20 junio 2007

ALICANTE EN EL RECUERDO: LA EXPLOSIÓN EN PRYCA

La tarde noche del 19 de agosto de 1989 fue funesta para Alicante.
Un cargamento de pólvora transportado en un turismo hizo explosión en el aparcamiento del supermercado Pryca, en San Juan, con el resultado de ocho muertos, más de veinte heridos de diversa consideración y una casi incalculable cantidad de daños.
A la confusión que en estos casos suele apoderarse de la situación, hay que añadir otra circunstancia que contribuyó a la desorientación de efectivos policiales: momentos antes de suceder la explosión, se recibió en la emisora alicantina de la Cadena COPE una llamada anónima en la que se anunciaba, en nombre de la organización terrorista ETA, que un artefacto iba a hacer explosión en las inmediaciones de San Juan, sin concretar sitio.
Fue una falsa alarma, tal vez una broma pesada, pero la explosión coincidió en hora con la anunciada en el anónimo comunicado telefónico.
Las siete y media de la tarde.
El despliegue fue colosal. Se juntaron veinte ambulancias de Alicante, Elche, Crevillente, Benidorm y Torrevieja, la totalidad de las dotaciones de Bomberos y efectivos de Protección Civil.
El cercano y recién inaugurado Hospital Clínico de San Juan y el Hospital General, no daban a basto para atender a todas las víctimas que les llegaban procedentes del centro comercial.
En plena confusión, mientras los heridos eran trasladados a los hospitales, los cuerpos sin vida y restos humanos eran colocados en carros de la compra para llevarlos a unas dependencias de la gran superficie, en un improvisado depósito de cadáveres para ser identificados.
Al fin pudo conocerse la causa de la explosión y quedó totalmente descartado que se tratara de un atentado terrorista.
La clave fue la identificación del ocupante de un turismo que se encontraba estacionado en el párking del centro. Se trataba del turismo Peugeot 505, color rojo, matrícula A-8042-AJ, que había sido aparcado por el joven Antonio Rigal Vico, de 22 años. Ya anochecido, entre dos luces, llegaba al lugar de la tragedia el padre del joven, Joaquín Rigal Martínez , que jugó un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos.
Este hombre, de unos cincuenta y tantos años, antiguo empleado de la Fábrica de Aluminio INESPAL, se dedicaba en los ratos libres al negocio en pequeña escala de venta de explosivos. A Joaquín Rigal se le había solicitado mercancía para la celebración de una fiesta en la finca propiedad de una familia acomodada, precisamente del pueblo de San Juan, y para allá mandó a su hijo portando la mercancía.
El 19 de agosto había sido de agobiante calor, y a esa hora todavía lucía el sol en lo alto. Cuando el joven Antonio regresó al vehículo, se produjo la tragedia.
Eran cientos de personas las que estaban en ese momento de compras en el Pryca y que buscaban la salida rápida de aquel infierno, agolpándose en las puertas de acceso. Las decenas de personas que en esos momentos se encontraban en el párking dejando o recogiendo sus coche estaban totalmente desorientadas y caminaban como autómatas. Se registraron muchos casos dantescos, siendo quizás uno de los más destacados el de la Reina de las Fiestas de San Juan de ese año, María José Llorca Juan, de 16 años, que se encontraba de compras con su madre, Maria Josefa Juan Ripoll, que falleció en el acto. La hija sufrió heridas gravísimas, una de las cuales le produjo una profunda sordera.
El proceso judicial (que a partir de entonces se conoció como 'caso Pryca') fue largo y polémico. Al final, nadie resultó culpable ni nadie recibió ningún tipo de indemnización. Esta fue la sentencia definitiva:
Absueltos los tres procesados por la explosión de Pryca
Maria Jose Pastor - Alicante
Los empresarios pirotécnicos Eduardo y Antonio Samper y el guardia civil Saturnino Romero no tuvieron relación con el caso Pryca y, por tanto, son inocentes.
FECHA: 08 - 07 - 1994
El padre del chico, Joaquín Rigall, se suicidó poco tiempo después en su casa de San Blas, al no poder reponerse de lo ocurrido.

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ACTUALIZADO
Alicante en el Recuerdo ha tenido el privilegio de poder hablar con Gemma Llorca, hija de la fallecida Maria Josefa Juan Ripoll y hermana de Maria José Llorca Juan, gravemente herida. Estas son sus palabras:
"Ante todo, muchas gracias por vuestra atención. Aquel día tambien podia haber sido yo una de las víctimas, porque asi estaba planeada la tarde: mi madre, mi hermana y yo, nos ibamos de compras. Pero ya sabes como somos los niños: preferi quedarme en casa jugando y paseando con la bicicleta.
Aunque era pequeña (tenia 6 años) y no me enteré muy bien de lo que pasó en ese momento (gracias al amor de las personas que me rodeaban) recuerdo aquella tarde como si fuera ayer: me acuerdo perfectamente de como iba en mi bicicleta por la calle cuando oí aquella tremenda explosion y de lo que pensé en ese momento (era muy pronto para las fiestas de Fabraquer), y posteriormente el revuelo que se formó en mi casa.
Tambien recuerdo que ese mismo fin de semana eran las fiestas de Benimagrell ( mi casa esta situada a 500 metros de allí) y la musica no dejo de sonar ni un solo dia, al igual que el pasacalles y lo fuegos artificiales.
Un saludo y gracias."
Gracias a tí, Gemma, por atreverte a dar el paso y hablar con nosotros de este amargo tema.
Ojalá nuestro artículo sirva de homenaje a todas los fallecidos en aquel terrible accidente.
Hasta siempre

 
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