17 febrero 2008

SI LAS ROCAS HABLASEN... (I)

Buenas!
Antes de nada, me presento: a día de hoy me llaman “El moro”, aunque en otras épocas me llamaron cara del viejo con capucha” (-old nolls head- Esta denominación aparece en un mapa inglés de 1650. Fuente: Daniel Moya).

También me llamáis Monte Benacantil, algo que según he oído (yo no puedo acordarme, son ya muchos mis años…) viene de los tiempos en los que tanto a mis pies como sobre mi vivían los Musulmanes. Según he escuchado “Bena” es la trascripción al árabe de “pinna”, peña en Latín, y “Laqanti” proviene de “Laqant”, el nombre que pusieron los árabes a los habitantes situados en mis faldas. Podéis llamarme como queráis…
Por lo que he oído a las gentes que han paseado sobre mí, me encuentro en la parte oriental de la Cordillera Bética y estoy formado por materiales terciarios intensamente fracturados de edades pertenecientes al Mioceno Inferior y Medio. Mis estratos de calcarenitas (que tienen abundantes restos fósiles) tienen una dirección media de N50ºE y un buzamiento de unos 20º hacia el SE. Hubo un señor (Montenat) en 1973 que tras verme comentó que estaba formado por tres partes muy distintas.
Una primera parte inferior compuesta por margas con yeso de color gris, una segunda de calcarenitas bioclásticas, y una tercera, discordante con las dos anteriores compuesta por unos 150 m de calcarenitas bioclásticas con abundante glaucomita. Sobre todas estas rocas del Mioceno afloran, en ocasiones, depósitos coluviales muy desorganizados de gran heterometria, según lo cual parece que han sufrido poco transporte.
Para terminar os comento que estoy muy fracturada por diaclasas y microfallas, algo muy relacionado con la actividad de la falla de Crevillente así como de otras más pequeñas de dirección NO-SE (Gambín R.; Vaello, J.; Valero, M.: El Monte Benacantil y la Serra Grossa).

Debido a mi actual estado voy a “pasar por quirófano” a ver si me arreglan un poco, de hecho ya me están poniendo una “sabana” sobre mi cara…
Los primeros que habitaron junto a mi fueron una serie de poblaciones que años más tarde se han llamado “del Bronce”, momento en el que las gentes aprendieron a realizar aleaciones de cobre y estaño junto con una mayor complejidad social; algunos de ellos los tenia bajo mi barbilla. La siguiente vez que volví a ver a gentes con cierta entidad junto a mí fue en la que habéis denominado “época tardoromana”. Los arqueólogos me han ayudado a refrescar mi memoria: han encontrado asentamientos sobre mí fechados entre los siglos V y VII, y testimonios a mis pies de esta presencia, en calles como la Calle Lonja de Caballeros y Balseta. Además han hallado enterramientos en la Rambla Méndez Núñez y en la intersección de las Calles Labradores y San Isidro, junto con interesante necrópolis bajo el Palacio de Llorca (s.VI-VII) preislámica del Palacio Llorca, datada entre los siglos VI y VII.
Si no recuerdo mal en estos momentos finales había otros núcleos cercanos con población, como en Benalúa (Els Antigons), que creo que estaba relacionado con el fondeadero de El Baver. Pero al estar algo mas lejos y no lo veía con claridad…

Trabajos de altura que se están realizando en el Castillo de Santa Bárbara (fotos: Diario Información)

JUAN QUILES

EL MORTERO

Fuentes:
Rosser Limiñana, P. (1995): Nace una Ciudad. Origen y Evolución de las murallas de Alicante. Ayto. Alicante – Concejalia de Cultura. Alicante.
Seijo Alonso, F.G. (2004): Alicante Ilustrado.1154-1672. Historia, Arte, Monumentos. Diputación de Alicante, Alicante.
VV.AA. (1989): Historia de Alicante. Ayto Alicante, Patronato para la conmemoración del Quinto Centenario de la Ciudad de Alicante, Diario Información. Alicante.
VV.AA. (2000): Atlas Histórico de España. Istmo. Madrid.



 
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