Ayer tuvo lugar una vistosa conjunción planetaria entre Venus, Júpiter y la Luna, con ocultación de Venus por la Luna. La pude observar con mi telescopio desde la cocina de mi casa, pero no pude sacar fotos; así que os adjunto unas imágenes de ordenador, sacadas del programa Stelarium. En ellas podéis ver a las 18,20 de ayer, una Luna en creciente muy temprano, con Venus saliendo de la ocultación. A las 19,03, o sea 43 minutos más tarde, con Venus ya bastante apartado de la Luna. Y en las otras dos imágenes, a Venus y a Júpiter tal como los vi con mi telescopio de 200 mm. En la de Júpiter no se ve el satélite Europa por hallarse oculto detrás del planeta, pero sí se ven Io, Ganimedes y Calixto.
Fue un espectáculo muy hermoso, que cualquiera pudo observar, mirando hacia poniente.
Júpiter es mil veces más grande que nuestra Tierra, con un diámetro diez veces superior, Venus es del mismo tamaño que nuestro planeta y la Luna tiene un diámetro de 1/4 del de la Tierra. Venus brilla más que Júpiter, a pesar de ser mucho más pequeño, porque está mucho más cerca, a unos 150 millones de kilómetros, mientras que Júpiter está a unos 900 millones de kilómetros de nosotros. Además, la atmósfera de Venus, compuesta de nubes muy blancas de ácido sulfúrico, brilla mucho más que la de Júpiter, con nubes de hidrógeno, helio y otros elementos de color amarillento rojizo.
En una conjunción, los cuerpos celestes implicados no se aproximan realmente unos a otros, sino que es un efecto de perspectiva, desde nuestro punto de vista, al estar en la misma línea de visión, pero cada uno en su órbita correspondiente.
Júpiter es mil veces más grande que nuestra Tierra, con un diámetro diez veces superior, Venus es del mismo tamaño que nuestro planeta y la Luna tiene un diámetro de 1/4 del de la Tierra. Venus brilla más que Júpiter, a pesar de ser mucho más pequeño, porque está mucho más cerca, a unos 150 millones de kilómetros, mientras que Júpiter está a unos 900 millones de kilómetros de nosotros. Además, la atmósfera de Venus, compuesta de nubes muy blancas de ácido sulfúrico, brilla mucho más que la de Júpiter, con nubes de hidrógeno, helio y otros elementos de color amarillento rojizo.
En una conjunción, los cuerpos celestes implicados no se aproximan realmente unos a otros, sino que es un efecto de perspectiva, desde nuestro punto de vista, al estar en la misma línea de visión, pero cada uno en su órbita correspondiente.
Miguel Ángel Pérez Oca
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