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Publicado por Corresponsales
En atención a la petición de Rubén y a tantos otros como él interesados en las manifestaciones procesionales de la Semana Santa en Alicante, seguidamente va un reportaje de la procesión de hoy, Domingo de Ramos, que abre la Semana Santa.
Hoy las calles se visten de palmas. De ramas de olivo. Un día de júbilo. El pueblo recibe a un hombre bueno, en un borrico. A un hombre llamado Jesús. Un hombre distinto, que trae un mensaje de esperanza. Un mensaje que choca con las jerarquías pero que atrae a multitudes de personas entusiasmadas con sus palabras. Palabras de comprensión con el afligido. De perdón con el descarriado. Palabras de consuelo para el marginado. Palabras de tolerancia, de amor, de paz para los hombres y mujeres de este mundo.
Mayores y niños recorren las calles de la ciudad de Alicante. Son los niños los que más se inquietan mientras esperan que empiece la procesión. Son los que más se emocionan al portar las palmas. No entienden nada ó quizá son los que lo entienden todo. Han oído de sus padres lo que hizo Jesús por los demás hace algunos miles de años. Oyen palabras que les suenan, que les son familiares. Compañerismo. Amor. Paz. Palabras que han oído en el colegio. Palabras que oyen en casa. Palabras que les acompañarán toda la vida. Y son sus miradas de emoción las que dan vida a este momento.
Hoy las calles se visten de palmas. De ramas de olivo. Un día de júbilo. El pueblo recibe a un hombre bueno, en un borrico. A un hombre llamado Jesús. Un hombre distinto, que trae un mensaje de esperanza. Un mensaje que choca con las jerarquías pero que atrae a multitudes de personas entusiasmadas con sus palabras. Palabras de comprensión con el afligido. De perdón con el descarriado. Palabras de consuelo para el marginado. Palabras de tolerancia, de amor, de paz para los hombres y mujeres de este mundo.
Mayores y niños recorren las calles de la ciudad de Alicante. Son los niños los que más se inquietan mientras esperan que empiece la procesión. Son los que más se emocionan al portar las palmas. No entienden nada ó quizá son los que lo entienden todo. Han oído de sus padres lo que hizo Jesús por los demás hace algunos miles de años. Oyen palabras que les suenan, que les son familiares. Compañerismo. Amor. Paz. Palabras que han oído en el colegio. Palabras que oyen en casa. Palabras que les acompañarán toda la vida. Y son sus miradas de emoción las que dan vida a este momento.
PASKKI
