 27,58 metros y un alcance de la luz de 20 millas marinas. Su catadióptrico, construido por Theodore Letermann, era de luz fija variada por destellos de dos en dos minutos, con una lámpara de incandescencia por vapor de petróleo sistema Chaucer de 35 milímetros, aunque inicialmente se trataba de un aparato óptico de tercer orden con lentes coloreadas sobre un carro de tejos o gales, que se accionaba con un sistema de relojería con estabilizador dinámico de aletas, y la lámpara mecánica se encendía con aceite de oliva, que en mayo de 1916 sería sustituido por parafina y petróleo. El valor del mecanismo fue de 111.016 pesetas. Toda la obra de este primer faro fue concluida el 1 de junio de 1854, estaba servido por dos torreros, y como infraestructura estatal estratégica que era, contaba con armamento para su defensa y dos aljibes.
El 10 de agosto de 1867 el Faro de Nueva Tabarca adquiría la categoría de Escuela Práctica de Torreros. De este modo, el Ilmo. Sr. Director General del ramo, con fecha 27 de julio de dicho año, autorizaba tal distinción:
Situado en el campo de Nueva Tabarca, aproximadamente a un kilómetro del poblado, el edificio consta de un cuerpo basamental cuadrado de 12,30 metros de lado, en cuyo centro emerge telescópicamente la caña de la linterna, que sirve a su vez para albergar la escalera de acceso. Los cuatro alzados se articulan según tres ejes de huecos con recuadraturas muy sencillas de piedra, mientras que en las esquinas se colocaron cadenas de almohadillado plano de caliza, aparejo que se repite vertebrando los huecos y paños centrales de la caña. Su torre prismática con arcos de medio punto, adornos de sillería en zócalo, esquinas y jambas, son características de los faros decimonónicos.
Entró en servicio en 1854, antes que el próximo Faro de Santa Pola, y ha sido reformado en varias ocasiones. En dicha puesta en marcha, su luz estaba situada en 5º 44’ 10” de longitud Este y 38º 9’ 40” de latitud Norte, con una altura focal sobre el nivel medio del mar de 27,58 metros y un alcance de la luz de 20 millas marinas. Su catadióptrico, construido por Theodore Letermann, era de luz fija variada por destellos de dos en dos minutos, con una lámpara de incandescencia por vapor de petróleo sistema Chaucer de 35 milímetros, aunque inicialmente se trataba de un aparato óptico de tercer orden con lentes coloreadas sobre un carro de tejos o gales, que se accionaba con un sistema de relojería con estabilizador dinámico de aletas, y la lámpara mecánica se encendía con aceite de oliva, que en mayo de 1916 sería sustituido por parafina y petróleo. El valor del mecanismo fue de 111.016 pesetas. Toda la obra de este primer faro fue concluida el 1 de junio de 1854, estaba servido por dos torreros, y como infraestructura estatal estratégica que era, contaba con armamento para su defensa y dos aljibes.
El 10 de agosto de 1867 el Faro de Nueva Tabarca adquiría la categoría de Escuela Práctica de Torreros. De este modo, el Ilmo. Sr. Director General del ramo, con fecha 27 de julio de dicho año, autorizaba tal distinción:
En vista de una exposición de D. Antonio Pomares, vecino de Santa Pola, solicitando permiso para adquirir en uno de los faros de esa provincia la instrucción necesaria para ingresar cuando haya lugar, en el Cuerpo de Torreros, esta Dirección General ha tenido a bien conceder dicha autorización, señalándole para este objeto y demás efectos del Reglamento, el faro de Tabarca, como Escuela Práctica, en donde bajo la inspección de Vd. y la dirección que estime conveniente establecer, reciba dicho interesado la instrucción que pretende, entendiéndose que esta autorización no le da derecho a gratificación de ninguna clase, más que la provisión de vacante en el Cuerpo de Torreros, previo examen y aprobación de ejercicios.
En aquellos primeros años, el encendido y apagado de los faros de la costa alicantina era arbitrario, y existía una diferencia considerable entre el número de horas que estaban encendidos los faros de Villajoyosa, Cabo de las Huertas, Alicante, Santa Pola, Torrevieja y Nueva Tabarca. Fue por ello que el ingeniero encargado del servicio dispuso en 1871 una serie de criterios o disposiciones que crearon cierta uniformidad:
- Los faros de Villajoyosa, Huertas, Alicante, Santa Pola y Torrevieja encenderán a la puesta de Sol y apagarán un cuarto de hora antes de su salida.
- El faro de Tabarca continuará encendido como prescribe la instrucción, un cuarto de hora antes de la puesta de Sol a fin de que en este tiempo pueda tomar la luz su completo desarrollo y apagará como los demás un cuarto de hora antes de la salida del Sol.
- Siempre que el estado de la atmósfera así lo exigiera podrán los torreros encargados adelantar la hora de encender y retrasar la de apagar que se fijan en esta comunicación, mas al hacerlo deberán consignar en la columna de observaciones del libro de consumo de aceite, la causa que haya motivado semejante determinación.
Desde la entrada en servicio del faro hasta el naufragio el día 1 de diciembre de 1901 de la goleta inglesa Cureka, con destino Cádiz, en el paraje conocido por La Glosa, que supuso la pérdida total de su cargamento de bacalao, no se había producido incidente alguno en las costas de la isla. Afortunadamente la tripulación pudo ser rescatada sin víctimas por un laúd pesquero. Pero algo debió cambiar en los fondos de dicho paraje, de obligado tránsito por las características tan accidentadas del entorno marino, pues desde 1914 hasta 1918, de forma dramáticamente creciente, se sucedieron una larga lista de percances, la mayoría bien documentados, lista que terminaba con los siguientes naufragios:
- 1 de enero de 1916, embarrancó el vapor trasatlántico italiano Siena.
- 7 de enero de 1917, encalla el vapor español Bermeo.
- 12 de abril de 1917, naufraga un vapor inglés huyendo al ser torpedeado por un submarino alemán.
- 13 de mayo de 1917, embarranca el vapor trasatlántico italiano Vittorio.
- 21 de mayo de 1917, encalla en el mismo lugar el vapor inglés Estrick.
- 12 de junio de 1917, un submarino alemán torpedea un convoy de buques mercantes, aprovechándose de las dificultades del paso por las aguas de la isla.
- 19 de julio de 1917, embarranca el vapor inglés Wismenera.
- 17 de diciembre de 1917, zozobra el vapor inglés Menoria.
Naufragios en Nueva Tabarca |
Faro de Nueva Tabarca (1971-1989) |
Ficha Técnica:
Nombre del faro: Isla de Tabarca
N.º de faro: 96
N.º Nacional: 24270
N.º Internacional: E-0148
Latitud: 38º 09,9' N
Longitud: 00º 28,3' W
Altura de la Torre: 12 m
Altura plano focal: 29 m
Alcance nominal nocturno (en millas náuticas): 15
Color de la luz: blanca
Características luz: GpOc(2)B -grupos de 2 ocultaciones-
Periodo de la luz (segundos): 10.0
Ritmo de la luz: L 4 oc 2, L 2 oc 2
(Publicado conjuntamente en el blog La Foguera de Tabarca)