07 abril 2009

OTRAS CEREMONIAS RELIGIOSAS... ¡¡EN EL RECUERDO!!

Recibimiento al Obispo García Goldáraz, en la Estación de Madrid. Años 40 (AMA)

La Iglesia ha ejercido hasta hace pocos años una fuerte influencia sobre la sociedad española. En la Restauración (1874-1931) la burguesía conservadora en el poder favoreció el desarrollo de las principales vías de intervención social en la Iglesia (educación y beneficiencia), y la implantación de órdenes religiosas en todo el país. Uno de los objetivos de la Segunda República (1931-1936) fue intentar acabar con esta situación y facilitar la secularización de la sociedad, a través de la enseñanza laica o el divorcio. Tras la Guerra Civil, la instauración de la dictadura franquista supuso una vuelta al vierjo orden de las cosas. La Iglesia y la religión volvían a ser, oficialmente, ejes fundamentales de la sociedad española. A cambio del apoyo político que ofreció el clero al franquismo, el régimen concedió a la Iglesia amplios privilegios, en el terreno de la enseñanza, la moral, la caridad, los medios de comunicación o el asocianismo. Es el llamado nacional-catolicismo. Esta situación se mantendrá a pesar de los cambios introducidos por el Concilio Vaticano II.

 
En presencia del Obispo, García Goldáraz, se condecora al cura de Mutxamel, Vicente Ruzafa en 1945 (Cedida por Elvira Sala)
                    
  
Luis Almarcha, Vicario general de la Diócesis y posteriormente Obispo de León, visita Alicante en 1944 (Sánchez, AMA) 
                        
Las autoridades eclesiásticas más importantes durante el franquismo en Alicante fueron los obispos Javier Irastorza Loinaz, José García Goldáraz y Pablo Barrachina Esteban, así como el obispo de León, Luis Almarcha Hernández. Todos ellos y el clero de la diócesis de Orihuela-Alicante se dedicaron a restaurar el poder de la Iglesia a partir de 1939. Debido al apoyo económico del régimen y el ambiente de fervor religioso creado tras la guerra, el número de sacerdotes aumentó de forma notable. Los seminaristas estudiaban primero en Orihuela y después en Alicante. La crisis de vocaciones comenzó en los años 60, momento en que empieza muy lentamente el proceso de secularización social de España.
                                                
 
Bendición de las campanas de la Iglesia de Mutxamel, en 1943, por el Padre Juan José Barceló (Sánchez, AMA)


 Joven seminarista en Sant Joan (Agrupació Cultural LLoixa)

Las ceremonias religiosas, muchas de ellas de un gran significado político, forman parte del ambicioso proyecto de recristianización de la sociedad emprendido por la Iglesia en la postguerra. El calendario litúrgico se componía de innumerables ritos: novenas, triduos, rosarios de la aurora, ejercicios espirituales en Semana Santa, etc... La asistencia a estos actos era masiva, hecho que no se explica sin la presión política ejercida sobre la población, debido a la estrecha alianza entre el régimen y la Iglesia. Con el tiempo, la participación popular en tales ceremonias disminuyó sensiblemente. Los principales actos religiosos eran los bautizos, las primeras comuniones, los matrimonios y los entierros. Prácticamente todos los españoles cumplían con estos preceptos, aunque muchos no tuvieran otro contacto con la religión el resto de sus vidas.
                                           
  
Ordenación sacerdotal (Eugenio Bañón)
           
  
 El Obispo de la Diócesis y otros sacerdotes, en la cola para votar en 1966 (Hermanos García, AMA)
                
 
Congregantes Marianos, en la Iglesia de Santa María, en los años 40 (Eugenio Bañón)

La actividad apostólica de la Iglesia se completó con la enseñanza, la asistencia benéfica y las organizaciones católicas de seglares. Los colegios religiosos más importantes en Alicante y su comarca eran los Maristas, los Jesuitas y los Salesianos para los niños; las Josefinas, Jesús-María y las Teresianas para las niñas. Por influencia del Vaticano II, la labor caritativa y asistencial de la Iglesia evolucionó. Aparecieron entonces iniciativas como el Centro de Menores Nazaret (obra del Padre Fontova) o el Barrio Ciudad de Asís (del capuchino Angel de carcagente). El instituto Social de la Mujer de las javerianas desarrolló una destacada labor cultural, insistiendo en la formación moral de la mujer.
 
 El Obispo Pablo Barrachina y el nuncio Antoniutti, en el Ayuntamiento de Alicante, en 1963 (Hermanos García, AMA)
                
 
 Inauguración de la Casa Sacerdotal de Alicante (Hermanos García, AMA)

Entre las organizaciones seglares más destacadas de estos años, cabe mencionar  a la Acción Católica, la más extendida. Contaba con unas secciones de obreros (HOAC y JOC), que impulsaron la evolución del movimiento hacia un mayor compromiso con la sociedad. Las Congregaciones Marianas estaban vinculadas a la Compañía de Jesús y se dirigían en especial a los jovenes. Cabe mencionar también a los Cursillos de Cristiandad, que representaron un intento de extender una mayor espiritualidad, pero con frutos muy limitados.

 Ceremonia religiosa que preside el Obispo (Eugenio Bañón)

Se le impone a la Virgen del Remedio el bastión de alcaldesa de la ciudad (Hermanos García, AMA)

Primera Comunión en Los Maristas (Eugenio Bañón)

 Primera Comunión en El Campello (Cedida por Juan Sala)

Primera Comunión en Agost (Juan Cortés Berruezo)

Acto de las Javerianas, en Benalúa (Eugenio Bañón)

Participantes en un Cursillo de Cristiandad (Eugenio Bañón)

Cursillo de Mujeres de Acción Católica, en los años 50 (Eugenio Bañón)

Hermanas de la Caridad del Hospital Provincial de Alicante (AMA)

El Padre Fontova, en Nazareth (Eugenio Bañón, AMA)

El Padre Ángel de Carcagente (Arjones, AMA)

Fuente:
Monica Moreno Seco
Memoria Gráfica de Alicante y Comarca

 
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