26 marzo 2008

NAZARET: 50 AÑOS EDUCANDO

"Los niños en peligro, no son peligrosos"
Francisco Javier Fontova

Corría el año 1957 cuando el Padre Fontova plantó la primera semilla de Nazaret.
Eran tiempos duros en los que todavía perduraban las huellas de la postguerra en la sociedad española. Es verdad que la Guerra había terminado hacía ya 18 años, pero la recuperación era lenta..., muy lenta, diría yo.
El 17 de septiembre de 1957, se admitió a los primeros 32 niños de su historia, en los bajos (salas de juego y patio de recreo) de la Congregación Mariana. Las principales preocupaciones del P. Fontova en aquel momento era el dar de comer cada día a aquellos niños, pues su manutención no estaba garantizada en la situación en la que se encontraban; y darles instrucción.
Para ello acudió a la sección de “Madres Católicas” de la Congregación Mariana. Así lo cuenta una hoja impresa del año 1957 que lleva ya por titulo “NAZARET” con el subtítulo: Publicación mensual de la “Cruzada Infantil de la Caridad”.

Es la primera publicación en la que el P. Fontova, que se mostraría después como un gran experto en el uso de los medios de comunicación, daba a conocer esa primera semilla incipiente. Así contaba los inicios él mismo en un programa de radio:
"El primer día que en la Congregación abrimos el comedor debía alimentar cien bocas todos los días y comenzaba con un saldo deudor que había que pagar al día siguiente. Ante tal perspectiva mi ánimo desfallecía un tanto, sobre todo cuando por todo Alicante corría la voz de que el P. Fontova era el quijote de Alicante. Dios me dio la certeza. Aquella misma noche, sin que nadie más supiera de mis apuros, me dio la cantidad que necesitaba".

Mucho ha cambiado Alicante desde que un sacerdote leridano de la Compañía de Jesús destinado en Alicante optó por dedicar su vida al cuidado y a la educación de niños con problemas económicos y familiares. La ciudad se ha agrandado, se ha modernizado, pero la obra del P. Fontova continúa tan viva como cuando recogió a una treintena de niños en el comedor de la antigua Congregación Mariana de la calle San Telmo dando origen a una gran obra que ha perdurado hasta la actualidad. Muchos niños han pasado por Nazaret en estos años y gracias a la labor de Francisco Javier Fontova y de aquellos que han contribuido a mantenerla y ampliarla, esos niños se han convertido en adultos formados e integrados en la sociedad. Los que tuvimos la suerte de conocer al P. Fontova lo recordamos como una persona de gran carisma, energía y bondad, un luchador que no cejó en su esfuerzo para logra una sociedad más justa donde no tuviera hueco la marginación.
Luis Diaz Alperi

El P. Fontova, inspirándose en los “Traperos de Emaús”, de l´Abbé Pierre de Francia, creó la Trapería y a toda la Institución Nazaret le dio el sobrenombre de “Traperos de Nazaret”, como fueron conocidos en Alicante durante mucho tiempo.
El trabajo en la trapería ocupaba parte de la jornada de los chicos, dependiendo de su capacidad para el estudio. La trapería se convirtió en una herramienta de trabajo profesionalizada, fuente de suministro económico esencial y en un auténtico taller educativo para los chavales.
Aquel lugar dónde vivían, estudiaban y trabajaban los muchachos sin hogar de Alicante, pronto pasó a llamarse “Ciudad de los muchachos”
El 1965 el Estado reconoció la Institución como “Colegio Menor masculino del Centro Residencial San Francisco Javier”, y en 1968 se inauguró el nuevo Centro que albergaba un internado para 100 niños; una “Aldea Infantil” formada por 10 casitas para ocho niños y niñas; y una Escuela de párvulos y secundaria con nave de talleres para aprender oficios (electricidad, soldadura, jardinería y cerámica).
El 9 de enero de 1977 fallecía el P. Fontova.

Hoy Nazaret está constituido por un Centro de Día y un Centro de Vida.

-El “Centro Día” (Escuela) es un Centro de Actuación Educativa Singular (CAES), en donde 150 chicos y chicas cursan Primaria y Secundaria en un régimen de atención a la diversidad, con talleres casi profesionales de Hostelería, Carpintería, Automoción, Electricidad, Cerámica, Cuero y Artesanía. Es un recurso socio-educativo para niños y niñas entre 6 y 18 años, afectados por grave problemática social, económica, familiar y/o personal. Todos los alumnos son enviados por la Administración, y son víctimas del fracaso escolar o de falta de escolaridad por razones socio-económicas.
-Lo que fue internado masivo en dormitorio único, es ahora el “Centro Vida”. Atención residencial profesionalizada, con educadores día y noche los 365 días del año, a 37 chicos y chicas entre 6 y 18 años distribuidos en seis pisos o apartamentos de vecinos en tres barrios de la Ciudad. Asisten a los colegios e institutos de la zona o trabajan si están en edad laboral. Todos ellos son remitidos por la Administración. La mayoría en situación legal de “desamparo” que se produce, con frecuencia, por el incumplimiento por parte de sus padres de lo prescrito en las leyes para la protección de menores. En estos casos la “tutela” queda a cargo de la Administración que delega en Nazaret la “guarda”. Otros están bajo la “tutela” sus familiares pero y la “vigilancia” de la Administración que a su vez la delega en Nazaret.

Nazaret es hoy una respuesta social a la pobreza y sus efectos devastadores en las familias y los menores de la Ciudad de Alicante. En cercanía a los jóvenes y sus familias, pueden adentrarse en su mundo interior y descubrir sus inquietudes, sus preocupaciones y el anhelo de una vida más plena que hay en su interior. Se trata, por tanto, no de una serie de acciones, actos o tareas “espirituales”, sino de una capacidad para relacionarnos con ellos en el correr de los días y ayudarles a descubrir su dignidad.

Desde 1957, Nazaret es una referencia en Alicante, en lo que a trabajo con población en riesgo social se refiere. Hoy, inmersos en el siglo XXI, continua atendiendo a un gran número de personas y problemáticas.
Los principios inspiradores de esta entidad se basan en entender que todos los menores son sujetos de derecho y en actuar por el interés supremo del menor (Ley Orgánica 1/96, Decreto 93/2001 del Gobierno Valenciano).
En el cada vez más difícil mundo de los servicios sociales, Nazaret siempre ha buscado mantener el equilibrio entre la profesionalización de sus trabajadores y su nivel de compromiso e implicación en las causas que defienden. Los profesionales que forman el grupo humano de esta entidad se caracterizan precisamente por el recuerdo de lo humano en todas y cada una de sus actuaciones, logrando una vinculación con el destinatario de su acción, que se deriva de esa impronta, de esa cercanía y de un intenso trabajo desde el respeto, la flexibilidad, y la absoluta conciencia y necesidad de potenciar las capacidades familiares y personales; en definitiva, de una manera de hacer las cosas diferentes.

Fuentes:
Fundación Nazaret
Fe y Justicia

 
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