07 julio 2007

ALICANTE EN EL RECUERDO: LITOGRAFÍAS DE ALICANTE

En el siglo XVIII, el libro ilustrado alcanzó un desarrollo hasta entonces desconocido. El texto mantenía la supremacía, pero las ilustraciones dejaron de ser un mero acompañamiento para convertirse en parte esencial de esos bellos volúmenes.
Antes de la llegada de la fotografía, dichas ilustraciones se llamaron "litografías".
Para este tipo de impresión se utilizaba una piedra caliza pulimentada sobre la que se dibujaba la imagen a imprimir con una materia grasa, bien fuera mediante lápiz o pincel. Este proceso se basaba en la incompatibilidad de la grasa y el agua. Una vez la piedra humedecida, la tinta de impresión solo quedaba retenida en las zonas dibujadas previamente.
Para cada color debía usarse una piedra distinta y, evidentemente, el papel tendría que pasar por la prensa de imprimir tantas veces como tintas se empleasen. En los carteles impresos mediante el sistema litográfico, tan frecuentes en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, se utilizaban quince, veinte o más tintas. Entre ellos son de destacar los que anunciaban las corridas de toros, los paisajes urbanos, y los diseñados durante la Guerra Civil española.
En una imagen litográfica las letras no podían ser retiradas y reutilizadas en otro sitio: eran únicas y precisaban redibujarse, o copiarse, para cada uso. El litógrafo podía reproducir una imagen "única" dibujada, combinando texto e imagen en complicadas disposiciones formales del color. El proceso cromolitográfico alcanzó su cima durante el siglo XIX. La mejora en los métodos del fotograbado amenazó la pervivencia de la litografía, conduciendo a su progresivo declive a partir de la década de 1890.
Aquí tenemos varias litografías de Alicante.
LITOGRAFÍA 1: Obra de G. Engelmann, sobre un dibujo de Baeler d´Albe. En primer término, la desaparecida Puerta del Mar, cuyo derribo comenzó en 1858.
LITOGRAFÍA 2: Está dividida en dos imágenes. En la primera podemos ver un molino situado en la Muntanyeta de Alicante, en un grabado de los hermanos Rouargue (1852). En el conjunto de la ciudad, el autor ha destacado sobre todo la Catedral de San Nicolás. En la segunda, nos encontramos con una vista panorámica de la alameda de San Francisco. Al fondo, la estación de ferrocarril Madrid-Zaragoza, ante la cual transcurre un tren.
LITOGRAFÍA 3: Vista de la bahía de Alicante, realizado en 1852 por los hermanos Emile y Adolphe Rouargue.

 
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