09 junio 2009

FOGUERES… FUNDADORES?

El pasado día 1 de junio presentamos en la Casa de la Festa el Llibret 2009 de la Associació Foguera Gran Via-La Ceràmica. Se trata de la primera entrega de una trilogía titulada “Esbossos. Abans de la Fusta i el Cartó”, que me ha llevado sus buenos cinco años la recopilación de datos, su estudio e investigación, y que este año ve la luz. Se ha nutrido casi exclusivamente de la información contenida en los expedientes originales de los años 1928 a 1936 que se conservan en el Archivo Municipal de Alicante, y en algunos artículos que ya publiqué en Alicante Vivo (Fogueres 1929, Fogueres 1930, ...) pudisteis ver una muestra de su contenido. Pero me quedaba por hablaros de la guinda del pastel, el año fundacional, y es con seguridad el que encierra más sorpresas, pues puedo afirmar sin temor a equivocarme que ni todas las fogueres que se consideran fundadoras lo son, ni todas las que realmente fueron se tienen como tales. Y este es el contenido de este artículo, que bien podría haberse llamado, siguiendo la norma de los anteriores “Fogueres 1928”. Por último indicaros que tuve el honor de que me lo prologara el Prof. Joaquín Santo Matas, historiador, que fuera Director del Instituto de Cultura Juan Gil Albert hasta hace pocos meses, durante sin duda el período más enriquecedor y prolífico de la historia de esta institución.

Pues bien, como podréis comprobar a continuación, a tenor de la información que arrojan los expedientes originales se puede decir que reescribimos algunos aspectos del nacimiento de las primeras comisiones, resolviendo los errores que la amalgama de información que existe en las publicaciones de la época, tanto la especial de Fogueres como la prensa general, ha provocado. Es significativo observar que publicaciones de los primeros años de la década de los 30, algunas de firmas tan autorizadas como el propio José María Py o José Ferrándiz Torremocha, nos legan algunos equívocos. Así que no digamos otras más recientes, muy leídas y utilizadas. El estudio de los expedientes de 1928, de los que no se conserva boceto alguno, desvela algunos datos que, como os decía, pueden llevar a la duda en cuanto al calificativo de “fundadoras” de algunas comisiones que tradicionalmente se afirma que lo fueron. Que cada lector saque sus propias conclusiones, yo me voy a ceñir a exponer, limpia de palabrería y formalismos, la información que contienen estas fuentes, sin duda las más fiables, fidedignas y verosímiles, añadiendo alguna anotación pertinente de intención aclaratoria o complementaria.

Hay que aclarar, por último, para no llamar a engaño o malas interpretaciones, que las hoy denominadas en correcto valenciano Fogueres de Sant Joan, es sobradamente conocido que durante muchos años se denominaron “Fogueres de San Chuan”, en el valenciano popular que en Alicante se empleaba en todos los órdenes de la vida cotidiana, y que he respetado en este estudio, pero lo que está muy poco difundido es que ese primer año fue inevitable hablar de “Fallas de Alicante”, y así aparece con cierta frecuencia en la terminología festera de 1928, e incluso esporádicamente en años sucesivos, por lo que a nadie extrañe que en el contenido de determinados expedientes se hable de falla, alternativa o equivalentemente a foguera. Y vayamos sin más con los 11 monumentos de este año fundacional, todos fogueres, si bien uno de ellos cabría la posibilidad de enmarcarlo en el actual concepto de “ninot de carrer”.

La Foguera PLAZA DE ALFONSO XII, hoy Plaza del Ayuntamiento, fue plantada frente a la fachada del mismo por Carlos Cortina. El monumento “De Jauja a Jijona”, lema y autor que no figuran en el expediente, pero sí de forma reiterada en publicaciones y prensa de la época, con menos frecuencia se puede encontrar como “El tranvía de Jauja”. Obtuvo un Sexto Premio, no remunerado.

                              
La Solicitud de Plantà recoge trece firmas, seis de ellas cuñadas mediante sendos sellos, que representan al comercio, la industria y el vecindario en general de las calles Altamira, Mayor, Jorge Juan, Gravina, Cervantes, Plaza de Alfonso XII y adyacentes. Está fechada 28 de abril de 1928, si bien tiene entrada en Registro el 1º de mayo. Se solicita a su vez la actuación de la Banda Municipal de Música frente al Palacio Consistorial, las noches del 23 y 24 de junio. Entre los firmantes son legibles las rúbricas de José Riera, Sebastián Cid, Gabriel Montesinos, Vicente López Ruiz, Antonio Amérigo y Antonio Andréu, así como los sellos de Almacenes de El Águila, Joyería y Relojería Amérigo, Esplá Hermanos, Hija de Remigio Romero, Pascual Ors Pérez y Farmacia Dr. Romero.

         
Ahora bien, la autorización solicitada no sería concedida hasta el 29 de mayo, fecha en la que se presentó el boceto y un documento complementario explicativo, del que me permito extraer este significativo fragmento: “...se trata de una alegoría sutilmente irónica acerca del proyectado tranvía Alicante-Jijona. No se ataca ni ridiculiza a la Autoridad ni se producen con ello molestias a nadie. Trátase sólo de evidenciar la conveniencia de que esa ansiada mejora tenga realidad práctica”. Pero el caso es que los dos ángeles que tiran del tranvía, lo que le dan es un toque de ensueño frente a la cruda realidad que es menos previsible, como se puede leer en el número especial de “El Tío Cuc” especial de Fogueres 1928: “Be fan de dir que els ensomits son les mentires mes grans”. El escrito pedía expresamente que el boceto fuera devuelto a la comisión, razón que podría explicar en este caso que no se conserve junto con el expediente.

                               
El tranvía al que alude el escrito estaba precedido de dos grandes figuras aladas, dos ángeles que tiraban de él, y es frecuente verlo confundido en publicaciones de muy diverso calado con el otro y más célebre tranvía de Benalúa. Para diferenciarlo con facilidad, aparte lógicamente de su clara ubicación, en este segundo caso el tranvía precede a la figura de Job sobre un pedestal.

                         
Esta foguera desapareció como comisión en 1983, pues se corresponde a lo que hoy conocemos como Foguera Oficial, quedando integrada territorialmente desde entonces en el actual distrito de la Foguera Monjas-Santa Faz.

Uno de los documentos a los que me refería que pueden hacer dudar de algunas afirmaciones muy arraigadas es el que cito a continuación. Se trata de una Solicitud de Plantà, primera datada cronológicamente, puesto que a pesar de que la entrada en Registro fue el 1 de mayo de 1928, al igual que los expedientes 1/28 y 3/28, este escrito está fechado 26 de abril, y en él figura la autorización por la Comisión Municipal fechada 3 de mayo. Está recogido en el Archivo Municipal como propuesto por la comisión de la Foguera Benito Pérez Galdós, pero puede conducir y de hecho así ha sido, a equívocos en su interpretación desde un primer momento. Se observan al final del mismo dos firmas, erróneamente atribuidas a dos presidentes de otras tantas comisiones, pero que en realidad se corresponden, según se puede apreciar en las primeras líneas del documento, al presidente “honorario” José María Py, y al presidente “efectivo” Vicente Barberá, de una misma y única comisión. Dice textualmente: “Los que suscriben vecinos de esta Capital y mayores de edad, presidentes honorario y efectivo respectivamente de la Comisión organizadora y gestora de Les Fogueres de San Chuan que han de ser levantadas en los cruces de Pérez Galdós y Belando y en el de Pablo Iglesias y Alfonso el Sabio...”

¿Se trataría realmente de una solicitud conjunta de plantà? Parece que no, pues los firmantes, aparentemente pertenecientes a una misma comisión, comunican al Ayuntamiento su deseo e intención de plantar DOS monumentos, cuyos bocetos, hoy desaparecidos, adjuntaban, sin que conste descripción alguna de los mismos:

                          
1º. En la confluencia de PÉREZ GALDÓS-BELANDO, por lo que estaríamos hablando de la actual Foguera Benito Pérez Galdós, que sería plantada por José García Badías con el lema “Unión regional”, y que no debía sobrepasar la altura de 10 metros, según los datos que constan en el expediente. Quería esta foguera demostrar que entre Alicante y Valencia no hay rivalidad ni envidia, y para ello representaba a Valencia con el “Miguelete”, del que desciende un valenciano que se deja caer en brazos de una alicantina, en pie sobre el Castillo de Santa Bárbara, símbolo de Alicante.

                     
2º. En la confluencia de ALFONSO EL SABIO-PABLO IGLESIAS, que sería, al parecer, la que hoy conocemos como Foguera Alfonso el Sabio, ...pero entonces ¿es fundadora? Al menos no de manera tan clara como se afirma, ya que en este primer ejercicio realmente no tenía comisión propia, si bien es cierto que sí se plantaría un monumento en la demarcación del actual distrito. Su lema, según el expediente, era “Alacant la millor terra del món”, cuyas dimensiones, añade que se pueden calcular por ser la figura de su remate algo mayor que de tamaño natural. La firmaba Francisco Hernández Rodríguez, el popular y polifacético Paco Hernández, y obtuvo, según la prensa, un Quinto Premio, no remunerado. Su estructura consistía en un Castillo de Santa Bárbara sobre el que descansa un globo terráqueo, y sobre éste una alicantina sentada con unas flores en su regazo.

                         
Estudiando la información documentada en el Archivo Municipal que se dispone de años posteriores, podemos comprobar que José María Py continuó como Presidente Honorario de la Foguera Benito Pérez Galdós hasta su fallecimiento en marzo de 1932. En cuanto a Vicente Barberá, le encontramos como comisionado de la Foguera Alfonso el Sabio-Quintana, pero desde 1930 en adelante, año en el que todo parece indicar que la comisión inicial que firmaba esa solicitud de plantà se escindió en las dos que hoy conocemos, como vamos a ver a continuación.

                
He aquí que nos encontramos con un llibret de 1929, que dice serlo del “Distrito de Santa Isabel”, en cuyas páginas encontramos la información correspondiente a la Foguera Benito Pérez Galdós-Belando, la Foguera Alfonso el Sabio-Navas y la Foguereta Maestro Bretón del citado año, todo ello referido a una única comisión. Y por otra parte nos encontramos que en la Reunión de Comisiones de Fogueres de San Chuan del día 8 de julio de 1929, en el Círculo Mercantil, presidida ya por José María Py, se hace mención de cara a Fogueres de 1930 de la escisión del Barrio de Santa Isabel por la calle Quintana, para separar la Foguera Benito Pérez Galdós-Belando de la Foguera Alfonso el Sabio-Quintana, no sin que antes hubiera fuerte discrepancia entre las comisiones resultantes, pues la primera quería dicha calle para equiparar ambos distritos en número de vecinos, y la segunda la reclamaba alegando igualar así la extensión de ambos. Al final, solución salomónica, una acera para unos y la otra para los otros, tal como continúa siéndolo en la actualidad.

                                
En resumen, todo parece indicar que la actual Foguera Alfonso el Sabio sí fue distrito fundador, pues tuvo monumento plantado en su demarcación actual, aunque no comisión fundadora. En esto, ha quedado claro, hay que matizar. Y el tema terminará de embrollarse cuando revisemos un poco más adelante otro expediente que afecta a éste de refilón, pues todavía encontraremos menos claras varias de las afirmaciones dadas históricamente por sentadas, que al parecer no son tan rotundas, porque echando mano de la lógica se puede entender cierta imprecisión, pero también es razonable pensar que se generen dudas justificadas en cuanto a cuáles fueron realmente las comisiones fundadoras.


Vamos antes con la Foguera PLAZA DE ISABEL II, la actual Plaza de Gabriel Miró, que resulta ser la primera solicitud de plantà que se presentó cronológicamente, puesto que a pesar de estar fechada 30 de abril de 1928, entra en Registro como las dos anteriores el 1º de mayo, pero con el número de registro más bajo, concretamente el 2.373. Además, con esa misma fecha quedó autorizada, por lo que es igualmente la primera solicitud de plantà autorizada cronológicamente.

                        
Según la documentación del A.M.A., la foguera se plantaría en las cuatro esquinas entre el Casino y la Casa Arques, según se pedía en la Solicitud de Plantà, firmada por el abogado Manuel Pérez Mirete, y fue merecedora del Segundo Premio dotado con 600 de las antiguas pesetas. Las publicaciones de la época citan el lema “Les presidensies de Torrejón”, así como “Les múltiples presidensies”, y fue su autor Lorenzo Aguirre Sánchez. No consta boceto. Como nota anecdótica, el personaje de su remate, el citado Torrejón, tenía movimiento giratorio, mirando cada vez a una de las caras del monumento, agitando los brazos tal como si estuviera pronunciando un discurso.

                   
Pérez Mirete, Presidente de la comisión, explicaba en la solicitud “que el proyecto tiende a hacer resaltar que Don Antonio Martínez Torrejón es Presidente del Club de Regatas, de la Cruz Roja, del Colegio de Abogados, del Tiro de Pichón, de la Editorial Alicantina, de la Liga contra la Inmoralidad, de la Colonia Valenciana y de la Peregrinación a Lourdes”.


Veamos el otro expediente que ya adelantaba que podría generar cierta la controversia. Y es que hay para dudar, y mucho... La Foguera ALFONSO EL SABIO, SAN VICENTE, BARRIO SAN FERNANDO Y ADYACENTES, en escrito firmado por Francisco Ayela Antón y fechado 8 de mayo de 1928, con entrada en Registro con esa misma fecha, solicitaba plantar el monumento “Nunca es tarde...” entre los números 1 y 5 de Alfonso el Sabio, lo que el Ayuntamiento autorizaría, si bien habría que modificar previamente algunos de los personajes representados, claramente identificables entre los notables de la sociedad alicantina de entonces. Según publicaciones de la época, su autor fue Miguel Carrillo Soler. Podemos decir, sin temor a engañarnos, que es la primera aparición de la censura en la historia de Les Fogueres.

Así explicaba inicialmente el citado Presidente de la comisión, el significado de la foguera: “...simboliza la llegada de los Reyes Magos que son portadores de valiosos regalos para personas conocidas de la localidad, y son: a D. Juan Botella Pérez, un violón; a D. José Juan Pérez, candados y cadenas; a D. José María Py, un duro con falla; a D. X.X. Tenor del Orfeón, un gallo; a D. Manuel López de Gomis, una condecoración; al Sr. Espadín-sablista de profesión, un sable; a D. Pascual Ors Pérez, una plaza de toros; y algunos otros pequeños objetos más que complementen el conjunto”. Pero un significativo escrito fechado 4 de junio, tiene entrada en Registro y es por fin autorizado con esa misma fecha. Explicaba en él Francisco Ayela que, con posterioridad al presentado inicialmente “...alguna de las personas que se consideran molestadas por su inclusión entre las figuras que dicha foguera se compone han manifestado su disconformidad a esta comisión gestora, decidiendo, el que suscribe, de acuerdo con los demás componentes de comisión, suplicar a S. E. sea anulado el boceto presentado y aprobado en el siguiente sentido...”, y continuaba más adelante nuevamente que la foguera “...simboliza la llegada de los Reyes Magos que son portadores de algunos regalos para obsequiar a las siete figuras restantes, y, para completar el conjunto decorativo de la foguera se agregan a la misma. Las figuras que componen dicha foguera son: un Rey Mago vestido a la manera tradicional, un camello, un negro, y un conjunto de siete figuras. Estas siete figuras para evitar erróneas interpretaciones se presentarán sin vestir y desfiguradas en cuanto sea posible con el anterior proyecto presentado”. Es una lástima que no se conserve ningún boceto con el que contrastar los escritos citados.

                           
Las más conocidas y manejadas publicaciones afirman que se trata de la actual Foguera Mercado Central, y así ha quedado (y supongo que quedará, a pesar de lo que sigue a continuación) para la historia, pero es preciso realizar algunas observaciones que lo ponen claramente en tela de juicio. Ni coincide el emplazamiento solicitado con el tradicional de este distrito, ni se menciona el Mercado de Abastos o sus comerciantes para nada. Por otra parte, esta foguera siempre ha tenido un distrito mínimo reducido a los tramos de las calles que rodean el edificio del Mercado, por lo que no parece lógica la sucesión de nombres de calles que aparece en la citada Solicitud de Plantà, sucesión que por ello genera serias dudas entre lo que hasta hoy se considera firmemente asentado. Así pues, ¿es la Foguera Mercado Central realmente fundadora, o no lo es? Que cada uno juzgue lo que sigue.

José Ferrándiz Torremocha, en su publicación fechada en 1934 titulada “La Foguera. Historia de les Fogueres de San Chuán”, ya parece engañarse y atribuye ese mismo lema a la “Foguera Alfonso el Sabio”, cuya problemática particular ya hemos estudiado anteriormente. Del mismo modo, el Número Especial de Fogueres de “El Tío Cuc” del 20 de junio de 1928, sigue enmarañando la cuestión, pues cita el mismo lema, que igualmente se puede observar en el boceto que reproduce, en el que además claramente se puede leer la retahíla de nombres que comentábamos, con el de “Alfonso el Sabio” bien destacado. Para mayor enredo, la publicación del 23 de junio de 1928 titulada “Celuloide”, que con toda probabilidad se trata en realidad del llibret de la foguera que nos ocupa, lleva en su portada el texto “Número Extraordinario dedicado a la Hoguera «Nunca es tarde... », Calle de Alfonso el Sabio”, y presenta en la misma ninots claramente pertenecientes al monumento que refiere el presente expediente, ya descrito, incluso uno de ellos censurado, conteniendo en su interior ni más ni menos que la explicación de la foguera ninot a ninot. En su página 3, añade a la ristra de nombres del distrito los de las calles Díaz Moréu, Calderón de la Barca e Infanta, y dice que el monumento sería plantado “en la confluencia de las calles de Alfonso el Sabio, San Vicente y Díaz Moréu”, lo que queda comprobado de acuerdo con las fotografías que se conservan.

Hay dos datos que son muy significativos: no aparece anuncio alguno de comerciantes del Mercado de Abastos, cosa que sí ocurre reiteradamente a partir del llibret de 1929 de la “Foguera Plaza del Mercado”, que así comenzó a denominarse, y se cita textualmente que la referida en el presente expediente fue “costeada por los vecinos del Barrio San Fernando, Calles de Alfonso el Sabio, Díaz Moréu, Calderón de la Barca, Infanta, San Vicente y calles adyacentes”, cuando es sabido que la Foguera Mercado Central nunca, o apenas, ha tenido distrito. Así que, ya puestos, igual que se ha atribuido a la Foguera Mercado Central, sin más justificación aparente que la proximidad al mismo, o por otra parte parece concretarse a la Foguera Alfonso el Sabio en el llibret, ¿por qué no adjudicar su autoría a la actual Foguera San Fernando?, al fin y al cabo es la primera en la lista, ¿y a Carrer Sant Vicent, en cuyo inicio plantó?, o tal vez a las aledañas Calderón de la Barca o Plaza de Juan Poveda, que plantaron por vez primera (?) en 1929, o ...en fin, que había que echar mano de toda documentación disponible para ver de arrojar alguna luz.

Existe un dato muy relevante en este asunto que conviene dilucidar, y es que en esa misma Reunión de Comisiones de Fogueres de San Chuan de julio de 1929 a la que ya he hecho referencia antes, se presenta la ampliación del distrito de la Foguera Plaza del Mercado a los números 1 al 11 y 2 al 10 de la calle Alfonso el Sabio... ¡pero de cara a Fogueres de 1930!, no hasta entonces. Y la cosa no queda ahí, ya que puestos a hilvanar más y más datos podemos seguir dos pistas más. En 1928 el presidente de la foguera de la que tratamos ya hemos visto que era Francisco Ayela Antón, y el constructor, como también hemos visto, Miguel Carrillo Soler. Francisco Ayela no reaparece en ningún registro de Fogueres hasta 1935, concretamente en la Foguera Plaza de la República en calidad de vicepresidente, siendo presidente al año siguiente. Pero se da la circunstancia de que todos los Ayela que aparecen en los listados consultados hasta 1936, lo hacen como comisionados de la Foguera Calderón de la Barca, incluido un hermano de Francisco Ayela, ya desde 1929. Y por otra parte, Miguel Carrillo es comisionado y constructor de la Foguera Plaza de Juan Poveda desde 1929 y por varios años consecutivos, siendo además también autor de la Foguera Calderón de la Barca en 1929. El resto de los comisionados mencionados en el llibret “Celuloide”, Vicente Coloma, José María Conca y Antonio Sirvent, desaparecen del mapa foguerer, al menos en estos inicios de la andadura festera.

Mientras, es curioso y significativo observar que, la ya denominada “Foguera Plaza del Mercado” de 1929, hace clara referencia al Mercado de Abastos tanto en el monumento como en su llibret, y su Presidente, José Ramón Asensi, permanece en ella en distintos cargos honoríficos hasta mediados los años 30, que pasa a formar parte de la Foguera Méndez Núñez. Así que, como adelantaba, que cada uno saque sus propias conclusiones, porque... ¿dónde aparece el Mercado en todo este lío? A tenor de lo expuesto, la “Foguera Alfonso el Sabio, San Vicente, Barrio San Fernando y adyacentes”, por una parte está claro que no tiene nada que ver con la actual Foguera Alfonso el Sabio, pero parece demostrado que tampoco con la Foguera Mercado Central, que no sería por lo tanto fundadora. Probablemente, la continuidad de la foguera que ocupa a este expediente, si es que la tuvo, podríamos encontrarla en la Foguera Calderón de la Barca, o a duras penas en la Foguera Plaza de Juan Poveda, pero no en la actual Foguera Mercado Central como hasta ahora siempre se ha afirmado.

Nos vamos ahora a la Foguera PLAZA DE LA REINA VICTORIA, hoy conocida como Calvo Sotelo, que pedía en su Solicitud de Plantà firmada por Roberto Torrás Uriarte el 11 de mayo de 1928, plantar una foguera en la confluencia de la Avenida de Soto y la calle Maisonnave. La prensa de la época la atribuye a Juan Esteve García con el lema “Escena picaresca”, y también es frecuente encontrar el título alternativo “Bona vista vecham...”.

                            
Con fecha de entrada en Registro el mismo día 11 de mayo, y autorizada por Alcaldía el 15 de mayo, el escrito es muy escueto y apenas da idea del contenido o significado del monumento, ya que adjuntaba un boceto que no ha llegado a nuestros días y que probablemente fuera suficientemente gráfico: “Como se advierte por dicho boceto se trata de representar una escena picaresca, aunque procurando salvar en lo posible los respetos que se deben a la moral”. Es evidente que se establecieron desde el Ayuntamiento unas claras consignas de qué y qué no podía representarse o ser tema central en estas primeras Fogueres, a riesgo de no ser autorizada su plantà o que la censura mutilara o condicionara el proyecto inicial para concederla.

A título anecdótico, si me permitís rizar el rizo, os comentaré que el Lema histórico de esta comisión desde su inicio es “Mai es tard”. No deja de ser curioso a la vista del enredo tratado en el expediente anterior, ¿no os parece?

Continuamos. El 29 de mayo de 1928, Ramón Guillén Tato firma y presenta en el Registro del Ayuntamiento la Solicitud de Plantà de la Foguera PLAZA DE RUPERTO CHAPÍ, adjuntando un boceto que, como el resto de los presentados en 1928, no se conserva. Pedía autorización, concedida igualmente el 29 de mayo, para plantar en dicha plaza el monumento “Gran Hotel”, lema que no aparece en ninguna publicación, ni de entonces ni de ahora, que a la postre obtendría las 400 pesetas del Tercer Premio. Todas esas publicaciones consultadas la rebautizan “El Tío Cuc y el Cuquet en (el) globo”, y su autoría coinciden en que corresponde a Heliodoro Guillén Pedemonti.

                             
Haciendo referencia al boceto presentado, añadía el firmante que representaba “...el globo del Tío Cuc sobre una casa cuyas fachadas son alegorías a asuntos como el proyecto de Hotel, trenes botijos y cuyas figuras son meramente para decorar sin ofender para nada la moral, política, etc...”. El globo pendía de un cable lanzado de una parte a otra de la calle, y al ser movido por el viento daba la sensación de estar flotando sobre la foguera.


Por otra parte, la Solicitud de Plantà de la Foguera AVENIDA DE MÉNDEZ NÚÑEZ, obviamente la actual Foguera Rambla de Méndez Núñez, adjunta como las demás un desaparecido boceto, pero no hace referencia alguna a su explicación o contenido. La firmaba el 8 de junio de 1928 su Presidente, Evaristo Manero Pineda, eminente médico alicantino, y se presentó en Registro ese mismo día, si bien no se autorizaría por el Alcalde hasta el 9 de junio.

                         
Consta en las publicaciones de la época el lema “Port peixquero”, y su autoría se debería según éstas a Manuel Gallud Aznar. También recogen la obtención de un no remunerado Cuarto Premio. Al igual que el globo de la foguera anterior, ésta incluía un pequeño aeroplano a motor, pendiente de un cable tendido de parte a parte de la avenida, del que a su vez pende una breva. Cuando se activaba el motor del aeroplano, éste realizaba giros continuos sobre el pescador que remataba el monumento. Alrededor había varios personajes que representaban otras tantas capitales de provincia candidatas a tener un nuevo puerto pesquero, a ver “a quién le caía la breva”.

La ganadora de las 1.000 pesetas del Primer Premio, la Foguera BARRIO DE BENALÚA, solicitaba plantar un monumento de base 8 x 4 metros titulado “Parada y fonda”, en la confluencia de las calles Pardo Gimeno y Arquitecto Guardiola. Su autoría la comparten Juan Such Roca, José Marced Furió y Gastón Castelló Bravo, aunque es curioso observar que éste último se obvia en algunas publicaciones de la época.

                                   
La Solicitud de Plantà, fechada el 10 de junio de 1928, manuscrita, tiene sello de entrada en Registro fechado el 13 de junio. Está escrita por ambas caras, y contiene al margen nota de autorización de plantà fechada 14 de junio. Se pueden leer al pie del escrito las firmas de Francisco Montesinos, Antonio Andréu y Juan Such Roca, que explican que “el asunto que representa la repetida falla es: uno de los pasoniveles de la compañía de ferrocarriles M. Z. A. a la entrada del Barrio, en el momento que está la barrera puesta y por lo tanto el tránsito interrumpido; un tranvía eléctrico está detenido; el conductor y cobrador se han quedado dormidos, como también participan del sueño el público que ocupa el coche. A un lado del tranvía hay un carretón y encima una banasta llena de pan, que un panadero conducía y que ha quedado dormido sobre ella. Al otro lado un huertano con un borriquillo portador de cestas de brevas, se entretiene comiendo brevas. Y en la parte posterior del tranvía se levanta un pedestal sobre el cual contempla el panorama la escultura del paciente «Job». Todo esto montado sobre una base rectangular de ocho metros de largo, cuatro metros de ancho y un metro ochenta centímetros de alto decorada y en el centro de cada uno de los cuatro lados, pintada una alegoría del Barrio...”

                        
Cabe destacar, por una parte, que el título de este primer monumento vencedor, quedaría para la historia como Lema oficial de la actual Foguera Benalúa, si bien se pierde en el tiempo cuándo comenzó a ser adoptado como tal. Y por otra parte, reiterando lo ya comentado en el primero de los expedientes tratados, aunque ya el error es suficientemente conocido y reparado, hay que precisar que en el caso de Benalúa el tranvía precedía a la figura de Job sobre un pedestal y estaba parado ante una barrera de madera, mientras que el “otro tranvía”, plantado en la Plaza de Alfonso XII, hoy Plaza del Ayuntamiento, era a su vez precedido de dos grandes figuras humanas aladas que tiran de él. Ya veremos, para más lío, que hubo un tercer tranvía.


                          
Por otro lado, Casimiro Arques Payá, que dice ser en la Solicitud de Plantà que firma el 16 de junio de 1928, Secretario de la Comisión de “Les Fogueres de San Chuan” de las Plazas Isabel II y de Roger, dice “...que ateniéndose a lo ordenado, acompaña el boceto de la «hoguera» de la Plaza de Roger, representando la clásica parada de melones, ...”. Con esa misma fecha se produjeron tanto la entrada en Registro como la autorización que se solicitaba.

                                   
Esta Foguera PLAZA DE ROGER vemos que se pedía permiso para plantarla, al parecer fuera de concurso y probablemente de iniciativa particular, en la calle (que no plaza) del mismo nombre, asignada al entonces distrito Plaza de Isabel II, y tan cercana al Ayuntamiento que sería demolida en 1955 durante la reforma de la en esa fecha denominada Plaza del 18 de Julio. Representaba un vendedor de melones, y se parece más a lo que hoy conocemos como un “ninot de carrer”. Hay publicaciones que le dan el lema “El clasic melonero” y la autoría a José Marced Furió. No se conserva su boceto.


Por último, se solicita plantar una Foguera en la BARRIADA OBRERA DE MARÍA AUXILIADORA, en el Pla del Bon Repós, por lo que parece tratarse de un antecedente de la actual Foguera Barrio Obrero, ya en los primeros compases de la Fiesta. No entraría en concurso por expresa solicitud del industrial Ramón Gilabert Davó, que firma la Solicitud de Plantà, foguerer que años más tarde accedería a la Presidencia de la Comisión Gestora de las Hogueras de San Juan.

La citada documentación no cita autor, pero parece probable que la foguera fuera construida por los propios vecinos de la barriada, a tenor de cómo se redactó: “...que los vecinos que integran la barriada obrera de María Auxiliadora, en el pla del Bon Repós, desean contribuir también a los festejos populares que se han organizado para este mes, construyendo y quemando una «foguera»...”. Se adjuntaba un boceto, como todos desaparecido, y una somera explicación del mismo: “Consiste en la figura de un guardia, a gran tamaño, de los encargados de los encargados de vigilar la circulación rodada, presenciando el choque de un tranvía con un automóvil”. Y van tres tranvías, estaba claro que era la estrella de esta primera edición de Fogueres. No hay fotografía conocida.

La solicitud estaba fechada 21 de junio de 1928, y su entrada en Registro el 22 de junio. Tal vez por la premura de tiempo no consta autorización (ni tampoco denegación) por parte del Ayuntamiento. El lugar de plantà era la propia calle María Auxiliadora.

En el Archivo Municipal de Alicante no se conserva más información de los monumentos de este primer año, al menos de carácter oficial, pero obviamente es bastante más abundante en la prensa y las publicaciones de la época. Ahora bien, como decía al inicio, ésta es muy dispar, a veces contradictoria, y al parecer frecuentemente errónea.

 
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