03 diciembre 2008

TRES ALICANTINOS Y 700 (y pico) BUITRES

Segundo fin de semana de Noviembre: son las siete de la mañana y un Búho real canta sobre la peña que tenemos frente a nosotros, pero está tan oscuro que no lo distinguimos, aunque la Luna, casi en su plenilunio, llena de plateada luz el paisaje de este lugar, al nordeste de Segovia.
No es una de las ocasiones que más frío ha hecho (hace tres años nos nevó) y el termómetro señala 3ºC. “Fa frescoreta alacantina”, decimos. Hacemos algunas anotaciones en los cuadernos de campo, mientras esperamos a que haya un mínimo de luz para poder contar los Buitres leonados que han pasado la noche en la peña. Quedan unos minutos para ello y podemos echar un poco la vista atrás.
En Enero de 1975, se inaugura el Refugio de Rapaces de Montejo por parte del entonces Príncipe Juan Carlos, quien estuvo acompañado de diversas personalidades y de los responsables de WWF/Adena, entre ellos, su vicepresidente y autor de la idea, el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente. Allí, en ese rincón de la geografía segoviana, y sobre 2.100 has. gestionadas por WWF/Adena y otras 315 anexas, administradas por la Confederación Hidrográfica del Duero, el río Riaza ha abierto durante miles de años un cañón calizo que ha servido de refugio a muchas especies animales, destacando las aves y, entre ellas, al Buitre leonado (esta es la mayor colonia de Europa y, probablemente, del mundo) y al Alimoche Común.

Buitre leonado en vuelo. Foto de Elías Gomis

Para conocer el estado de las poblaciones de Buitre leonado se efectúan censos durante diferentes épocas del año. Los censos de pollos comenzaron en 1975. El que más naturalistas congrega es el llamado Censo de Otoño. Convocados por el Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, se viene realizando ininterrumpidamente desde 1983, reuniendo en cada edición a casi un centenar de voluntarios llegados desde todos los rincones del país, que censan la totalidad de las peñas de las Hoces y otros parajes próximos.

Nieva en Peña Portillo, uno de los enclaves más significativos del Refugio de Rapaces de Montejo. Foto: Elías Gomis

Los datos obtenidos muestran con precisión la evolución de la población de esas grandes aves carroñeras pero, además, permiten disponer de muchas observaciones de otras especies que se reflejan en los respectivos informes anuales de los censos de otoño, elaborados por Juan Prieto, José Luis Armendáriz y Fidel José Fernández.
Éste último, lleva registrando todo lo que concierne al Refugio desde su creación, encargándose de la titánica tarea de recopilar esos datos, publicándolos en las ya 32 ediciones de la “Hoja Informativa sobre el Refugio de Rapaces de Montejo”. Un trabajo que es todo un ejemplo excepcional de interés, altruismo y dedicación. Fidel José es el alma mater del grupo de enamorados de ese lugar. Gracias a sus publicaciones sabemos, por ejemplo, que en el Refugio se han citado 321 especies de vertebrados (237 de aves, 46 de mamíferos, 16 de reptiles, 11 de anfibios y 11 de peces) lo que coloca a este lugar en uno de los de mayor diversidad faunística del país y, sin duda, de los que más y mejor se sigue su riqueza biológica.

La tarea del guarda de WWF/Adena es vital para la vigilancia y el aporte de comida a las aves carroñeras. Foto: Elías Gomis

Sobre el terreno, la tarea de Jesús Hernando, guarda del WWF/Adena y la que anteriormente realizó su padre, el actualmente guarda de honor, Hoticiano Hernando, ha sido y es crucial para el mantenimiento de la vida salvaje en las Hoces del Riaza. También hay que mencionar la labor de otros miembros de WWF/Adena así como un largo número de naturalistas (más de un millar) que han visitado ese lugar y que se han enamorado de él. Muchos de ellos han “bebido” del espíritu del Refugio y han dedicado grandes esfuerzos por su conservación, exportando ese ejemplo a otros parajes que les resultaban más próximos. De hecho, la idea de reintroducir el Buitre leonado en las sierras de El Comtat dentro del Projecte Canyet del FAPAS-Alcoi, surge en buena parte bajo la influencia del Refugio.


Peña Rubia. Foto: Elías Gomis

Ya hay luz (aunque falta para que el Sol asome) y montamos los telescopios para censar Peña Rubia, el lugar que debemos registrar visualmente en busca de sus moradores. Primero con los prismáticos contamos los Buitres leonados que comienzan a desperezarse en el cortado rocoso. Como el censo se realiza en dos partes, una al anochecer y otra en el amanecer del día siguiente, debemos fijarnos en los lugares donde dejamos durmiendo a los buitres, ayudados por nuestra memoria, el telescopio y una foto panorámica de la peña donde marcamos los lugares ocupados. Unos segundos de silencio y Alfonso, Raúl y yo comenzamos a comentar lo que vemos.
“Veintitrés. Uno menos que había anoche”
“Exacto, falta uno del grupo de los diecisiete que había en ese lado”
“Cada año tenemos menos”.


Datos: Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza

Festín en el comedero del Refugio de Rapaces de Montejo. Foto: Elías Gomis

Es cierto y no sólo en nuestra peña. La población ha sufrido un profundo declive y los que hacemos estos censos lo sabemos. La gráfica de la evolución de la población de Buitre leonado en el Refugio es bien elocuente. Desde que comenzó la histeria de la llamada “crisis de las vacas locas” la Unión Europea decidió imponer una serie de medidas. Entre ellas, se prohibía el abandonar reses muertas en aquellos puntos en los que se había hecho desde tiempo inmemorial, y se implantó su recogida obligatoria y costosa. Las Comunidades Autónomas rápidamente aplicaron esa norma. Poco después, la propia Unión, alertada por naturalistas de todo el continente, modificó la norma, autorizándose el aporte de reses muertas a las aves carroñeras dentro de unos determinados procedimientos. La legislación nacional recogió estos cambios. Pero ahí las autonomías no están siendo tan rápidas. Y los buitres se mueren de hambre.
Por otro lado, el Refugio quedó incluido en el Parque Natural de las Hoces del Riaza, declarado en diciembre de 2004. La gestión hasta ahora parece más encaminada a un parque temático que a un parque natural y el declive de los Buitres coincide con esa fecha.  Los problemas nos han hecho recurrir hasta al Defensor del Pueblo, quien nos dio la razón frente a la Junta de Castilla y León que quería abrir una senda por los parajes más solitarios y delicados del paraje; señalando el Defensor en su informe, respecto al programa de Uso Público del Parque, diseñado por los gestores del espacio natural, que “convierte tal declaración en una amenaza en lugar de servir a la conservación de sus valores ecológicos”. Además, los administradores del Parque Natural quieren hacer invisible el enorme e ilusionado trabajo que durante treinta y cuatro años se ha hecho allí, como si sólo existiera lo que ellos han hecho en estos últimos cuatro años.
Por si faltara poco, los cebos con veneno han vuelto a los campos. Y los parques eólicos se instalan en rutas de migración o de paso. Las bajas entre las carroñeras (y otras aves) por ambos conceptos son más que alarmantes.
Y no sólo ocurre en el Refugio. Es algo que se repite en toda la geografía española y que entraña un serio peligro para estas aves. Así lo han recogido los expertos en diversos encuentros como las tres Jornadas sobre Buitres que ha organizado la UNED hasta la fecha y el reciente Encuentro de Caravaca por parte del grupo Caralluma.

Naturalista censando. Foto: Elías Gomis

El reloj marca las diez. Es la hora de volver al bonito pueblo de Montejo de la Vega de la Serrezuela, que le da nombre al Refugio, a desayunar y a pasar a limpio el contenido de nuestras notas, escritas con caracteres casi indescifrables por las prisas, la oscuridad y la humedad que ha calado en el papel y en nuestros huesos. Luego vendrá la comida conjunta con el resto de naturalistas. La mayoría nos volvemos a encontrar año tras año, bajo este cielo dominado por la silueta de las grandes aves carroñeras, y comentamos cómo nos ha ido con el censo. Es un momento para dejar descansar los prismáticos y el telescopio y dedicarse a la charla y al reencuentro con otros locos por la naturaleza.

Otro paisaje del Refugio. Foto: Elías Gomis

El futuro es incierto para esas grandes aves, pero lo que sí es seguro es que nosotros seguiremos trabajando para que el día de mañana, nuestros hijos (y los tuyos) puedan seguir disfrutando de esa espléndida visión de centenares de buitres girando en una invisible espiral térmica. Nos mueve la ilusión que ha impulsado este singular y valioso enclave. Un lugar donde decía el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente:
“…muchas gracias por estar aquí, en este refugio de rapaces, donde pienso que encontraréis un pedazo de felicidad”.
Y así es.

Elías Gomis.


Para más información:
•    Hoja informativa sobre el Refugio de Rapaces de Montejo (del nº 25 al 32) e Informe final de los Censos de Otoño (desde 2001 a 2007):
    www.naturalicante.com/mochila/Montejo/montejo.htm
También se puede encontrar en la misma dirección, amplia información sobre el Refugio de Rapaces de Montejo, las conclusiones de las Jornadas cobre Buitres, artículos sobre el hambre de los buitres, el Encuentro nacional de manejo de necrófagas de Caravaca, etc.
  (La edición impresa de la Hoja Informativa está disponible a precio de coste, más gastos de envío, en la Tienda Verde de Madrid, tfno. 915353810).
                .  WWF/Adena www.wwf.es
•        Projecte Canyet para la reintroducción del Buitre leonado en Alicante 

www.fapas.es/canyet.htm

 
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