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Publicado por Jesús
En ciertas circunstancias se producen efectos ópticos poco frecuentes, en esta ocasión, visito nuestras montañas uno de esos efectos poco comunes, que muchas veces pasan desapercibidos y que pude fotografiar desde mi ventana.
El efecto no tiene un nombre concreto en nuestro idioma, así que hay que referirse a él con el nombre sajón, estos americanos tienen soluciones para todo y lo han bautizado como snowbow diferenciándolo así del rainbow. En los últimos días del año, la nieve visito nuestra provincia, las condiciones no fueron propicias y las cantidades registradas fueron menores a las que hubiésemos deseado.
Amaneció el día con nubes y claros, creciendo algunos núcleos débiles en el interior que circulaban rápidamente hacia la costa empujados por el poniente. Los restos del frente que atravesó la península y que querían reactivarse al acercarse a la costa.
Varias cortinas de precipitación dejaban leves nevadas en las zonas altas, una de estas cortinas de nieve se desplomó sobre el valle entre Xixona y La Torre, donde se colaban rayos de sol, dando lugar a la formación de este curioso efecto.
A diferencia de un arco iris común, la luz al atravesar los cristales de hielo, se refracta en distintos ángulos, creando un iris difuso, ensanchado y que suele recrear un tramo vertical u oblicuo de apariencia tangencial. Es similar al iris que se forma sobre una manguera de agua pulverizada que pierde la forma de arco.
Vamos a ver las imagenes, subidas de contraste para apreciar mejor el efecto:
El cumulo queriendo crecer azotado por el viento
Los rayos de sol incidiendo sobre la cortina
Se forma el arcoiris
La bruma multicolor se desplaza hacia el este
La precipitacion se debilita y aumenta la visibilidad, quedando un manto de color en el aire
El cumulo se agota, el esqueleto del yunque se va disipando
La tormenta cesa, el cielo se abre y aparece Aitana, iluminada, siempre cerca, buenos dias Aitana.
Aquel día se conjuraron los elementos, las pequeñas partículas de nieve que perdían su estructura helada mientras se acercaban a la tierra, el viento que se elevaba sobre la Carrasqueta, dejando una calma sobre el valle, el sol que rompía a media mañana las nubes y la casualidad de estar en el lugar apropiado, viendo como aquella nube de color se desplazaba rápidamente hacia el este y desaparecía en cuestión de minutos.
Fotografías cedidas por Elías Gomis. Cayeron cuatro gotas y tuvo la suerte de verlo con un
cielo azul brillante. Venía con su familia de hacer las fotos que ilustraron el artículo de la Torre de Reixes
cielo azul brillante. Venía con su familia de hacer las fotos que ilustraron el artículo de la Torre de Reixes
