Espera assentat!
...I tan assentat!
Os voy a contar la historia de la primera caída documentada de una foguera. A lo mejor os parece un poco de mal gusto rescatar de la historia la peor pesadilla de un foguerer, pero desde la perspectiva de los 65 años transcurridos desde entonces y la anécdota que constituye no sólo esta historia en sí, sino como veréis el “remate” del año siguiente, creo que es algo digno de recuperar.
Se trata de la Foguera ALFONSO EL SABIO 1934, cuya documentación se conserva en el Expediente 9/34 del Archivo Municipal. Sus autores, el colectivo valenciano “Unión Arte”, plantarían en Categoría A el monumento titulado “Espera sentad” (sic), que obtendría el Premio de la Cámara de la Propiedad Urbana (honorífico). Mediría 12 x 7 metros de base y 15 metros de altura, y se tuvo que cambiar de ubicación de plantà. Inicialmente se había solicitado plantar la enorme figura de 15 metros de altura que representaba un alicantino, con un pie en la embocadura de la calle Álvarez Sereix, y el otro en la de la calle Segura, pasando entre las piernas el tranvía, pero se denegó por motivos de seguridad, quedando finalmente ubicada en esta última calle pero mirando hacia la Avenida de Alfonso el Sabio.
La tramitación de todo ello comenzó con la Solicitud de Plantà que el 25 de mayo de 1934 firmaban el Secretario de la comisión, Vicente Maltés, y Manuel Ruso, con fecha de entrada en el Registro de la Secretaría del Ayuntamiento el 28 del mismo mes, si bien es curioso observar que aparece transferida por Alcaldía a la Comisión de Fomento, para informe de la misma, con fecha del día anterior. Un lapsus. El citado documento, que solicitaba emplazar el monumento “...en las cuatro esquinas de Alfonso el Sabio, Segura y Álvarez Sereix”, explica que consistiría en “...una gran figura y ésta está piernas entreabiertas da facilidad completa para que el tranvía y toda clase de vehículos pasan por bajo de la Foguera, que con este fin está construida”.
No se conserva el boceto original, pero la Memoria que acompañaba a la Solicitud, fechada 24 de mayo, que identifica la enorme figura de 11 metros con un alicantino que representa a Alicante, y que “...enseña el proyecto de la «Ciudad Satélite», proyecto que se ha de realizar, pero no se sabe cuándo”, detalla que descansaría sobre dos pedestales de 3 x 7 metros de base y 4 metros de altura, lo que significa que entre ambos pies del alicantino restarían 6 metros de distancia. “En una de las bases se ve una gran tortuga llevando a espaldas de ésta un equipo de trabajadores jóvenes alegres y confiados en que van hacia el trabajo de tan magna obra, que se va a realizar en la Playa de San Juan...” / “...en la otra base, otra tortuga de las mismas dimensiones que la anterior, ya vieja con bigotes debido al tiempo pasado y todo el mismo equipo de trabajadores viejos, con la herramienta carcomida y de los materiales se ven salir por la influencia del tiempo pasado unas grandes setas...”.
Pero el mismo día 28 de mayo, la Comisión de Fomento dirigía al Alcalde la propuesta de pedir informes al Ingeniero Municipal, Arquitecto Municipal y Perito Electricista Municipal, “...a efectos de que con toda urgencia dictaminen sobre las condiciones de seguridad y demás”, y las conclusiones de estos fueron absolutamente desfavorables a la idea inicial de plantà. Así, el dictamen de Vías y Obras, de fecha 1 de junio, estima insuficiente el espacio entre los pedestales y advierte “...un peligro muy considerable el que pueda caer la foguera sobre la línea de trabajo del tranvía, pudiendo romperlo y ser causa de graves accidentes...”, proponiendo las calles Álvarez Sereix o Segura como alternativas a Alfonso el Sabio para su emplazamiento. El Arquitecto Municipal coincidió plenamente en su informe del 2 de junio con el Ingeniero Municipal, advirtiendo el peligro de derrumbamiento de la foguera sobre los cables del tranvía durante la cremà, y proponiendo un emplazamiento donde no existiera tal riesgo. Y por último, la Sección de Alumbrado del Ayuntamiento, en comunicado de fecha 4 de junio, incidía en el mismo punto del cable del tranvía, abundando en que la envergadura de la figura central haría necesario atirantarla con cables a fachadas o balcones, lo que agravaría el riesgo de electrocución al poder contactar éstos con la línea de trabajo del tranvía.
De este modo, ante tamaña oposición de los técnicos municipales y la consecuente denegación a la Solicitud de Plantà, el Secretario de la Foguera dirigió un escrito no fechado a la Sección de Fomento del Ayuntamiento, replanteando la plantà entre ambas esquinas de la calle Segura, opción que la Comisión Municipal de Fomento aprobaría finalmente en escrito de fecha 18 de junio. Este forzado cambio en la orientación de la foguera fue providencial, pues la colosal figura acabó haciendo honor al lema del monumento, ya que históricamente ha quedado reseña de ser la primera foguera caída de la que hay constancia documental. De haber sido plantada en su ubicación original sobre la línea del tranvía, podría haber ocasionado una catástrofe.
Pero el mismo día 28 de mayo, la Comisión de Fomento dirigía al Alcalde la propuesta de pedir informes al Ingeniero Municipal, Arquitecto Municipal y Perito Electricista Municipal, “...a efectos de que con toda urgencia dictaminen sobre las condiciones de seguridad y demás”, y las conclusiones de estos fueron absolutamente desfavorables a la idea inicial de plantà. Así, el dictamen de Vías y Obras, de fecha 1 de junio, estima insuficiente el espacio entre los pedestales y advierte “...un peligro muy considerable el que pueda caer la foguera sobre la línea de trabajo del tranvía, pudiendo romperlo y ser causa de graves accidentes...”, proponiendo las calles Álvarez Sereix o Segura como alternativas a Alfonso el Sabio para su emplazamiento. El Arquitecto Municipal coincidió plenamente en su informe del 2 de junio con el Ingeniero Municipal, advirtiendo el peligro de derrumbamiento de la foguera sobre los cables del tranvía durante la cremà, y proponiendo un emplazamiento donde no existiera tal riesgo. Y por último, la Sección de Alumbrado del Ayuntamiento, en comunicado de fecha 4 de junio, incidía en el mismo punto del cable del tranvía, abundando en que la envergadura de la figura central haría necesario atirantarla con cables a fachadas o balcones, lo que agravaría el riesgo de electrocución al poder contactar éstos con la línea de trabajo del tranvía.
De este modo, ante tamaña oposición de los técnicos municipales y la consecuente denegación a la Solicitud de Plantà, el Secretario de la Foguera dirigió un escrito no fechado a la Sección de Fomento del Ayuntamiento, replanteando la plantà entre ambas esquinas de la calle Segura, opción que la Comisión Municipal de Fomento aprobaría finalmente en escrito de fecha 18 de junio. Este forzado cambio en la orientación de la foguera fue providencial, pues la colosal figura acabó haciendo honor al lema del monumento, ya que históricamente ha quedado reseña de ser la primera foguera caída de la que hay constancia documental. De haber sido plantada en su ubicación original sobre la línea del tranvía, podría haber ocasionado una catástrofe.
Tarjeta postal con el boceto de la Foguera Alfonso el Sabio 1935
(web TodoColección)
(web TodoColección)
En principio hay dos referencias que atestiguan este hecho, mención aparte de que no existe fotografía conocida del monumento, ni plantado, ni caído. La primera es una tarjeta postal con el boceto de la Foguera Alfonso el Sabio 1935, ya de por sí muy ilustrativo, cuya pequeña explicación reza así: “Alude esta foguera a una figura de gran tamaño que se cayó el año anterior”. Y con más detalle el artículo publicado en el Diario “El Luchador” del 30 de junio de 1934, único que lo menciona, titulado “Epílogo de la fiesta de «fogueres de San Chuan»”, duramente crítico con la concesión de los premios, en cuyo contexto dice lo siguiente: “...la de Alfonso el Sabio que comenzó realmente la «plantá» a mediodía del 22 y que por no estudiar debidamente la forma de hacerlo, no lograron montarla, rompiéndose la armazón de la figura principal”. Todo parece indicar que partió por una de las piernas de la figura del alicantino, quedando “assentat”.
Bueno, pues rematemos la faena con el Expediente 3/35, la Foguera ALFONSO EL SABIO, QUINTANA, FERMÍN GALÁN Y TRAVESÍA, que así se denominó en 1935, y que fue construida por uno de los integrantes de “Unión Arte”, Manuel Villasalero. Según su llibret se denominó “Ofrenda”. Fue igualmente catalogada en Categoría A y se plantó en la Plaza de la Independencia (hoy Plaza de los Luceros), de cara a la Avenida Alfonso el Sabio. Aquí os dejo boceto y fotos, que no necesitan más comentario.