15 octubre 2007

EL CASTILLO DE SAX

En la umbría de una Peña, a través de una refrescante y hermosa pinada, accedemos al Castillo Roquero de Sax, inmenso bastión situado en la frontera de lo que antaño fueron los Reynos de Castilla y Aragón.
Si tenemos en cuenta que el Castillo de Santa Bárbara se engloba dentro de lo que llamaríamos "fortalezas", el de Sax (junto con el de Denia) podríamos decir que son los más grandes y espectaculares "castillos" de la provincia.
Su visita se realiza entre dos cubos o plantas semicirculares, tan característicos de las construcciones del Marquesado de Villena.
Pero vayamos por partes.
En el Valle del Vinalopó, junto con la autovía Alicante-Madrid, se encuentra Sax, pequeña población que duerme en la cara sur de una gran Peña.
Su municipio apenas tiene 63 km2, y está situado a una altitud de 471 metros sobre el nivel del mar. Su distancia con la capital (45 km.) y sus fáciles accesos (Autovía del Mediterráneo, A-211 en Castalla, A-401 Salinas y AV-4011 Elda), lo hacen muy recomendable para pasar una mañana maravillosa en compañía de tu familia y amigos.
Su castillo tiene una gran incidencia en el paisaje, por su fuerza visual (su silueta destaca desde la lejanía), otorgando a Sax la mayor personalidad entre todas las poblaciones del Alto Vinalopó.
Se construyó en lo alto de una encrespada roca caliza de paredes verticales y escasa anchura que, en ocasiones, ha originado desprendimientos sobre el pueblo, extendido a la solana de la Peña.
Tiene una planta alargada en sentido E-O, con dos recintos diferenciados: del occidental apenas quedan restos, mientras que el oriental está delimitado por dos torres de planta cuadrangular. Todo el conjunto está trabajado en mampostería y tiene similitudes con los cercanos castillos de Villena, Almansa, Chinchilla y Belmonte. No en vano, todos pertenecieron a los Señores de la Villa y Castillo de Sax.
Durante el Señorío de los Pacheco, a mediados del siglo XV, el castillo experimentó una intensa actividad constructiva. De aquí la presencia de las armas nobiliarias del primer Marqués.
Durante la última restauración realizada en los años 1998 y 1999, se reconstruyó parte de las puertas de acceso.
Las cerámicas documentadas en la ladera de la peña fechan el inicio de su construcción a finales del siglo X, siendo los árabes quienes realizaron las primeras construcciones aprovechando el promontorio montañoso donde todavía permanecen los aljibes y la Torre Oriental.
Los conflictos fronterizos entre Castilla y Aragón en la primera mitad del siglo XIV supusieron obras de reforma en la vieja fortaleza islámica sajeña. Se edificó una nueva torre maestra, creando dos espacios separados en la cresta de la Peña, uno inferior(a modo de albacar) y otro superior (donde se integra la torre de tapial).
La Torre Maestra tiene tres plantas de sillería encadenadas por escaleras talladas en la roca, empinadas y angostas. Se accede a la primera planta mediante un vano arquitrabado que se apoya sobre capiteles . A la sala segunda llegamos por una escalera adosada al muro de sillería , cubierta con bóveda de arcos. En este segundo piso existen tres ventanas en el muro que proporcionan luz al interior de la Torre y en cuyo flanco se construyó la estructura de la escalera que da paso al último piso o terraza exterior.
El Castillo de Sax es la pieza clave en la defensa del Valle del Vinalopó, llave del dispositivo general y último reducto con cierta autonomía logística y táctica de la zona. En su cara oeste se puede observar con nitidez cuatro impactos de proyectiles, de una bombarda de calibre medio, posiblemente de munición de piedra. Estos impactos tienen su origen en el asedio que sufrió la fortaleza por parte del Conde de Cocentaina en las Guerras del Marquesado. Allí se enfrentaron al Marqués de Villena, partidario de "Juana la Beltraneja", con las tropas que defendía a Isabel la Católica. Los disparos se dirigieron a los ángulos de la torre, con el fin de causar los mayores daños posibles, intentando provocar su derrumbe, táctica de ataque frecuente en la época, también documentada en el Castillo de la Atalaya de Villena. La efectividad fue nula, pues la torre resistió muy bien la envestida.
En el año 2001, obtuvo la declaración de Bien de Interés Cultural con rango de "monumento".
El Castillo de Sax es un legado del pasado que identifica el futuro de la localidad, que le otorga una especial idiosincrásia como pueblo, y que preside como testigo permamente el camino de una comunidad por la Historia de la Humanidad.
Aquí van nuestras fotos del entorno y del Castillo.
Esperamos que os gusten.

Cuando decimos que su silueta contrasta de tal manera con el paisaje que lo hacen único en la provincia, no exageramos. El Castillo de Sax interactua perfectamente con el entorno del Valle del Vinalopó, cargado de uvas y flores aromáticas.









La pinada que rodea el castillo y que circunda todo nuestro camino hasta lo alto de la fortaleza es, simplemente, increíble. Olor, tacto.... todos nuestros sentidos se inundan del frescor y de la belleza de la senda.



La puerta de acceso al Castillo fue reformada en 1998. El entorno, sin embargo, se dejó intacto. Prueba de ellos son las fuentes que rodean la muralla exterior.

Restos del agujero que dejó el impacto del proyectil tras las Guerras con el Marqués de Cocentaina.


Vistas de la zona occidental, de la que quedan muy pocos restos en pie.





Escaleras de acceso a la Torre Maestra. El tamaño de la edificación se aprecia más aún si lo comparamos con la estatura de un niño de 6 años (foto 2)

Interior de la Torre. Empezamos a subir por las escaleras talladas en la roca para acceder a los diferentes pisos de la Torre. No hay luz, no hay aire... Todo es claustrofóbico. Pero la sensación de arqueólogo intrépido no te la quita nadie.
El Río Vinalopó serpentea bajo nuestros pies. ¿Os imagináis las vistas hace 400 años, cuando el río bajaba como un torrente de agua transparente y regaba nuestras plantaciones de vid?



Vistas de Sax y del Valle desde la tercera planta; a la sazón, la terraza de la edificación. Brisa, aire fresco, imponentes vistas... Los árabes era muy listos.



Tras la bajada de la Torre, es momento de decir adios. Ahora sólo nos falta comprar algo de confitería fresca de Sax.

 
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