8 DE MARZO: TODAS LAS MUJERES TRABAJADORAS

“Cogimos el tren, no sabíamos donde debíamos pararnos. Pero encontramos en el tren a un señor muy amable, que nos aconsejó bajar en Montpellier, allí estaba una fundación que nos ayudaría. Nos acogieron, y cada día cuando nos levantábamos, nos ponían en fila a todas y entonces se iban pasando los señoritos franceses y escogían. Una familia de Marsella me eligió como sirvienta y a tu madre se la llevaron a un pueblo a 50 kilómetros como dama de compañía. Esos dos años fueron los peores de mi vida.”

En este 8 de marzo podemos pensar, entre otras cosas, que la sociedad patriarcal configura el mundo a través de la dicotomía, que significa que debido a la diferente socialización de varones y mujeres, la especialización genérica (entendiendo ésta como todas las diferentes cualidades, aptitudes y comportamientos esperados de cada género) se distribuyen de modo excluyente hombres y mujeres, y la jerarquización que basa la existencia de relaciones de poder entre las personas ( yo más que tú) y su legitimación. Las relaciones de poder se establecen en función de la expropiación, el monopolio, el enjuiciamiento, premio y castigo, culpa y perdón. Esto explica las relaciones que establece el sistema patriarcal y que afectan a los hombres y mujeres al tiempo que ayuda a analizar el fenómeno de la Inmigración desde el contexto de la globalización.

Estando en estos momentos en una situación de profunda crisis económica y financiera, de modelo de crecimiento y con motivo de la conmemoración del 8 de marzo me gustaría traer aquí la situación de especial vulnerabilidad social de las mujeres inmigrantes . Abordar la inmigración y cómo afecta este proceso a las mujeres. Mujeres que saben lo que significa discriminación por varios lugares, por ser mujer y por ser inmigrante ( de países fuera de la U.E). El objetivo es provocar la reflexión para empezar a despejar los posibles prejuicios, estereotipos que pesan actualmente sobre las personas inmigrantes, y en esta ocasión sobre las mujeres inmigrantes. Debemos recordar que miles de mujeres, nuestras abuelas, madres, tías, vecinas han sido extranjeras en algún lugar. Se han visto obligadas a salir entorno para trabajar y poder mantener a la familia, o para conseguir tener un proyecto posible, como lo hicieron las nuestras. Y nadie reprueba lo que hicieron, porque gracias a eso, miles de familia pudieron salir adelante, comer, tener una vivienda, estudiar sus hijos, pagar las deudas, etc. Analizar la inmigración desde una perspectiva de género, nos ayuda a visualizar la realidad de las mujeres inmigrantes, las mujeres trabajadoras e inmigrantes. Doblemente discriminadas.

El 8 de marzo nos tiene que servir para pararnos a reflexionar sobre los avances y retrocesos de la situación de la mujer en todos los ámbitos de la vida. Ya sea el ámbito de lo privado, o de lo público. Si lo datos apuntan a que el mercado de trabajo español se caracteriza porque hay una feminización de la precariedad laboral, por las altas tasas de paro femenino, temporalidad, el techo de cristal, la presencia de mujeres en sectores menos remunerados, la desigualdad retributiva de las mujeres, cobran un 22% menos que los hombres, y que en esta crisis la mayoría de las medidas económicas o de empleo adoptadas han tenido un sesgo androcéntrico. Tenemos por otro lado que visualizar que las mujeres inmigrantes hacen los trabajos más penosos, peligrosos y precarios. Podríamos hacer paralelismos entre las mujeres inmigrantes de hoy día, latinoamericanas, africanas, europeas de países del este, y las mujeres españolas que partieron a lo largo de todo el siglo XX. Recordemos aquí a las mujeres alicantinas que en los años 20 y 30 se marcharon a Argelia, que más tarde se marcharon a América, a Francia, Alemania. Que sostuvieron el sector de los servicios, la agricultura, la industria de esos países. Que marcharon con el objeto de ponerle coto a la pobreza.

Si la lucha feminista se ha caracterizado por visualizar la desigualdad en la que vivimos hombres y mujeres, por denunciar las discriminaciones directas que abocan a las mujeres a vivir sujetadas a un destino impuesto, y por plantear un rumbo social para vivir en un mundo donde la igualdad entre hombres y mujeres es el inicio del reconocimiento de la justicia social. Si decir feminista significa reconocer lo diferente como algo válido, enriquecedor, posible, al que se le reconoce una identidad, tenemos que decir que hoy las feministas debemos un lugar en nuestra discusión a las mujeres inmigrantes. Restaurar la memoria histórica colectiva para tomar conciencia de la situación actual de nuestra sociedad. Para mirar con verdadera solidaridad y soridad, para favorecer las oportunidades en las personas que ahora lo necesitan desde la mirada de género.

Por eso hoy quiero recordar para continuar en la lucha contra la violencia y por la igualdad a todas las mujeres que emigraron fuera y a las mujeres que ahora vienen a nuestro país, buscando algo que no pudieron encontrar en su tierra y que espero puedan alcanzar aquí.

PD: el lunes 8 de marzo a las 19.30 horas la plataforma feminista de alicante convoca la manifestación del día internacional de la mujer trabajadora que sale de la Plaza Calvo Sotelo de Alicante

CONSUELO NAVARRO
Secretaria General de CCOO L´Alacantí-Les Marines