ALICANTE: PIEDRA BLANCA

Algo nos dice el escudo de la ciudad de Alicante sobre la piedra de la cantera.
AKRA LUEKA.
Del griego: piedra blanca.
La piedra es mágica y posee singularidad andrógina: el summun de la perfección y se ha asociado al origen de la vida, a la vida misma y, por ende, a la fecundidad.
La piedra ha sido venerada por todas las civilizaciones y culturas desde los tiempos más remotos. Por lo tanto, desde el punto de vista cronológico, la piedra llega a ser sagrada porque antes ha sido mágica.. Como arquetipo mágico, la piedra representa el conocimiento puro que alcanza su propia realización en la transformación.
"La concepción animista de la piedra tiene un origen antiquísimo, del que encontramos referencias concretas en la mitología griega con la creencia de que las piedras no son masas inertes sino que desprenden un hálito humano -no perceptible para los espíritus ínfimos- y que, al igual que el hombre , la piedra cae o proviene del cielo para retornar a él siguiendo el camino del perfeccionamiento de su pureza."
Es en la inspiración que perciben las manos de un escultor donde cada roca toma la forma del alma que contiene y la refleja en el iris del espectador.
Implícito en su nombre, lleva Alicante sus raices griegas y latinas. Así como los griegos descubriendo el Mediterráneo identificaron sus rocas blancas Akra Leuka, los latinos encontraron al otro extremo de su Mare Nostrum la belleza del Levante español Lucentum, conjunción de la que hereda su nombre la ciudad y provincia.
Desde la Cantera de Alicante, hace años clausurada, se observan deliciosas y espectaculares panorámicas del Mediterráneo, tanto desde su cima como a nivel del propio mar.
Fue con estas piedras con las que las simbólicas construcciones de la original urbe estuvieron construidas. Las fachadas de la Iglesia de Santa María y la de San Nicolás entre otros emblemáticos edificios de la capital están labradas sobre este material que sorprende por su singular blancura y docilidad al trabajo del artista.
INFO: Arte Esculturas