28 julio 2007

LA LEYENDA DE JUDAS Y EL "MASCARAT"

Desde Benidorm, desde la bella Altea, desde Campomanes... atravesamos el Tunel del Mascarat, el túnel que tiene una de las leyendas más curiosas de la provincia.
Para conocerla, tenemos que sentarnos en la piedra que sirvió de asiento a Judas.
Se llama "La Culada de Judas".

San Mateo.27,4-6:
Viendo entonces Judas cómo era condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los príncipes, diciendo:
-He pecado entregando sangre inocente.
-¿A nosotros qué? Tú verás -dijeron ellos.
Y arrojando las monedas en el templo, se retiró y se ahorcó.

Pero San Mateo se equivoca.
Judas no se ahorcó.
Porque los alicantinos sabemos la verdadera historia.
Al menos, según nuestra leyenda particular.
Cuentan las gentes de la Marina, que tras devolver las monedas, Judas no se ahorcó... Por el contrario, huyó de Jerusalen.
Viajó muchos días hasta el Valle de Hebrón y de ese valle a Gaza.Tras embarcarse enloquecido, la suerte lo condujo hasta el más lejano poniente, hasta Denia.
Y Judas, jadeante, se encontró con la subida del Collado, para pasar el barranco cortado a pico... "El Mascarat".
Muerto en el alma y agotado en el cuerpo, se sentó en una piedra; una piedra lisa donde poder encontrar el imposible reposo.
Y aunque siguió huyendo... allí quedó su huella para la eternidad.
"La Culada de Judas".
Hasta aquí podría haber llegado la leyenda.
Pero los alicantinos siempre hemos querido más.
¿Por qué "Mascarat" viene de la palabra íbera maka-as, "piedra cortada"?
¿Por qué no significa "el enmascarado"?
Aunque no lo parezca, aún tiene que ver con Judas Iscariote.
Un joven apuesto que cuidaba sus fincas en el Valle de Pop, se dejaba acompañar en las fiestas con su guitarra... pero nunca se decidía a tomar esposa entre las bellas mozas de la provincia de Alicante.
Y su indecisión lo llevaba siempre a una profunda depresión.
De repente, un día desapareció sin dejar huella.
Poco tiempo después, se empezó a hablar de un terrible bandolero que hacía estragos por los montes cercanos. Lo llamaban "el mascarat", el hombre enmascarado.
Los caminantes que eran atracados, lo describían como un muchacho alto, joven, cubierto con una capa negra y un antifaz que le tapaba el contorno de sus ojos verdes.
Su persecución era inútil, pues se escondía en las cuevas y cavernas de la zona.
Años más tarde, apareció un hombre muerto cerca del pueblo. Estaba consumido por la lepra.
No obstante, todo el pueblo acompañó el cadaver hasta el cementerio, llenando su tumba de flores.
¿Os preguntáis quién era?
Para unos, se trataba del mocetón del Valle que no enconraba esposa.
Para otros, el mismo Judas que había desafiado las leyes del tiempo y se había convertido en bandolero.
"El Mascarat"
El enmascarado del Valle.
El mismo Judas.
¡Qué más da!

info:"Alicante, entre la Historia y la Leyenda"
Manuel Martinez Lopez
Ed. ECU

 
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